Usted está aquí: martes 8 de enero de 2008 Espectáculos Muerte y violencia ya forman parte de nuestro folclor, afirma Regina Quiñones

El 17 de enero regresará puesta en escena sobre el tema al teatro Orientación

Muerte y violencia ya forman parte de nuestro folclor, afirma Regina Quiñones

Es un colectivo imaginario que no cae en panfletos, expresa la directora de la obra

Juan José Olivares

Ampliar la imagen En escena Fernando Becerril, Juan Carlos Remolina, Sergio Bonilla, Raymundo Pastor y Ricardo Palacios En escena Fernando Becerril, Juan Carlos Remolina, Sergio Bonilla, Raymundo Pastor y Ricardo Palacios Foto: José Antonio López

La muerte como puesta en escena. ¿Qué tendría que pasar para que alguien fingiera su propia muerte, y qué tendría que haber pasado antes y después? Es la interrogante que plantea la obra Muerte parcial, que pretende hacer “entender los mecanismos de la posteridad, la manipulación, la impunidad, el poder político de la muerte…”

A partir de la imagen de un diario en la que aparecen cinco personas que fueron acribilladas mientras estaban sentadas, se escribió este texto teatral que reflexiona sobre lo dramático y peligroso de jugar a ser el dueño del destino de uno mismo, el de inventarse una posteridad y manipularla; esa tentación de ser Dios, o desaparecer y tener otra vida, dijo su autor, Juan Villoro.

En la calle ofrecían ese periódico en el que aparecía ese cuadro y a ninguna persona le impresionaba verlo, comentó por su lado la directora del montaje, Regina Quiñones. “Esto de la violencia es una constante en México; parece que alguien nos diera una píldora a ver cuánto aguanta nuestra conciencia. Entonces estas muertes ya son parte de nuestro folclor.”

Cofradía del miedo y la supervivencia

Cuatro montañistas sobreviven a un accidente debido a que estuvieron juntos “en una cofradía del miedo y la supervivencia”. Se trata de un político consumidor de cocaína, un mediocre vendedor de bienes raíces, una montañista profesional y el dueño de una tienda de mascotas, quien involucra a su pareja, un popular locutor de partidos de futbol (el colado), en el performance de fingir su muerte para cambiar de personalidad, para convertirse en otros.

La ironía y el drama de Muerte parcial proviene del lejano impulso de asumir otro destino, de esfumarse sin decirle a nadie. “Es el reflejo del México que vivimos de manera simbólica, no periodística. Fue complejo tratar de escapar de que se hablara de una noticia, una manipulación o de un fraude, sino ver de forma simbólica esos mecanismos oscuros que determinan la vida de muchas personas y llamar la atención del marcador de los ejecutados, esa indiferencia ante la muerte”, afirmó Villoro, de quien ésta es su primera obra.

Se trata de una montaje de 11 escenas que “son como burbujas”, que ocurren algunas casi al mismo tiempo. La directora señaló: “Es un texto que habla de México, sin ser localista. Un colectivo imaginario que no cae en panfletos.

Motivos para desaparecer

“La estructura fue contrapuntear imágenes de personajes que tienen razones para desaparecer; cada uno tiene sus motivos y de todos ellos, y de revelar por el cuál quieren desaparecer”.

En el montaje actúan: Fernando Becerril, Juan Carlos Remolina (quien también participa con la música de fondo tocando el saxofón), María Inés Pintado, Ricardo Palacios Reynaud y Raymundo Pastor. La escenografía es de Edyta Rzewuska; la iluminación, de Lydia Margules, y la producción ejecutiva, de Sheila Flores.

Se escenificará todos los jueves y viernes a las 20 horas, los sábados a las 19, y domingos a las 18 horas, del 17 de enero al 9 de marzo. El teatro Orientación está ubicado en el Centro Cultural del Bosque (del Instituto Nacional de Bellas Artes), atrás del Auditorio Nacional.

 
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