Usted está aquí: jueves 14 de febrero de 2008 Política Justifica el administrador de aduanas incapacidad del sistema

“Algunos nos engañan”, dice a diputados Bravo Moisés

Justifica el administrador de aduanas incapacidad del sistema

Roberto Garduño y Enrique Méndez

Con la postura de no responder a las dudas y cuestionamientos que ha generado la corrupción y red de complicidades en el sistema aduanero mexicano, Juan José Bravo Moisés, administrador general de Aduanas, terminó por reconocer que esa dependencia de la Secretaría de Hacienda no puede revisar el cien por ciento de las mercancías que llegan a México, “y, por desgracia, algunos nos engañan”.

En esos términos, el funcionario evadió las preguntas formuladas por legisladores de PRD, PRI y PAN acerca de la cuestionada actividad de las aduanas por el creciente contrabando que se presenta en las fronteras del país. “Está claro que con sus respuestas usted demuestra que forma parte del ocultamiento y la corrupción que ocurre en el sector”, replicó con dureza Juan Guerra Ochoa, representante del PRD.

En la reunión celebrada entre el funcionario y la Comisión Especial para Investigar al Sistema Aduanero, la diputada Lorena Martínez, del PRI, sostuvo que en ese terreno se ha observado mayor transparencia y claridad. No obstante, solicitó información puntual y precisa sobre el proceso de disolución de la empresa denominada Isosa.

Por el contrario, Guerra Ochoa exigió a Bravo Moisés respuestas concretas sobre el escándalo propiciado por la importación ilegal y extraordinaria de efedrina y seudoefedrina durante el gobierno de Vicente Fox, cuando el chino naturalizado mexicano Zhenli Ye Gon construyó un imperio sustentado en el trasiego de metanfetaminas de México a Estados Unidos, donde el consumo de éstas dependía en 60 por ciento de la producción nacional.

Esas preguntas incomodaron al administrador de Aduanas e incluso el diputado panista Ricardo Rodríguez solicitó al presidente de la comisión, Pablo Trejo, que no se aceptaran preguntas que no tuvieran que ver con los fideicomisos de aduanas, y sugirió que las preguntas de Guerra fueran ignoradas.

Esa posición abrió la puerta a Juan José Bravo para omitir información clara y concisa sobre las preguntas que se le hicieron, y se limitó a hablar de generalidades: “el tema del contrabando es muy complejo; nunca va a terminar la modernización de las aduanas; por primera vez tenemos un plan de corto, mediano y largo plazos enfocado a la facilitación; no podemos revisar el cien por ciento de las mercancías que llegan a México; tenemos que solucionar eso y, por desgracia, algunos nos engañan”.

Esa actitud molestó a Juan Guerra, quien le respondió: “¡ingeniero, usted no responde nada! Fue omiso, lo cual no me extraña, hay cerrazón, y su silencio no hace más que indicarme que usted participa en la red de complicidades”.

 
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