Usted está aquí: viernes 18 de enero de 2008 Cultura Gran Bretaña ordena el cierre temporal de dos sedes del British Council en Rusia

Londres reprocha a Moscú “acciones inaceptables del tiempo de la guerra fría

Gran Bretaña ordena el cierre temporal de dos sedes del British Council en Rusia

Afp, Reuters y Dpa

Londres/ Moscú, 17 de enero. La crisis diplomática entre Rusia y Gran Bretaña se agudizó este jueves, luego de que Londres ordenó el cierre temporal de las sedes de su instituto cultural oficial, el British Council, en las ciudades de San Petersburgo y Ekaterinburgo, ante lo que calificó como “acciones reprensibles e inaceptables” del gobierno ruso, “del tiempo de la guerra fría”.

Como se informó en estas páginas (La Jornada, 17/01/08), los recientes desencuentros entre ambos países comenzaron a finales de 2006, cuando el ex espía ruso Alexander Litvinenko, severo crítico del gobierno de Vladimir Putin, fue asesinado en Londres con una especie de veneno radiactivo poco común.

La polémica estalló luego de que Moscú se negó a extraditar al empresario ruso Andrei Lugovoy, supuestamente involucrado en el caso, y quien siempre ha negado su culpabilidad. Cada nación expulsó a cuatro diplomáticos, y los roces han llegado hasta el nivel actual, donde se cuestiona tácitamente la legalidad de los centros culturales británicos en Rusia.

“Las autoridades rusas han vuelto imposible que continuemos trabajando en San Petersburgo y Ekaterinburgo, por lo que he decidido suspender nuestras operaciones en ambas ciudades”, anunció el director general del British Council, Martin Davidson, en alusión a las llamadas telefónicas y visitas nocturnas que hicieron agentes de la seguridad rusa a los empleados del centro cultural.

Estas “acciones reprensibles”, afirmó el ministro británico de Exteriores, David Milliband, deben ser tomadas como una “flagrante intimidación, indignas de un gran país”, pues generan “serias interrogantes” sobre el respeto de la ley internacional por el Kremlin.

“Vimos acciones similares durante la guerra fría, pero pensamos que éstas habían quedado atrás”, deploró el funcionario británico.

La presidencia de la Unión Europea, que recae temporalmente en Eslovenia, reaccionó hoy a esta controversia e instó a las autoridades rusas a “autorizar al British Council a funcionar libre y eficazmente” en el país, así como a “no tomar más acciones que puedan obstaculizar sus actividades”.

 
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