Usted está aquí: lunes 4 de febrero de 2008 Política Policías de Puebla torturaron durante 20 horas a Lydia Cacho: Pérez Duarte

Aparece copia de la consignación que elaboró la ex fiscal y obstruyó Medina Mora

Policías de Puebla torturaron durante 20 horas a Lydia Cacho: Pérez Duarte

Los agentes causaron a la periodista “terror, desesperanza y horror”, señala el documento

Alfredo Méndez

El pliego de consignación con el que Alicia Elena Pérez Duarte, ex fiscal especial de delitos contra mujeres de la Procuraduría General de la Republica (PGR), pretendía conseguir la aprehensión de cinco policías judiciales de Puebla que participaron en la detención de Lydia Cacho Ribeiro en diciembre de 2005, documenta que la periodista fue sometida a tratos de tortura durante unas 20 horas, lo que le dejó secuelas emocionales.

“Las conductas, lenguaje corporal y las verbalizaciones a las que fue sometida Cacho Ribeiro, a partir de su detención en Cancún, Quintana Roo, y posterior traslado a un penal en la ciudad de Puebla, provocaron en ella sentimientos, pensamientos de terror, desesperanza y horror intenso”, refiere el documento de la PGR que nunca llegó a manos de un juez.

Según consta en una copia del pliego de consignación de la averiguación previa FEVIM/02/03-2006, que fue enviada el pasado jueves a La Jornada en sobre cerrado y sin remitente, el episodio de la captura de Lydia, entre el 16 y 17 de diciembre de 2005, le provocó estrés postraumático y otras secuelas sicológicas que caracterizan a las víctimas de tortura.

“Presenta trastorno de estrés postraumático que incluye angustia emocional intensa, así como ansiedad y alteraciones del sueño; siente culpa y depresión por sus experiencias, presenta desórdenes emocionales y (...) siente que ha perdido el control de sus emociones.

“Además, experimenta sentimientos de no ser comprendida y considerada por los demás, presenta sentimientos de confusión, maltrato y culpa”, puntualiza el pliego.

A esas conclusiones llegaron peritos sicólogos de la PGR que practicaron estudios a Lydia, entre ellos el Protocolo de Estambul, dictamen médico para detectar secuelas por tortura y maltrato físico.

El pliego refiere que los policías judiciales José Montaño Quiroz y Jesús Pérez Vargas, “en su calidad de servidores públicos y en el ejercicio de sus funciones, realizaron conductas específicas que, desde la óptica del sistema de justicia penal tanto en el estado de Puebla como federal, fueron piezas relevantes para el resultado del hecho delictivo.

“Su comportamiento transgresor repetitivo y prolongado dio como resultado final de un proceso causar a Lydia Cacho dolores y sufrimientos graves físicos y síquicos, con el fin de castigarla por una acción que realizó, concretamente haber elaborado un libro titulado Los demonios del edén (en el que documentó prácticas de pornografía infantil y pederastia en Cancún)”, señala el documento de PGR.

El pliego fue concluido por Pérez Duarte en la primera semana de diciembre; en él se pide a un juez la captura de los policías Montaño Quiroz, Pérez Vargas, María Irene Arteaga Rangel y Verónica Chávez Cruz, así como del comandante Raymundo Rodríguez Rocha.

Fuentes gubernamentales confirmaron la semana pasada a este diario la existencia del documento jurídico, y revelaron que el titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, impidió a Pérez Duarte que el pliego de 268 cuartillas llegara a manos de un juez federal, aduciendo que no era el momento político adecuado.

La pretensión de la ex fiscal era ejercitar acción penal contra los policías para que fueran juzgados como probables responsables del delito de tortura, contemplado en el artículo 3 de la Ley Federal para Prevenir la Tortura, mismo que se sanciona en términos de cuatro artículos del Código Penal Federal.

El pliego de consignación no pide la captura de algún funcionario de primer nivel de Puebla, como la procuradora, Blanca Laura Villeda, pese a que sí menciona que los policías aprehensores tenían la consigna de maltratar a Lydia durante su detención y traslado de Cancún a Puebla.

El viernes 16 de diciembre de 2005, Lydia fue detenida en Cancún. Aún tenía las secuelas de una bronquitis aguda y dos dictámenes médicos advertían que no podía ser sometida a cambios bruscos de temperatura. Sin embargo, dos policías judiciales poblanos se la llevaron en automóvil durante casi 22 horas hasta Puebla.

En todo el camino la amenazaron de muerte, le apuntaron constantemente con sus armas y la insultaron, además de que no le permitieron medicarse ni hacer la llamada telefónica a que tenía derecho; también le restringieron hacer sus necesidades fisiológicas.

 
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