Usted está aquí: domingo 10 de febrero de 2008 Opinión Pretextos para privatizar Pemex

Antonio Gershenson
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Pretextos para privatizar Pemex

A cada rato salen diferentes pretextos para privatizar Pemex. Ahora se dice que sólo hay dos formas de obtener las grandes cantidades de dinero que requiere Pemex: o bien reduciendo el gasto para servicios públicos, o recurriendo a la inversión privada. Nada más falso. Mencionamos sólo algunos de los medios para obtener los recursos que requiere Pemex para su inversión.

Suprimir el regalo a los bancos por concepto del robaproa o rescate bancario. Incluso en Estados Unidos, el dinero del rescate va a los contribuyentes, y los bancos en dificultades tienen que recurrir a sus propios medios para hacerles frente.

Anular las canonjías y los ingresos exagerados de decenas de miles de funcionarios y demás personal de confianza de Pemex, no sólo en dinero sino en coches nuevos, choferes, celulares, etcétera, con cargo a la paraestatal.

El porcentaje del producto interno bruto que representa la recaudación fiscal es de los menores del mundo. Se debe gravar a las grandes empresas, a las grandes fortunas, etcétera, y no andar viendo cómo se perjudica a los de abajo sin mucho provecho real fiscal.

Dejar de contratar a precios altísimos empresas extranjeras o “de los cuates” para trabajos mal hechos. Llevar a cabo las actividades petroleras con recursos propios.

Otro pretexto: la tecnología, sobre todo para perforar en aguas profundas, no la tiene Pemex, la tienen empresas extranjeras. En primer lugar, la perforación en aguas profundas es muy cara y tardada en comparación con zonas que se han dejado de lado, con mejores posibilidades y menores costos. Se busca el pretexto para meter empresas extranjeras a como dé lugar.

En segundo lugar, ya se les olvidó la historia del propio Pemex: cómo ha servido el Instituto Mexicano del Petróleo para el desarrollo tecnológico, cómo se han hecho tratos con transferencia de tecnología, cómo ha sido útil la experiencia de los ingenieros de Pemex, a los que se prefirió jubilar prematuramente o simplemente despedir.

En cuando a dónde sí perforar, recordamos que hay toda una franja con crudos ligeros y ultraligeros, con alto contenido de gas asociado, que abarca desde la zona costera hasta profundidades intermedias, en la que la perforación no sólo es más barata que en las aguas profundas, sino que los hidrocarburos a ser obtenidos son más valiosos y con mejor rendimiento en refinados y en gas.

También hay áreas del país en las que se ha perforado muy poco y se han abandonado, porque todo había que dedicarlo a Cantarell, donde estaban los dólares en serio. Ahora no sólo está decayendo Cantarell, sino que está a la vista la declinación de los yacimientos de crudo pesado y extrapesado con los que se le quiere sustituir.

Hay que agregar la importancia de invertir en refinación, no sólo para obtener más refinados sino para que estén mejor refinados. Pemex ha postergado la producción, por ejemplo, de diesel de bajo contenido de azufre, con lo cual se limita su mayor uso y con ello la sustitución de parte de la gasolina que hoy tenemos que importar.

La ideología de la derecha siempre ha querido privatizar todas las riquezas y servicios públicos. Ahora se ven con dificultades, entre otras razones porque la derecha priísta, sin la cual no tienen mayoría en las cámaras, encuentra cada vez más difícil hacer que otros sectores del PRI, y sobre todo de su base social, se traguen semejantes mentiras, que contradicen la historia de ese mismo partido.

De ahí que los actos públicos y movilizaciones en defensa de nuestro petróleo tengan mucho sentido y mucha importancia. Debemos discutir esto en grupos y en forma pública, de modo que cada vez más mexicanos tengan la mayor claridad posible, no sólo sobre lo que no se debe permitir, sino sobre el verdadero camino. Aquí ponemos sólo unos ejemplos, lo que importa es que sí hay caminos alternos a la entrega a particulares, y en especial a empresas trasnacionales.

 
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