Usted está aquí: martes 12 de febrero de 2008 Ciencias Daños irreversibles al clima de 9 zonas del orbe por acción humana

Expertos de la universidad alemana de Postdam y británicos reportan investigación

Daños irreversibles al clima de 9 zonas del orbe por acción humana

La lista incluye las capas de hielo que cubren el océano Glaciar Ártico, Groenlandia, la Antártida occidental, así como la selva amazónica, el monzón indio y el Sáhara/Shael, entre otras áreas

Notimex

Berlín, 11 de febrero. Científicos de la universidad alemana de Potsdam e investigadores británicos identificaron nueve zonas del planeta que pueden mostrar efectos graves e irreversibles por la influencia humana sobre el sistema climático.

Se trata de elementos que con cambios pequeños pueden registrar enormes repercusiones en los ecosistemas, que podrían verse alterados al grado de trastornar sus principios de funcionamiento, advirtió el director del Instituto de Investigación Climática de Postdam, Hans Joachim Schellnhuber.

El experto de Postdam, cerca de la capital alemana Berlín, señaló que entre los nueve elementos figuran las capas de hielo que cubren el océano Glaciar Ártico, Groenlandia y la Antártida occidental.

Los otros seis elementos son la selva amazónica, los bosques boreales, el fenómeno meteorológico de El Niño, el monzón indio, las corrientes termohalinas del Océano Atlántico, y la región del Sahara/Shael con el monzón africano occidental.

Entre los cambios graves que amenazan a estos factores destacan el posible derretimiento de la capa de hielo sobre Groenlandia y la desaparición de parte de la selva amazónica.

Los científicos advirtieron que esos nueve elementos deben considerarse con especial atención al elaborar las políticas climáticas.

Dijeron que muchas veces, los pronósticos inducen “una falsa sensación de seguridad”, pero puntualizaron que el cambio global ocurre de manera lenta, gradual y, a veces, irreversible.

Los especialistas señalaron la particular vulnerabilidad de los hielos que cubren Groenlandia y el océano Glaciar Ártico.

Cuando el hielo se derrite, asoma a la superficie una capa de agua más oscura que absorbe más rayos del Sol, lo que agudiza el calentamiento, acelera el derretimiento de la capa restante en verano y dificulta la formación de nuevo hielo en invierno.

Los expertos advierten de un límite crítico de calentamiento de esta región de entre 0.5 y 2.0 grados Celsius, que podría provocar que en unas décadas el Artico esté totalmente libre de hielo durante el verano.

En el caso de Groenlandia, el derretimiento de los glaciares afecta también los bordes de la capa de hielo que cubre la isla, lo que provoca un calentamiento mayor en cadena y la consiguiente pérdida de más hielo.

Los científicos advierten que un aumento de temperatura superior a tres grados Celsius en la zona provocará la desaparición de la capa de hielo y la subida del nivel del mar en siete metros en un plazo de 300 años.

También la capa de hielo que cubre la Antártida Occidental podría desaparecer en tres siglos, en caso de que se produzca un calentamiento de entre cinco y ocho grados, lo que haría subir cinco metros el nivel del mar.

Los bosques boreales, los que cubre el norte de la superficie terrestre, están en peligro de desaparecer en un plazo de 50 años, afectados por calentamientos de tres a cinco grados, sequías y calor de verano, así como heladas, incendios y enfermedades.

La selva del Amazonas enfrenta el riesgo de la deforestación y el calentamiento, de manera que podría perder hasta 30 por ciento de su superficie, pues el aumento de las temperaturas en verano y los mayores periodos de sequía impiden su regeneración.

Repercusiones en fenómenos

El cambio climático puede repercutir en los fenómenos de El Niño y La Niña, que podrían presentarse en el futuro con mayor frecuencia, o mayor intensidad.

Un elemento de incertidumbre son las regiones del desierto africano del Sáhara, la zona denominada Sahel y la región situada al sur, pues algunos expertos suponen que el cambio climático las convertirá en más secas y otros estiman que serán más húmedas que hasta ahora.

El poder de destrucción del monzón africano occidental dependerá de estas alternativas, pues variará la cobertura de vegetación en las regiones afectadas y de la temperatura de la superficie del océano Atlántico.

Una posibilidad es que el calentamiento global fortalezca el monzón, y si el aumento de las temperaturas es de tres a cinco grados, la circulación podría interrumpirse, lo que traería repercusiones a la región.

Schellnhuber publicó las conclusiones de su estudio, realizado junto con su colega Stefan Rahmstorf y científicos británicos, en la revista de la Academia de Ciencia estadunidense Proceedings.

El estudio se basa en talleres realizados con 36 investigadores climáticos líderes a escala mundial, encuestas a 52 expertos y literatura científica.

 
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