Nuevo capítulo “de impunidad”
Con la muerte de Marcial Maciel se abre un capítulo más de “impunidad y silencio” para evitar sancionar a quien lesionó los derechos humanos de cientos de jóvenes y “abusó de la investidura sacerdotal, pero sobre todo de la confianza de quienes creyeron en él como guía espiritual”, afirmaron especialistas en la relación Estado-Iglesia e integrantes de Católicas por el Derecho a Decidir.
Calificaron de “lamentable” que ante las denuncias de pederastia contra el fundador de los Legionarios de Cristo, quien murió a los 87 años de un paro cardiaco, “nunca fuera presentado ante las autoridades civiles para responder por sus actos y con ello hacer justicia a las víctimas”.
En tanto, en un cable de la agencia Dpa, Alberto Athié y José Barbá, dos ex legionarios que denunciaron abusos cometidos por Maciel, señalaron que se trata de un caso “paradigmático de encubrimiento, pues indica cómo procede la Iglesia cuando el cálculo de sus pérdidas y ganancias está de por medio”.
Aseguraron que Maciel Degollado murió sin pedir perdón a sus víctimas, porque la “gran oportunidad que pudo haber tenido de reconocer la verdad, de pedir perdón, se fue”. Reiteraron que ante casos como éste, que denunciaron desde 1997, la Iglesia católica “no solamente pierde, sino que entra en una grave contradicción con lo específico de su misión en el mundo”.
Manuel Canto Chac, experto en movimientos religiosos de la UAM-Xochimilco, afirmó que es “preocupante” que prevalezca un clima de impunidad dentro de la Iglesia católica, “pues tal parece que en los hechos existe un fuero eclesial que protege a miembros de la jerarquía de cualquier delito del que puedan ser acusados”.
En tanto, Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, manifestó que es “absurdo que no se aplique la justicia en los casos de abuso cometidos por Maciel, y que además se promueva un encubrimiento institucional sobre su figura para tapar sus actos, mientras se deja en total desamparo a sus víctimas”.