Usted está aquí: jueves 3 de enero de 2008 Espectáculos Los títeres Rosete Aranda deben volver a escena: Arturo Montero

Realizados para estar en movimiento, en una vitrina se convierten en una escultura común, dice

Los títeres Rosete Aranda deben volver a escena: Arturo Montero

En este enero comenzará la segunda etapa de restauración de 317 muñecos de esa compañía hallados en un archivo muerto

El trabajo diario de más de cien años se refleja en el grado de deterioro de las piezas, cuyas estructuras son de madera de colorín, expresa el experto

De la redacción

Ampliar la imagen Marioneta de la compañía argentina Rodante, uno de los 17 grupos participantes en el Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda 2007 en Tlaxcala Marioneta de la compañía argentina Rodante, uno de los 17 grupos participantes en el Festival Internacional de Títeres Rosete Aranda 2007 en Tlaxcala Foto: Archivo

Con una historia llena de peripecias que culminó en 2006 cuando fueron hallados, en cajas de archivo muerto, 317 títeres de la Compañía Rosete Aranda, creados entre 1835 y 1950, son restaurados por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“La importancia de los títeres radica en el hecho de que son una más de las manifestaciones culturales del hombre, aunado al valor estético e histórico que tienen, porque dan cuenta de esta tradición artística que suele ser un espectáculo que está a la misma altura que el teatro, y por tanto son un bien cultural de la nación”, afirmó Arturo Montero Alarcón, docente de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Paul Coremans).

Enfatizó que la colección de marionetas no sólo debe ser restaurada, sino que debe procurarse su puesta en acción. Un títere colocado en una vitrina deja de ser eso, porque está construido para estar en movimiento, de lo contrario, se convierte en una escultura común y corriente.

El INBA, al rescate

El lote de marionetas de la Compañía Rosete Aranda fue rescatado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que lo encontró el año pasado en cajas de cartón y lo envió a la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía para su intervención.

De acuerdo con un convenio interinstitucional entre Antropología e Historia y el INBA, los 317 títeres se encuentran, desde mediados de septiembre, en manos de seis restauradores, encabezados por Montero Alarcón. Hasta la fecha han dado atención integral a más de 100 muñecos.

“Estos títeres estuvieron trabajando más de cien años con la Compañía Rosete Aranda, desde su fundación en 1835 hasta 1950 con las últimas funciones en televisión”, explicó el restaurador. Debido a ello y a las condiciones inadecuadas de almacenamiento, los muñecos estaban en mal estado.

El proceso de restauración consta de dos etapas de tres meses cada una. Durante la primera se realizó la limpieza de las estructuras de cada títere, creadas con madera de colorín; se lavó el vestuario y se eliminaron adhesivos y repintes.

El trabajo diario de los titiriteros por la República se refleja en el grado de deterioro de los muñecos, que eran medio arreglados cuando se descomponían para regresarlos a escena. Un ejemplo de ello son los hoyos ocasionados por clavos que atravesaban el torso de algunas piezas para sujetarles la ropa.

Montero Alarcón relató que la mayoría de los cien títeres atendidos son soldados de 40 centímetros de altura.

“En el caso de los soldados la labor ha llevado bastante tiempo, porque varias piezas están incompletas: a algunos les falta la cabeza y a otros, las manos o las piernas”, explicó el especialista. Agregó que en esos casos, los faltantes han sido elaborados con pasta hepóxica, mientras que en lo relacionado con miembros inferiores y superiores, al carecer de sistema de articulación, se han hecho con tela rellena de algodón.

En el resto de la colección se encuentran personajes como charros, toreros, monaguillos, marineros, calaveras y diablos, así como animales, entre ellos varios caballos y un borrego.

El restaurador, también integrante del Centro Mexicano de la Unión Internacional de la Marioneta, desde la década de los años 70, adelantó que la segunda etapa del proyecto prevista para este enero, consiste en atender a los más de 200 muñecos restantes que conforman la colección.

El ingenio, fundamental en la labor

El equipo de restauradores está integrado por Verónica Fernández Espinosa, Claudia Malváez, Andrea Figueroa, Lourdes González Jiménez y Cecilia Guerrero, quienes han recurrido al ingenio para restituir las piezas de los muñecos que ya no se fabrican actualmente, sobre todo en la decoración de las prendas.

Desde 1983, Montero Alarcón ha trabajado en la restauración de muñecos de esa compañía. En ese año fueron reparados 75 marionetas de la Compañía Rosete Aranda, que iban a ser usados por Enrique Alonso Cachirulo para montar un espectáculo. Posteriormente, en los años 90, nuevamente atendió 17 muñecos de esa empresa por encargo de la Dirección de Teatro Infantil, de ahí que el INBA recurriera a él para encomendarle esta nueva labor.

 
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