Usted está aquí: miércoles 5 de diciembre de 2007 Cultura Pago en Especie cumple medio siglo y acumula más de 5 mil obras

REPORTAJE /Pagar con arte a Hacienda

Mañana abrirán Aportaciones, muestra conmemorativa en el Museo de la SHCP

Pago en Especie cumple medio siglo y acumula más de 5 mil obras

Se pretende responder a las necesidades de los artistas y que el conjunto no se rezague; Leonora Carrington, Vicente Rojo y Francisco Toledo, en la lista de contribuyentes

Cumplir obligaciones tributarias de los artistas, mediante la entrega de obra, es una medida sin precedente en el mundo. El propósito de la colección no es guardarla, sino difundirla nacional e internacionalmente

Merry MacMasters

Ampliar la imagen Recinto de dos pisos, donde se resguardan muchas de las obras de la Colección Pago en Especie, a cargo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en espera de ser incorporadas a proyectos museológicos y para su difusión cultural en los estados y el extranjero Recinto de dos pisos, donde se resguardan muchas de las obras de la Colección Pago en Especie, a cargo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en espera de ser incorporadas a proyectos museológicos y para su difusión cultural en los estados y el extranjero Foto: María Meléndrez Parada

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Ampliar la imagen En las imágenes, más obras que dan cuenta del permanente movimiento del acervo de Pago en Especie, en custodia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público En las imágenes, más obras que dan cuenta del permanente movimiento del acervo de Pago en Especie, en custodia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Foto: María Meléndrez Parada

México cuenta con una medida fiscal, única en el mundo, gracias a la cual los artistas pueden pagar impuestos con sus propias obras de arte, que cumple 50 años de haberse propuesto.

Pero, más allá de sus miras recaudatorias, el programa Pago en Especie, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha permitido formar una colección viva de arte contemporáneo, que crece año con año.

Hasta la recaudación de 2006, la colección Pago en Especie se integraba con un total de 5 mil 304 obras, de las que 4 mil 44 se encuentran en custodia de la SHCP, mientras que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha destinado las mil 260 restantes a las entidades federativas y municipios.

En cuanto a la parte a cargo de la SHCP, se cuenta con 3 mil 498 obras, entre pintura y gráfica, 468 esculturas, 65 fotografías y 13 tapices.

La recaudación de 2007 aportó otras 178 obras, de las que se asignaron 59 a la Colección Pago en Especie, mediante sorteo.

Innumerables son los artistas que han participado y participan en el programa: Leonora Carrington, Francisco Toledo, Vicente Rojo, Juan Soriano, Alberto Gironella, Raúl Anguiano, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Rafael Coronel, Federico Silva, Gilberto Aceves Navarro, Feliciano Béjar, Pedro Friedeberg, Marta Palau, Susana Sierra y Luis Ni-shizawa, entre muchos más.

Incorporación de arte-objeto

Aportaciones, exposición con obra de 79 artistas, que cubre el lapso de 50 años, y también conmemora el décimo aniversario del SAT, será inaugurada mañana, a las 19:30 horas, en el Museo de la SHCP, en el Antiguo Palacio del Arzobispado (Moneda 4, Centro Histórico).

Asimismo, el hecho de que el arte de hoy se transforme y se reinvente a velocidad vertiginosa, constituye un reto para un programa como Pago en Especie, propuesto en 1957, pero formalizado mediante un decreto presidencial hasta 1975, cuando la producción artística todavía se podía dividir en pintura, escultura y grabado.

No obstante, el 28 de noviembre de 2006 entró en vigor un decreto que amplió la gama de obras susceptibles de ser recibidas.

“Las personas a que se refiere el primer párafo del artículo primero de este decreto podrán optar por efectuar el pago de los impuestos sobre la renta y al valor agregado conforme lo establece el propio decreto, respecto de las obras de arte plásticas de su producción, distintas de la pintura, grabado y escultura, cuando se cumpla con lo siguiente:

“I. Las obras de arte plásticas podrán utilizar su soporte físico diferente a los empleados tradicionalmente en las pinturas, grabados y esculturas.

“No quedan comprendidas en este artículo las obras industriales, artesanales, utilitarias, cinematográficas, las correspondientes a las denominadas artes aplicadas, las de diseño industrial ni las de arquitectura.”

Como el decreto que permite a los artistas pagar con nuevas formas de expresión entró en vigor el año pasado, los frutos de éste se verán reflejados hasta la recaudación de 2008, ya que en el transcurso del presente año los interesados en pagar en especie deben presentar su aviso por escrito en el que manifiestan optar por esta forma de pago, expresa José Ramón San Cristóbal Larrea, director general de Promoción Cultural, Obra Pública y Acervo Patrimonial, de la SHCP.

Esas otras técnicas pueden ser “todas estas multimedias digitales, todos estos soportes ya virtuales, inclusive. Hay una apertura hacia las artes no objetuales o alternativas, el performance, los proyectos y los videos”, señala Ángeles Sobrino, subdirectora de Control de Colecciones. La fotografía ya se acepta de manera formal al abrir el espectro.

