Usted está aquí: viernes 7 de diciembre de 2007 Política La universidad michoacana rinde homenaje a Amalia Solórzano

Es un personaje central de nuestro tiempo: rectora

La universidad michoacana rinde homenaje a Amalia Solórzano

Ernesto Martínez Elorriaga (Corresponsal)

Ampliar la imagen La Universidad de San Nicolás de Hidalgo rindió homenaje a Amalia Solórzano de Cárdenas por su trayectoria como defensora de las causas más justas del pueblo mexicano La Universidad de San Nicolás de Hidalgo rindió homenaje a Amalia Solórzano de Cárdenas por su trayectoria como defensora de las causas más justas del pueblo mexicano

Morelia, Mich., 6 de diciembre. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) rindió un homenaje a la señora Amalia Solórzano de Cárdenas por el apoyo al exilio español y por defender las mejores causas del país. En el Colegio Primitivo de San Nicolás estuvieron presentes su hijo Cuauhtémoc Cárdenas y sus nietos, Lázaro, Cuauhtémoc y Camila Cárdenas Batel.

“Estoy sumamente orgulloso, estoy conmovido, contento que se le haya dado este reconocimiento a mi madre por parte de la Universidad Michoacana”, comentó el ingeniero Cárdenas en una entrevista al finalizar el acto.

La rectora de la UMSNH, Silvia Figueroa Zamudio, definió como un personaje central de nuestro tiempo a la señora Solórzano de Cárdenas, michoacana excepcional y ejemplo para las actuales generaciones de nicolaitas. “Es hoy y será parte esencial de un proyecto de nación que recoge los principios y anhelos populares de democracia, justicia y soberanía nacional”.

Doña Amalia nació en Tacámbaro en 1911. Era la segunda de ocho hijos. Realizó sus primeros estudios en su tierra natal. Después se trasladó a Morelia y finalmente a un colegio de monjas en la ciudad de México. Conoció al general Lázaro Cárdenas en 1928, cuando sólo tenía 17 años, cuando realizaba una gira proselitista como candidato a gobernador de Michoacán.

Tras la expropiación petrolera, apuntó la rectora nicolaíta, doña Amalia se involucró a fondo en la creación de un comité que se hiciera eco del interés del presidente para movilizar a los mexicanos en apoyo de la expropiación petrolera, en aquellos momentos cruciales para la vida del país en que era necesaria la unidad de todos los mexicanos ante las presiones del exterior. “Con este fin organizó y presidió en el Palacio de Bellas Artes la colecta pública destinada a reunir recursos para la indemnización a las compañías expropiadas”.

Destacó el papel de Amalia Solórzano a la hora de defender los derechos de las mujeres y el establecimiento de una oficina para conocer los problemas de las mexicanas y, en la medida de lo posible, resolverlos.

Figueroa Zamudio mencionó que uno de los episodios más notables del sexenio cardenista fue el refugio otorgado a los exiliados republicanos en México y los primeros que arribaron fueron varios cientos de infantes a los que se conoce como los Niños de Morelia.

Agregó que la solidaridad de Cárdenas y Amalia logró que las autoridades mexicanas acogieran a esos infantes en un internado-escuela creado específicamente para ellos en Morelia.

Puntualizó que la muerte del general Lázaro Cárdenas del Río no puso fin a la intensa actividad de doña Amalia en favor de los más desprotegidos, sobre todo en el caso de los indígenas, y acudió a la Mixteca, donde desarrolló una labor social, principalmente para hacer realidad el sueño cardenista de facilitar el acceso a la educación a todos los niños mexicanos.

Su interés por las condiciones de vida del mundo indígena encuentra su culminación en la Comisión de Seguimiento y Verificación de los Acuerdos de San Andrés, y no obstante su trabajo como activista de los derechos de los grupos más desfavorecidos en México, Amalia Solórzano no olvidó a los que en otros países luchaban por su libertad y participó en comités de apoyo a los pueblos de Vietnam, Chile y Guatemala.

La Gran Cruz de la Orden de Carlos III concedida a Amalia Solórzano es la única que ha sido otorgada alguna vez a un mexicano, entre muchos otros reconocimientos que se le han otorgado. Es por ello, dijo Figueroa Zamudio, que en el marco del 90 aniversario de la Universidad Michoacana ésta se suma al homenaje.

Al hacer uso de la palabra, Cuauhtémoc Cárdenas Batel, en nombre de la señora Amalia Solórzano, agradeció el reconocimiento y en un emotivo discurso detalló su vida al lado de su abuela, cuya magia, dijo, le enseñó las luchas del pueblo mexicano y de otros países por la libertad.

 
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