Usted está aquí: miércoles 26 de diciembre de 2007 Sociedad y Justicia Disminuirán entre 5 y 10% las lluvias en México para 2040

Habrá graves problemas de disponibilidad, según estudio

Disminuirán entre 5 y 10% las lluvias en México para 2040

Angélica Enciso L.

El incremento de la temperatura en México –derivado del cambio climático–, que se prevé de entre 2 y 3 grados centígrados, traerá como consecuencia problemas de agua, ya que las lluvias disminuirán entre 5 y 10 por ciento para 2040, advierte Víctor Magaña, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

En el estudio “El cambio climático global, ¿qué significa?”, incluido en el libro Más allá del cambio climático, editado por el Instituto Nacional de Ecología, se indica que ya que es un hecho que la temperatura se elevará y esto provocará el aumento de la evapotranspiración, lo cual traerá como consecuencia la disminución del escurrimiento natural medio y la recarga de acuíferos, “nuestra disponibilidad natural media total de agua será menor”.

Agrega que según el escenario climático que se considere, la disponibilidad de agua puede disminuir entre 10 y 20 por ciento. “Si a esto añadimos los serios problemas de contaminación de ríos y lagos, es claro que aun con incertidumbre, es urgente que comencemos a trabajar con seriedad en el problema”.

En 1955, la disponibilidad promedio del líquido en el país fue de 11 mil 500 metros cúbicos por habitante al año, pero por efectos del crecimiento demográfico, en 1999 pasó a 4 mil 900, “con lo cual nuestro país se encuentra ya entre los de baja disponibilidad de agua”.

Refiere que de acuerdo con proyecciones de la Comisión Nacional del Agua, para 2020 la disponibilidad del líquido descenderá a 3 mil 500 metros cúbicos per cápita al año. Puntualiza que en varias regiones del centro y del norte se tienen ya niveles inferiores a los 2 mil 500 metros cúbicos anuales por habitante, y en las regiones de la península de Baja California, del río Bravo y de las cuencas del norte, para 2020 será menor a mil metros cúbicos, lo cual ya es escasez del recurso.

A los problemas de poca disponibilidad se suma la baja eficiencia en la utilización: sólo el sector agrícola desperdicia 55 por ciento del total del líquido que se extrae, debido a fugas y exceso de riego, entre otras causas; el sector urbano desperdicia 43 por ciento, y aunque la industria y los servicios tienen pérdidas mínimas, son altos los niveles en que contaminan el recurso.

“En pocas palabras, y como se ha expresado en diversos foros, México tiene un serio problema de agua, y así es reconocido por todos”, aunque –precisa– resulta menos clara la probabilidad de que ese problema se agrave por efecto del cambio climático.

Agrega que las soluciones al problema del líquido “no sólo deben responder a la situación actual, sino que tienen que contemplar la amenaza del cambio climático. Así, proponer más presas de almacenamiento para proveer a más gente puede no ser la mejor solución, si consideramos que existirá un serio problema de evaporación”.

Considera que sería mucho mejor trabajar en la recarga de acuíferos y en la recuperación de la calidad del agua en las fuentes superficiales. “Tal forma de actuar resultaría en un proceso de adaptación que reduciría nuestra vulnerabilidad frente al cambio climático en el sector agua”.

Aun con sus incertidumbres, “el problema de cambio climático es genuino y serio. Son muchos los retos que se presentan en diversos sectores y que requerirán que se actúe en forma responsable, no sólo en el ámbito político, sino en el social, cultural, ambiental y económico”.

Precisa que si no se emprenden acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las consecuencias para muchas sociedades y ecosistemas pueden ser muy serias. “Aquellas sociedades o ecosistemas que están en mayor riesgo son los que tienen menor capacidad para adaptarse”.

Destaca que en el caso de la agricultura, “el riesgo climático es una combinación entre la amenaza por condiciones extremas del clima y la vulnerabilidad, debida –entre muchos otros factores– a la débil infraestructura y el escaso interés oficial por el sector. Así, la falta de sistemas de riego en gran parte del país hace que la vulnerabilidad de la agricultura mexicana de temporal por déficit de lluvia sea muy alta”.

Incluso, el desconocimiento de las amenazas meteorológicas entre campesinos y autoridades hace que la agricultura sea altamente vulnerable. “Hay mucha gente que confunde aridez con sequía, y que incluso piensa que las sequías son algo raro y azaroso”.

 
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