Usted está aquí: domingo 6 de enero de 2008 Cultura La modernidad no ha afectado la función de la música: experto

Carlos Hinojosa reflexiona sobre el tema en un libro

La modernidad no ha afectado la función de la música: experto

Ángel Vargas

La función de la música se mantiene intacta, tal como era en épocas ancestrales. Nada la ha alterado ni repercutido sobre ella los nuevos lenguajes, las vanguardias, la experimentación incesante, la revolución en el empleo de más y nuevas tecnologías.

Cuando menos ésa es la conclusión del músico y musicólogo Carlos Hinojosa, quien sostiene que “lo que ha cambiado es la función de los sonidos armónicos”, entre otras razones, ante la obstinación del hombre moderno por hacerlos a su imagen y semejanza.

Entrevistado con motivo de la publicación de su libro La música. Significado y función (Lectorum), un acercamiento filosófico a la esencia y sentido del arte sonoro, el especialista en repertorio antiguo y docente sostiene que la música, como concepto, es más que sólo “el sonido armónico que escuchamos” y la ubica en un plano más profundo, trascedente, acaso hasta divino.

“La música –explica– es un concepto de creación, la unión de lo masculino con lo femenino. La manifestación primaria de la música es el sonido armónico, éste es intrínseco de ella y de la creación, porque, como menciono en el libro, todos los pensamientos mágicos, las culturas dan como origen de la creación el sonido:

“El grito en la iniciación hermética, la palabra en el cristianismo; hago referencia también al mundo mesoamericano, con el Huehuehtlahtolli, en el que se asienta que cuando se creó la música se fundaron las ciudades.”

Debido a esa relación con la idea de creación es que todas las personas nos sentimos atraídas y arropadas por el sonido armónico, asegura: “ Al oír música llegamos a un éxtasis y en él cada quien comprende su función en la Tierra”.

De acuerdo con Carlos Hinojosa, detrás de casi toda obra musical existe un alto contenido simbólico más allá de lo evidente, perceptible o sabido, sea o no una carga intencional del autor, y ése es un punto esencial que busca enfatizar en su libro ya citado.

Trato de “demostrar que hay algo más que el puro sonido armónico, que sí existe (en casi toda pieza) un doble discurso: el bello armónico y el filosófico. Claro que no en toda la música, pero sí es algo que se presenta en mucha de manera inconsciente”.

Al respecto, señala la enorme carga simbólica prevaleciente en la música de Juan Sebastián Bach, en Mozart, Beethoven o Haydn, los tres últimos masones, como lo es también el propio Hinojosa, condición que hace evidente en su libro al centrar sus reflexiones en la relación y puntos de contacto entre la música y la masonería.

 
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