Con Pago en Especie se pretende responder a las necesidades de los artistas y que la colección no permanezca rezagada. “Se han aceptado proyectos de instalación, porque sus condiciones materiales están en el límite de lo que sería una expresión efímera que se agota en el espacio, en el tiempo, pero tiene un testimonio material que casi puede considerarse como una obra escultórica. Entonces, gracias a que tiene esa ambigüedad escultórica, no objetual, efímera, es que hemos logrado que ingresen unas obras (cerca de 10) como arte objeto”, apunta Sobrino.

Los Pinos, 71 obras asignadas

En general, anota Ángeles Sobrino, historiadora del arte, “son los jóvenes los que experimentan con todas las formas ‘pías’ (término acuñado por Maris Bustamante, que retoma las primeras letras de las palabras performance, instalación y ambientación). Entonces, como ellos muchas veces están becados, no hacen las obras con intención de enajenar y, si no enajenan, no tienen que pagar impuestos.

“Por ello, esas obras no han podido ingresar a la colección. No obstante, hay artistas que al conocerla quieren entrar a una de esta naturaleza, porque prácticamente es la única de arte contemporáneo que hay, entonces, de manera voluntaria, y por iniciativa personal, han donado piezas.”

Magali Lara, por ejemplo, aunque está inscrita en el programa –inclusive ha sido integrante del comité de selección de la obra– donó de manera gratuita una serie de 39 grabados sin reclamar el crédito fiscal.

Tener la custodia de tan relevante acervo ha generado toda una infraestructura a su alrededor. El propósito último de la colección no es tenerla guardada, sino difundirla a escalas local, nacional y mundial, indica José Ramón San Cristóbal. Y como hace falta un recinto que sirva de lugar de confluencia de las obras, hace cuatro años se habilitó un depósito en un espacio existente, obra que estuvo a cargo del arquitecto San Cristóbal Larrea. Antes de eso, la SHCP alquilaba un edificio en el centro de la ciudad.

De las 4 mil 44 obras en custodia de la SHCP, mil 960 se encuentran asignadas con fines de difusión cultural a las unidades administrativas, espacios protocolarios de la secretaría y diversas dependencias y entidades del gobierno federal.

De estas obras, 175 se encuentran exhibidas en las representaciones diplomáticas de México en el extranjero, mientras que 71 están asignadas temporalmente en la residencia oficial de Los Pinos.

Otras 991 están incorporadas a proyectos museológicos, como exposiciones permanentes, temporales e itinerantes en instituciones del extranjero y del interior del país. Las mil 93 restantes se encuentran en custodia de la Dirección General de Promoción Cultural, Obra Pública y Acervo Patrimonial de la SHCP, en proceso de estudio e interpretación, para integrarse posteriormente a proyectos museológicos y a su difusión cultural en dependencias del gobierno federal.

Cabe mencionar que el depósito también alberga la colección de acervo patrimonial que comprende todo el mobiliario que se ha logrado rescatar, como antiguas máquinas de escribir. También se observa un par de rocolas y una colección de rifles.

“Procuramos que la obra no esté almacenada mucho tiempo, por eso (en el depósito) hay mucho espacio para preparar y hacer movimientos”, explica Ángeles Sobrino.

Antes de exhibir una pieza, “hacemos un dictamen técnico de sus condiciones materiales, de conservación y, sobre todo, de las condiciones ambientales que se requieren para poder exponerse”.

Conservación de obras, un reto

En la planta baja del depósito de dos niveles, se observa la escultura Dentro del ojo de pesado, de Gerardo Azcúnaga, que consiste en una base de poliestireno con cabello humano. Los artistas contemporáneos experimentan mucho con las técnicas, lo que constituye un reto para la conservación, explica Ángeles Sobrino. Es posible que a la pieza de Azcúnaga se le haga “una tiendita de campaña para hacerle un microclima y tenerla en óptimas condiciones”.

¿Qué obras hay aquí de Francisco Toledo? “Jamás embodegaríamos un Toledo”, contesta enfática.

En 2000, el artista juchiteco pagó en especie con una serie de 27 libretas con dibujos y pinturas, que incluye las 15 de Los cuadernos de la mierda, pero con la condición de que su obra pudiera ser vista por los oaxaqueños, así que se dio en custodia al Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca para su difusión.

Otra obra de Toledo, pagada en especie, es la cerámica La casa de los frijoles, que también está en comodato con el Instituto Nacional de Bellas Artes para mostrarse en la Casa de la Cultura de Juchitán.

En el depósito cada pieza tiene su lugar específico y, aunque se observan espacios vacíos en los racks, también hay lugar para el crecimiento. Al acondicionar el presente depósito, se dejó una puerta que da a otro almacén de igual tamaño, del que se echará mano cuando el primero se sature.

 
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