Usted está aquí: domingo 13 de enero de 2008 Opinión ¿Cuándo van a empezar a cerrar empresas?

Antonio Gershenson
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¿Cuándo van a empezar a cerrar empresas?

Aparecieron en el Diario Oficial dos acuerdos sucesivos, para cambiar las “tarifas para el suministro y venta de energía eléctrica”. Las fechas son 26 de diciembre de 2007 y 7 de enero de 2008; 12 días de diferencia. Y lo suficientemente complicadas, aplicadas sobre un esquema anterior también muy complicado, como para que los interesados y afectados ni siquiera sepan lo que está pasando, por lo menos hasta que les llegue el siguiente recibo. Y los que sigan.

Vamos a tratar de mostrar por lo menos los principales cambios involucrados. Primero, hablaremos de las diferencias entre las empresas que reciben la electricidad en alta tensión y los que la reciben en tensión media, y dentro de estas últimas, según su demanda. Las líneas de alta tensión son, por ejemplo, las que van sobre torres, en su mayoría con estructura metálica, a lo largo de los camellones de avenidas muy anchas, que generalmente tienen el no muy original nombre de “avenida de las Torres” o de “Alta Tensión”. Es evidente que no cualquier empresa va a recibir electricidad de ese tipo directamente. Son empresas o entidades muy grandes, ubicadas adecuadamente y con gran consumo eléctrico. Las líneas de tensión media son, por ejemplo, las que unen entre sí transformadores que están en postes, a unos 10 metros de altura, y de cada transformador salen cables, ya de baja tensión, a viviendas, negocios menores u otros consumidores en pequeña escala. Una fábrica, taller o empresa en general que paga tarifa de tensión media es la que recibe energía directamente de la parte del transformador que se conecta con otro similar.

En los últimos meses de 2007 el costo de la energía subió mucho más rápido que los índices generales de precios. Esa ha sido también la tendencia general de los años recientes. Parte de este costo se cargaba ya a las tarifas generales, aplicables en su gran mayoría a empresas. Antes de los cambios, las empresas con entrada de alta tensión recibían incrementos, con base en el aumento del costo de la energía para generar electricidad, de 41 por ciento; las de tensión media, de 29, y las de baja tensión, de 20 por ciento. Esta tendencia, con cambios menores en los valores, había sido aplicada durante muchos años. Era lógico: las tarifas de alta tensión eran más baratas porque no había gastos de distribución, casi sólo de generación. Y mientras más bajo era el voltaje de entrega, más gastos de distribución, en los cuales no repercuten los costos del combustible, sino sólo en la generación.

Ahora las cosas se invierten. Los usuarios, generalmente empresas que reciben energía en tensión media y no tienen demanda muy alta, en su pago por energía consumida van a sufrir cambios con los del precio del combustible, en 72 por ciento. Mucho más que el 41 por ciento que pagaba el consumidor de alta tensión. Para los que tengan mayor demanda, también en tensión media, su energía en horario de punta (las horas de mayor consumo) subirá 46 por ciento del aumento en el costo del combustible. En alta tensión, en periodo de punta sube 39 por ciento del alza del precio de los combustibles. Y los que en alta tensión tengan una utilización por largo tiempo, será 55 por ciento.

Las empresas de tensión media, entonces, pagarán más, al revés de lo que sucedía antes de estos cambios. Hay otro cambio importante que se combina con el consumo en los periodos de mayor demanda. Para desalentar el consumo en estos periodos, dado que la mayoría de las plantas generadoras no están en condiciones de estarse apagando y prendiendo, se cobraba la energía de punta mucho más cara.

Pues los grandes consumidores plantearon al gobierno que eso les afectaba y demandaban una reducción importante. Y eso fue lo que se hizo. A los consumidores de uso general y baja tensión, y de tensión media con demanda no muy alta, se les da un generoso 5 por ciento de descuento. Pero, por ejemplo, en el caso de tensión media, al aplicársele el ajuste mensual con las nuevas reglas sólo para enero, resulta que sólo ese ajuste ya “se chupó” el 5 por ciento, que es sólo por una vez, y la tarifa de enero es un poco mayor que la de diciembre. En la región central, por ejemplo, el kilovatio hora pasa de 99.9 centavos en diciembre a 1.004 en enero. A ver cuánto más sube en cada mes posterior, ya sin el “regalito” del 5 por ciento. Y si esto sigue así, habrá que ver cuándo empiezan a cerrar fábricas y otras empresas, como cuando se disparó el precio del gas y, por tanto, también el de la electricidad, hace unos años.

En cambio, los mayores consumidores, tensión media de alta demanda y sobre todo de alta tensión, reciben 30 por ciento de descuento en su consumo de las horas de punta. De, aproximadamente, una relación de uno a tres entre el precio del kilovatio hora en periodo de punta y el de base, en diciembre, pasa a una relación de uno a dos en la tarifa de enero de 2008. Les quitan, gradualmente, a las empresas pequeñas, para darles un regalote a las mayores en un solo mes. Por si fuera poco, los factores de ajuste mensual en periodos de punta incluyen porcentajes menores del aumento en el costo de los combustibles que en otros periodos. Y otra rebaja a los mayores consumidores es que igualan sus tarifas a las de la región más barata.

Hay un elemento que agrava la situación de la industria eléctrica. Este descuento estimula un mayor consumo, por grandes consumidores, en las horas punta, las de mayor demanda. Y eso sucede cuanto está fuera de servicio la mayor unidad del país suministradora de energía de punta: la cuenca del Grijalva. Como resultado, primero, del mal manejo de la presa Peñitas y, luego, del accidente y la imprevisión más arriba de la presa mencionada, que cerró parcialmente el paso del agua del Grijalva mismo, las cuatro hidroeléctricas del sistema, con 4 mil megavatios de capacidad, están prácticamente sin generar electricidad. Y estas plantas sí pueden suministrar sin problema energía de punta; en una situación normal, bastaría con abrir y cerrar las compuertas. Con esta unidad fuera de servicio, y sin que se sepa cuándo volverán a generar, estimular un aumento de la demanda en periodo de punta es dar un golpe serio a la industria eléctrica nacional. Y lo que se compre, a precios muy altos, a empresas privadas, que consumen gas muy caro que también se tendrá que pagar a precio de hora de punta, sin descuento, acaba de aplastar a la empresa pública. ¿Será un preparativo para avanzar más en la privatización?

 
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