Usted está aquí: sábado 2 de febrero de 2008 Mundo Impulsa Alcaldes por la Paz un plan para eliminar en 2020 todas las armas atómicas

Según estimaciones, sólo EU tiene 5 mil 800 cabezas nucleares en el planeta

Impulsa Alcaldes por la Paz un plan para eliminar en 2020 todas las armas atómicas

Afectados por radiación, más de 2 mil trabajadores del sitio 300 exigen indemnizaciones

Sanciones por 450 mil dólares al laboratorio Livermore, debido a una fuga de ántrax

Gabriela Fonseca

Ampliar la imagen En Bagdad, más de 149 personas resultaron lesionadas en los ataques. Luego de la llegada de los cuerpos de socorro, decenas de ciudadanos se sumaron a las labores de limpieza En Bagdad, más de 149 personas resultaron lesionadas en los ataques. Luego de la llegada de los cuerpos de socorro, decenas de ciudadanos se sumaron a las labores de limpieza Foto: Ap

Con el fin de que no se repita un holocausto atómico, como el sufrido por las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, atacadas con bombas nucleares estadunidenses en 1945, surgió el movimiento Alcaldes por la Paz, iniciado en 1982 por los alcaldes de ambas localidades. Mil 800 urbes de todo el mundo están inscritas en el proyecto, el cual estima que Estados Unidos tiene 5 mil 800 cabezas atómicas desplegadas por el planeta.

Marcia Campos, en representación del movimiento, estuvo recientemente en México. En entrevista con La Jornada, afirmó que la principal meta de Alcaldes por la Paz es que se ratifique en dos años el Tratado Internacional de no Proliferación de Armas Nucleares y se concrete la Campaña 2020, con la cual se quiere eliminar todo el arsenal nuclear del mundo en ese año.

De nacionalidad chilena, Campos relató que ella trabaja con la comunidad latina en la ciudad estadunidense de San Francisco, California.

“En nuestra área de la bahía de San Francisco, conocida mundialmente como cuna de movimientos sociales, hippie, homosexual y de derechos para los discapacitados, entre otros rasgos progresistas, paradójicamente tenemos el mayor laboratorio de armas nucleares de Estados Unidos.

“Empieza con el proyecto Manhattan, en 1942, que se realiza en Los Álamos, Nuevo México. Eso sale a la luz como ley de energía y de derecho al desarrollo nuclear en 1946, que es cuando el Congreso aprueba los experimentos en Los Álamos. Los financia la Universidad de Berkeley, de California, que es la institución de educación superior pública de más prestigio en el país. En 1952 se crea el laboratorio nuclear de Livermore.”

Campos agregó que “ese laboratorio también es administrado por la universidad de California en Berkeley, y tiene hasta la fecha como finalidad el diseño, la construcción y el ensayo de las armas nucleares de Estados Unidos”.

“Cuando surge el Tratado Internacional de no Proliferación de Armas Nucleares, suscrito por Estados Unidos y México, es el convenio que más adhesión tiene en la historia de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En ese momento ya había cinco países que tenían arsenal atómico: Estados Unidos, Rusia, Francia, Italia e Inglaterra, que coincidentemente forman el Consejo de Seguridad de la ONU”, sostuvo la experta.

El tratado implica que quienes tienen arsenal nuclear deben dejar de producirlo y reducirlo, y los que no, no deben comenzarlo. No lo suscribieron India, Paquistán e Israel, que ahora también tienen ese tipo de armamento, “pero de ahí el argumento para lanzar la invasión a Irak y la amenaza que existe contra Irán y Corea del norte sin tener pruebas. Así se usa un tratado internacional para intervenir con el consenso internacional”, agregó.

“Desde 1982, tras el fin de la guerra fría, íbamos por buen camino hacia la reducción de los arsenales atómicos. Viene el 11 de septiembre. En este momento no sólo Estados Unidos no está reduciendo su arsenal nuclear, sino remplazando y, en efecto, duplicándolo.”

Campos señaló que en una encuesta de 2007, se preguntó a la población estadunidense en cuánto estimaba el arsenal de Estados Unidos. La mayoría contestó que entre 100 y 200 cabezas nucleares. “Pero el real, activo y desplegado bélicamente en el mundo, en submarinos y lugares estratégicos, listos para ser operados, es de 5 mil 800 bombas atómicas. El arsenal completo es mucho mayor.”

La experta recordó también los riesgos de experimentación y producción de armas, que implica ensayos a cielo abierto en diversos sitios. Como ejemplo pone el llamado “sitio 300”, ubicado en el área de la bahía de San Francisco. A sólo 24 kilómetros está el lugar de explosiones de ensayo, y es el lugar más contaminado de Estados Unidos. A grado tal, que el laboratorio emplea 8 mil trabajadores y de éstos 2 mil 300 han solicitado indemnizaciones por presentar 22 variedades de cáncer relacionadas con la exposición a la radiación.

En el laboratorio de Livermore se ha construido un ala para el desarrollo de armas para la guerra bioquímica. Hace poco, el 4 de octubre de 2007, una agencia gubernamental multó al laboratorio con 450 mil dólares por una fuga de ántrax.

Campos comentó que en el 60 aniversario de los bombardeos, sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki se manifestaron frente a Livermont. “Lo más impactante es que ello pasa sin que la prensa mundial se entere de que 50 o 100 personas fueron arrestadas. Y nadie lo sabe, es la conspiración del silencio.”

Actualmente, dijo, se desarrollan armas de última generación, una de ellas conocida como el “penetrador robusto”, que pretende llevar al interior de la Tierra una explosión nuclear controlada. El motivo de esa invención es la convicción de Washington de que la mayoría de los terroristas se ocultan en el subsuelo, como Osama Bin Laden, quien se supone está en cavernas de las montañas de Afganistán o Pakistán.

 
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