Usted está aquí: sábado 9 de febrero de 2008 Cultura Necesita el Conacyt “una buena sacudida”, dice Ruiz Palacios

Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007

El infectólogo fue reconocido en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales

Necesita el Conacyt “una buena sacudida”, dice Ruiz Palacios

Los recursos para los proyectos se deben asignar mediante criterios de calidad y no de intereses de grupo, deplora

Participó en el equipo mundial que elaboró una de las dos vacunas contra el rotavirus

Investiga cómo producir de manera masiva los azúcares de la leche materna

Ángeles Cruz Martínez

Ampliar la imagen "La elaboración de un proyecto de investigación para solicitar financiamiento en Estados Unidos es más complicado que escribir un libro", asegura Ruiz Palacios, en entrevista con La Jornada “La elaboración de un proyecto de investigación para solicitar financiamiento en Estados Unidos es más complicado que escribir un libro”, asegura Ruiz Palacios, en entrevista con La Jornada Foto: Francisco Olvera

Casi 30 años han pasado desde que Guillermo Miguel Ruiz Palacios decidió regresar a México para realizar aquí su trabajo como investigador, pero no llegó solo.

Debajo del brazo traía un proyecto financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos para indagar sobre los factores de protección que tiene la leche materna. Sólo así ha podido desarrollar su actividad científica en el campo de la infectología, como él mismo admite.

Si no hubiera sido por ese apoyo económico externo, que aún mantiene, “no hubiera llegado donde estoy”, asegura el investigador, reconocido a escalas nacional e internacional, y ahora galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007 en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales.

Labor pionera en México

Ruiz Palacios ha destacado por sus logros en el desarrollo de la infectología. En México creó la primera y más importante escuela en esta especialidad a principios de los años 80, la cual dirige desde entonces dentro del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Desde ahí ha contribuido al conocimiento y la descripción de la historia natural de las infecciones gastrointestinales, específicamente la causada por rotavirus.

Ruiz Palacios cuenta, entre sus trabajos más destacados y recientes, su participación en la investigación mundial que originó el desarrollo de una de las dos vacunas existentes para prevenir esa enfermedad.

Las diarreas en niños menores de cinco años causadas por rotavirus han sido durante años la principal causa de hospitalización y muerte en ese grupo de edad.

El especialista asegura que la aplicación del biológico permitirá reducir los ingresos a hospital hasta en 95 por ciento, mientras que las diarreas en general disminuirán a la mitad.

Así lo demostró la investigación clínica mundial en la que participaron 62 mil niños, de los cuales 15 mil fueron mexicanos.

No obstante, señala Ruiz Palacios, todavía hay preguntas sin resolver, como saber si la vacuna producirá una “inmunidad de rebaño”; es decir, si su aplicación también podría proteger a quienes no la reciban.

Y es que, aunque el número de casos de infecciones gastrointestinales se ha reducido sensiblemente, siguen siendo un problema de salud pública, dice, para luego resaltar que aun con la vacuna preventiva del rotavirus, “todavía queda una proporción muy grande” de niños que seguirán enfermando de diarrea.

El tema de la salud infantil ha sido fundamental en el trabajo de Guillermo Ruiz Palacios, quien desde 1979 investiga sobre los factores de protección que tiene la leche materna, y luego de una intensa búsqueda y experimentación en el laboratorio, encontró que en ese alimento existen azúcares que previenen al recién nacido contra las infecciones de vías respiratorias y gastrointestinales.

Ruiz Palacios logró, mediante la ingeniería genética, sintetizar las bacterias productoras de esos azúcares conocidos como fucosilados y ahora trabaja en el desarrollo de un mecanismo para la producción masiva de esas sustancias.

Después seguiría la experimentación de los azúcares como agentes antinfecciosos.

En entrevista, el científico explica que sería un producto para adicionarse a los alimentos, con la finalidad de prolongar la protección que da la leche materna a los niños, e inclusive podría ser útil en las personas susceptibles de padecer infecciones respiratorias o gastrointestinales.

Este trabajo también le ha permitido a Ruiz Palacios incursionar en el campo del VIH/sida.

En su búsqueda, el investigador ha encontrado otros dos azúcares, éstos sulfatados, que tienen la capacidad de “cubrir” al virus causante del sida y evitar que se adhiera a las células del organismo.

Todavía en ciernes, la investigación buscará el desarrollo de un producto que podría utilizarse para la prevención primaria de la infección en forma de una crema vaginal, por ejemplo.

La investigación científica es un trabajo largo y arduo, que requiere de muchas horas en el laboratorio, en la clínica y en el escritorio.

Sin embargo, dice Ruiz Palacios, en México es muy difícil, por la falta de recursos económicos. “Nos cuesta mucho trabajo conseguirlos”, y aunque cada vez hay más, todavía existen limitantes, como la estructura del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que, de acuerdo con el infectólogo “necesita una buena sacudida” para que asigne el dinero con base en criterios de calidad de los proyectos y no de los intereses de grupo, como continuamente ocurre.

Financiamiento estadunidense

Guillermo Ruiz Palacios explica que el Conacyt, organismo dependiente de la Secretaría de Educación Pública, carece de la infraestructura administrativa para evaluar de forma correcta los proyectos de investigación que solicitan financiamiento.

Aunque los trámites son complicados, en ocasiones las propuestas carecen del rigor científico que garantice su viabilidad, a diferencia de lo que ocurre en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, los cuales cuentan con personas de máximo nivel académico que se desempeñan como evaluadores, pero además reciben adiestramiento para realizar esa actividad.

La elaboración de un proyecto de investigación para solicitar financiamiento en Estados Unidos es más complicado que escribir un libro, asegura Ruiz Palacios, quien desde 1979 mantiene el apoyo económico estadunidense para la realización de su trabajo, que en jornadas de 15 horas diarias realiza de manera infatigable.

 
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