Usted está aquí: sábado 29 de diciembre de 2007 Sociedad y Justicia En enero, prohibido fumar en sitios públicos, en Francia

Nueva disposición legal divide a restauranteros

En enero, prohibido fumar en sitios públicos, en Francia

Afp

Ampliar la imagen En Lille, al norte de Francia, un cliente de un bar observa uno de los letreros que anuncia la próxima prohibición de fumar en sitios públicos En Lille, al norte de Francia, un cliente de un bar observa uno de los letreros que anuncia la próxima prohibición de fumar en sitios públicos Foto: Reuters

París, 28 de diciembre. Como ya lo han hecho varios de sus vecinos europeos, a partir del primero de enero será totalmente ilegal fumar en bares, cafés y restaurantes de Francia, culminando así 30 años de esfuerzos para luchar contra el tabaquismo, mal que provoca más de 70 mil víctimas al año.

A partir del primer minuto de 2008 los 13.5 millones de franceses que fuman deberán abstenerse de hacerlo en todos los sitios públicos cerrados, so pena de ser castigados con fuertes multas.

Quienes pretendan ignorar la nueva ley se exponen a pagar una multa de hasta 450 euros, aunque la sanción puede llegar a 750 euros para los dueños de establecimientos que no hagan respetar la nueva disposición.

En los transportes, empresas, establecimientos escolares y hospitales del país ya estaba terminantemente prohibido fumar desde febrero de 2007.

La ministra francesa de Salud, Roselyne Bachelot, explicó que la finalidad de la medida consiste en evitar 66 mil muertes anuales por enfermedades derivadas del tabaquismo más otros cinco mil fumadores pasivos.

A fin de facilitar la lucha contra el tabaquismo, el gobierno ha previsto asumir parte del tratamiento, y lanzará al mismo tiempo una intensa campaña publicitaria para advertir sobre los riesgos que provoca el humo.

Las únicas excepciones podrán darse en las terrazas abiertas de los cafés o cuando haya locales especiales para fumadores dentro de los establecimientos. Sin embargo, esto parece difícil de aplicar, debido a complicaciones reglamentarias y al elevado costo de las instalaciones.

Frente a las nuevas restricciones, los comerciantes franceses que tienen una licencia especial para vender tabaco han reaccionado airadamente y han solicitado derogaciones.

Por ejemplo, los dueños de restaurantes se encuentran divididos. Algunos consideran que la medida provocará una catástrofe, pues los fumadores dejarán de frecuentar estos establecimientos. Por el contrario, otros piensan que la disminución de estos clientes será ampliamente compensada por los no fumadores.

 
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