Usted está aquí: domingo 23 de diciembre de 2007 Política “Del golpe a la clase trabajadora, el gobierno sólo puede esperar protestas”

Magro incremento al minisalario, el comienzo de un “negro 2008”, afirman sindicatos

“Del golpe a la clase trabajadora, el gobierno sólo puede esperar protestas”

“Nuevamente los sacrificados por los neoliberales somos los obreros”, señalan

“El 4 por ciento de aumento no alcanza ni para un kilo de tortillas; es una burla”

Gabriel León Zaragoza

El incremento salarial pactado por el gobierno de Felipe Calderón, de dos pesos con dos centavos a los salarios mínimos para el próximo año, es una medida que coloca a los trabajadores de México entre los peor pagados del mundo, ya que se trata de percepciones “incluso casi parecidas a los que imperan en Haití”, consideraron organizaciones campesinas con presencia nacional.

De este “golpe a la clase trabajadora”, expresaron en sendas entrevistas las dirigencias de las organizaciones campesinas, el gobierno federal sólo debe esperar movilizaciones desde principios de año como muestra de la inconformidad de la política social y económica, y el descontento por la ausencia de apoyo gubernamental a la población.

Por separado, la Confederación Nacional Campesina, la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) y El Barzón lamentaron la medida impuesta por el gobierno del “presidente del empleo” Calderón Hinojosa, que fue avalada por la iniciativa privada y la representación de los trabajadores.

Contra el señalamiento del gobierno de que con el incremento salarial se reduce la pobreza, puntualizaron en entrevista que “ésta ha aumentando gravemente, ya que en la actualidad 26 millones de mexicanos –según datos de la Organización de Naciones Unidas– viven con apenas dos dólares al día”.

Se trata de los que se encuentran en pobreza extrema, rubro en el que caerán más mexicanos con este raquítico incremento al mínimo, que contrario a lo que dicen los sectores oficiales –de que sólo es un referente–, la verdad es que por lo menos 33 por ciento de los trabajadores reciben ese pago de salario mínimo, subrayaron.

Las dirigencias de las organizaciones rurales coincidieron en afirmar que la mayor parte de los “beneficiarios” a los que aludieron los pactantes del “incremento real” a los salarios mínimos son aquellos que trabajan en las actividades productivas que tienen que ver con labores en el campo, como los jornaleros agrícolas y las mujeres maquiladoras.

“El mínimo incremento al mínimo” –como calificaron al aumento salarial– no es sino el comienzo de un “negro” 2008, porque “a diferencia de otros años en los que se ha hablado de la cuesta de enero –periodo en el que tradicionalmente se tenía que enfrentar la carestía y las deudas–, ahora se duplicó con el simple anuncio del próximo aumento a los combustibles en septiembre pasado y que se postergó para enero, lo cual provocó una gran especulación con los productos básicos, como se comprobó, porque la canasta básica subió por lo menos 35 por ciento”.

El aumento del 4 por ciento a los salarios mínimos es una burla, “nuevamente los sacrificados en estos gobiernos neoliberales somos los trabajadores”, comentó Francisco Martínez Cortez, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México en Nuevo Laredo.

Indicó que el 4 por ciento de aumento salarial no alcanza “ni para un kilo de tortillas. En todo caso que no den nada”. Lo justo sería que el salario mínimo fuera de 200 pesos diarios, “para que pueda vivir más o menos una familia de cuatro integrantes”, propuso.

Con información de Carlos Figueroa

 
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