Residentes de la zona piden al gobierno capitalino frenar especulación inmobiliaria
Preocupa concentración de espacios por Grupo Carso en el Centro Histórico
Inseguridad, narcomenudeo y prostitución, problemas constantes, advierte la autoridad
La concentración de espacios para vivienda en renta y comercio por el Grupo Carso de Carlos Slim se tornó ya motivo de preocupación para la Autoridad del Centro Histórico, sumado a los problemas de inseguridad como el narcomenudeo, el robo a transeúntes y la operación de redes de prostitución.
El tema fue una constante en las reuniones de trabajo que el órgano, adscrito a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y encabezado por la historiadora Alejandra Moreno Toscano, sostuvo con grupos de la zona conformados por residentes, comerciantes, restauranteros, artesanos, asociaciones e instituciones de asistencia, así como representantes de la Iglesia, quienes mencionaron además entre sus inquietudes la especulación de la renta, la necesidad de armonización entre nuevos y antiguos habitantes, la carencia de centros de abasto y deficiencias de servicios como limpieza e iluminación.
En el diagnóstico final que elaboró la dependencia en materia de seguridad, resalta el reclamo contra la policía –a excepción de la que opera en el llamado corredor financiero–, al grado de acusarla de tolerar el narcomenudeo y el robo a transeúnte en algunos puntos.
De entrada, en la investigación destaca que residentes propietarios de sus viviendas en edificios restaurados y de establecimientos mercantiles como restaurantes, galerías y bares, con un perfil socioeconómico medio y alto e interesados en impulsar la competitividad y la revitalización económica y habitacional de la zona, cuestionaron la poca oferta y competitividad de vivienda y locales para negocios por la concentración de “un solo dueño”.
En tanto, inquilinos que habitan en los edificios adquiridos y rehabilitados por Grupo Carso, atraídos por la opción de habitar edificios antiguos en un sitio histórico y cerca de importantes espacios culturales, así como de renta a un costo menor que en colonias como Polanco, Condesa y Roma, pidieron a las autoridades “pongan freno a la especulación en la zona que se manifiesta alarmantemente en un incremento constante de las rentas de sus viviendas”.
Esto, señala el documento, implica el reto para el gobierno capitalino de promover vivienda para todos los niveles socioeconómicos y no sólo para la población de alto ingreso a fin de hacer de este un sitio de encuentro social plural, cultural y político.
Otra preocupación planteada por ambos grupos es mejorar las condiciones de convivencia social mediante acciones que promuevan la integración de los nuevos vecinos con los antiguos residentes.
En materia de seguridad, el documento señala la presencia de narcomenudeo en las calles de Misioneros, Santo Tomás, Las Cruces, Topacio, San Pablo, República de Colombia y República de Bolivia, en tanto que el robo a transeúntes es más frecuente en las calles de República de El Salvador, República de Argentina, Belisario Domínguez y El Carmen, así como la presencia de una “red de tratantes de blancas” que explota a niñas indígenas que ejercen en las calles de San Pablo, Topacio y Anillo de Circunvalación.
Destaca el señalamiento que hace el grupo de la zona de San Pablo, Santo Tomás, Misioneros, Topacio, Las Cruces, Jesús María, Ramón Corona y Roldán, contra los policías de la zona al advertir que “saben quién vende droga y asalta a los transeúntes, pero no hacen nada por resolver el problema”.
El Grupo de Argentina, Bolivia, Colombia, Venezuela, Brasil y El Carmen, refieren que son constantes los robos a transeúntes, los asaltantes tienen dividida la zona y se han especializado en el hurto de relojes y cadenas.
Mientras que el de San Jerónimo, Isabel la Católica, Regina, Aldaco, Vizcaínas, Mesones, Meave, San Ignacio y Eje Central advierte que la seguridad es deficiente por la incompetencia de los policías asignados a la zona para combatir narcomenudeo y robo a transeúntes.