La SSP capitalina reportó la detencion de 55 personas por diversos incidentes

En desangelado juego, América superó 2-0 a un errático Pumas, en el Azteca

Para el técnico de las Águilas, Daniel Brailovsky, su equipo hizo los méritos suficientes para ganar el partido

De nada sirve jugar bien si no se obtiene el triunfo, dijo un enojado Ferretti

Jorge Sepúlveda Marín

Con un futbol plagado de fallas y sin mayor filigrana, América venció 2-0 a un inofensivo y errático Pumas, en el estadio Azteca, al cierre de la tercera fecha del torneo Clausura 2008.

Gracias a los goles del uruguayo Richard Núñez y del paraguayo Salvador Cabañas, las Águilas suman cuatro unidades y ocupan el liderato, en el segundo sector, mientras los auriazules, del grupo uno, sumó tres derrotas.

Ante un coso ocupado apenas a la mitad, desde el silbatazo inicial ambos cuadros carecieron de orden para encontrarse en la cancha, de tal forma que las pocas jugadas que pudieron armar en ningún momento constituyeron peligro para la portería rival, ya que la imprecisión en los lances o la defectuosa recepción del esférico anularon cualquier emoción.

Con la tribuna sur copada por miles de seguidores de Pumas, el argentino Ignacio Scocco quiso destacar y al minuto cinco conectó el esférico, con cierta preocupación para el guardameta Guillermo Ochoa, y un minuto más tarde repitió la dosis, aunque esta vez el envío terminó en las manos del arquero.

Al cumplirse los primeros 25 minutos se jugaba más con ganas que con precisión, pero vino Alejandro Argüello, al 29, quien espantó al portero universitario Sergio Bernal, con un disparo que pasó apenas arriba del travesaño.

Un yerro de la zaga auriazul le abrió la puerta a Cabañas, quien habilitó a Núñez, para con certero remate abrir el marcador 1-0 en favor del América, al minuto 34.

Antes de terminar la primera mitad, de nueva cuenta atacó la dupla Cabañas-Núñez, pero esta vez fue Richard el que dio pase a Salvador, quien con potente cabezazo hizo el segundo y definitivo de la tarde, al 42.

Para el complemento, los anfitriones salieron decididos a no perder la ventaja y los dirigidos por Ricardo Ferretti se topaban con un muro infranqueable, que no los dejó pasar ni acomodarse, pese al apoyo de su numerosa afición, que no paraba de entonar el “Cómo no te voy a querer...”

Ni siquiera los cambios dispuestos por el Tuca, al llevar al terreno de juego a Jehú Chiapas, Pablo Bonells e Ismael Íñiguez le dieron el resultado esperado, y terminó el cotejo “enojado”, “triste” y “encabritado” por la derrota.

Manejamos bien el partido: Ruso

En conferencia, el timonel del América, Daniel Brailosvky, apuntó que “éeste fue un buen momento para empezar a ganar, y afortunadamente lo conseguimos contra un rival de jerarquía”, porque “hicimos los méritos suficientes para sacar este resultado”.

En su opinión, “manejamos bien los tiempos, tuvimos mucho tiempo el balón (...) los jugadores dieron todo de sí, como viene ocurriendo desde el día que llegué, y aparecimos en los momentos en que podíamos concretar”, explicó.

El que evidentemente terminó molesto fue Ferretti, quien en pocas palabras explicó que fueron dos las distracciones de su plantel, por lo que se dieron las anotaciones del rival, además de que “ofensivamente no fuimos contundentes ni aprovechamos las oportunidades de gol que tuvimos”.

Con el gesto adusto, el Tuca aceptó que el conjunto de la UNAM siguió sin concretar en la segunda parte, pese a los ajustes que hizo, y “así es difícil poder ganar un partido”; aunque se haya jugado bien, si “recibes goles de forma tonta”, de nada te sirve porque pierdes, puntualizó.

Por otra parte, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) reportó la detención de 55 personas por varias faltas cometidas, de las cuales 39 fueron remitidas al Ministerio Público, y el resto a juzgados cívicos.

Entre los incidentes más graves destacan destrozos en los baños del estadio Azteca, por lo que ocho detenidos fueron consignados, mientras otros 11 conducidos ante la autoridad por grafitear un autobús afuera del Metro Chabacano.