Usted está aquí: viernes 4 de enero de 2008 Mundo Grupos como AI tendrán privilegios de periodistas

Grupos como AI tendrán privilegios de periodistas

Reuters

Nueva York, 3 de enero. Una corte de Estados Unidos ordenó que Amnistía Internacional (AI) y otros grupos de derechos humanos pueden hacer valer los mismos privilegios que usan los periodistas, lo que les permitiría proteger de mejor manera a fuentes anónimas.

El magistrado estadunidense, Viktor Pohorelsky, dijo en una orden emitida el martes que AI no debía revelar los nombres de los abogados que citó de manera anónima en un reporte en el cual denunció que fueron grabados en video mientras conversaban con sus clientes en prisión.

“Amnistía es parte de la prensa en términos de recolección de información y su difusión, ellos sirven a esa función”, dijo Wallace Neel, un abogado que representa a AI.

Un funcionario de Human Rights Watch dijo que cualquier decisión que mejore la protección para las organizaciones de derechos humanos es positiva.

“Nuestras fuentes dependen de la confidencialidad para salir al frente”, dijo David Fathi, director del programa de Estados Unidos de Human Rights Watch en Washington.

El tema surgió en una demanda presentada en 2004, en la que los abogados se quejaban de que los empleados en una prisión federal en Nueva York clandestinamente grabaron las conversaciones con sus clientes, quienes fueron arrestados después de los ataques del 11 de septiembre.

Abogados de Legal Aid, que da servicios legales a los pobres, presentaron la demanda alegando que los directores de la prisión ordenaron y aprobaron las grabaciones. Aún se debe realizar la audiencia sobre el caso general.

AI ingresó a la demanda debido a un reporte que publicó en marzo de 2002 en el que dijo que algunos abogados estaban preocupados por las grabaciones.

Los abogados de los funcionarios de la prisión querían que AI revelara los nombres de los abogados que citó de manera anónima en el reporte, pero el grupo de derechos humanos se rehusó en todos los casos, salvo el de Bryan Lonegan, quien acordó renunciar a su confidencialidad.

El magistrado ordenó que Amnistía no debía revelar los nombres de sus fuentes, además del caso de Lonegan que había mencionado.

 
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