Usted está aquí: viernes 7 de diciembre de 2007 Cultura Surgen más dudas que certezas sobre un cuadro atribuido a Frida Kahlo

Dan a conocer resultados del análisis químico de Retrato de Alejandro Gómez Arias

Surgen más dudas que certezas sobre un cuadro atribuido a Frida Kahlo

Sostiene especialista que la obra sí se pintó en la fecha que está datada, 1928

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Retrato de Alejandro Gómez Arias, ayer, durante la conferencia de prensa que se efectuó para infomar sobre el estudio practicado a la obra atribuida a Kahlo Retrato de Alejandro Gómez Arias, ayer, durante la conferencia de prensa que se efectuó para infomar sobre el estudio practicado a la obra atribuida a Kahlo Foto: Luis Humberto González

Los resultados del análisis químico que a petición del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) se realizó al cuadro Retrato de Alejandro Gómez Arias, que se adjudica a la pintora Frida Kahlo y que la crítica de arte Raquel Tibol asegura que es falso, provocaron ayer en el público presente a la rueda de prensa más dudas que certezas en torno a la autoría de la obra.

La pintura formó parte de la exitosa muestra conmemorativa por el centenario del natalicio de la artista que se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes a mediados de año. Entonces, la pieza fue cuestionada por Tibol, junto con el dibujo a lápiz Retrato de Isolda, el cual se encuentra en estos momentos sometiéndose también a estudios para comprobar su autenticidad.

El minucioso análisis de materiales que realizó el químico Javier Vázquez Negrete sólo avala que Retrato de Alejandro Gómez Arias fue elaborado en la fecha en la que está datado (1928), pues, argumentó el especialista, uno de los pigmentos, el blanco de plomo, “se dejó de elaborar en los años 20”, debido a su extrema toxicidad, además de que las capas pictóricas “están resecas, este fenómeno indica que el óleo ha pasado ya por un proceso de polimeración y los materiales empleados son los normalmente utilizados en esa época”.

La obra se comparó con el óleo Niña tehuacana, de 1942, el cual se sabe a ciencia cierta que fue realizado por Frida. Las conclusiones del estudio comparativo señalan que en este último “se aprecia una mayor variedad en la mezcla de color, así como un mejor manejo en el oficio de la artista, mientras que en Retrato de Alejandro Gómez Arias, se observa menor variedad en los matices y mezclas de color, materiales que fueron aplicados en este último directamente sobre un soporte de madera sin base de preparación”.

En ningún punto del reporte se dice que Retrato de Alejandro... salió del pincel de Frida, como lo interpretan los curadores de la muestra y la directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, Roxana Velásquez, quien aseguró que con este análisis se podía apreciar la evolución de la artista.

Al recordarles a los presentes (el químico analista, la funcionaria y el curador Juan Coronel Rivera) que lo que estaba en duda no era el desarrollo pictórico de Kahlo, sino la autenticidad de una pieza (de la cual, por cierto, nunca se cuestionó su fecha de elaboración, sino que no salió de la mano de la pintora), ninguno respondió a la pregunta y sus argumentos giraron durante todo el encuentro en torno a la caducidad y durabilidad de los diversos pigmentos utilizados en la hechura de las obras estudiadas.

Coronel Rivera, como en ocasiones anteriores, exhibió catálogos y publicaciones que, en su opinión, documentan y avalan que Frida realizó el retrato de quien fue su primer novio. También se explicó que no se analizó algún otro cuadro de los años 20 de Kahlo, “para no hacerle un daño estético a las obras”.

Al ser consultada vía telefónica por La Jornada, Raquel Tibol declinó, por el momento, hacer comentarios al respecto.

 
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