Usted está aquí: domingo 2 de diciembre de 2007 Espectáculos “Por dinero, las disqueras ponen a los jóvenes a tocar porquerías”

Nadie sigue los pasos de José Alfredo, continúa Chavela Vargas, en charla con La Jornada

“Por dinero, las disqueras ponen a los jóvenes a tocar porquerías”

Pobrecitos... entonces ahí van todos los timbiriches a hacer el ridículo más grande del mundo, considera la intérprete de La Llorona

Ahora trabaja en un proyecto con el cineasta español Pedro Almodóvar, con quien lleva estrecha relación

Actuará en el Auditorio Nacional, el próximo martes

Tania Molina Ramírez

Ampliar la imagen He vivido como se me da la gana, declaró Chavela Vargas en entrevista realizada en Tepoztlán (en la imagen) He vivido como se me da la gana, declaró Chavela Vargas en entrevista realizada en Tepoztlán (en la imagen) Foto: Cristina Rodríguez

Chavela Vargas es hoy, quizá, la más reconocida intérprete de música mexicana. A sus 88 años goza de una determinación y lucidez que cualquier chamaco envidiaría. Es más, da la impresión de que goza. Punto: goza de estar viva.

Habla directo, sin pelos en la lengua, y a la vez no tiene respuestas para todo: pregunta, duda. Pregunta, por ejemplo, en entrevista con La Jornada, en Tepoztlán (donde reside cuando no está en Madrid), a qué se deberá la actual sequía de grandes compositores como aquellos que ella interpreta: José Alfredo Jiménez, Tomás Méndez, Álvaro Carrillo, Cuco Sánchez. “No hay nadie que esté siguiendo (los pasos) de José Alfredo. No hay compositores nuevos.” Hay, sin embargo, ciertas intérpretes a quienes admira y quiere, como Lila Downs y Eugenia León.

Asoma algunas ideas de por qué no habrá grandes compositores: “Las disqueras” que “ponen a tocar a los muchachos porquerías, con tal de ganar dinero”, las televisoras “los inducen a hacer babosada y media. Ellos (los jóvenes), pobrecitos, no tienen la culpa. Es Televisa que te obliga. Si no, no te pagan. Entonces, ahí van todos los timbiriches a hacer el ridículo más grande del mundo”.

–Entonces, ¿los medios dictan las modas musicales?

–¡No dictan nada! El joven es muy inteligente. Sabe cuando es verdad lo que le están enseñando. No son tontos. Parecen, pero no. Nadie aprende nada de Timbiriche. Hay que esperar algo que valga la pena, porque si sale otra Paulina Rubio… es para suicidarse.”

En contraste, los jóvenes mexicanos se siguen sintiendo identificados con lo que canta Chavela Vargas. Ha traído hasta nuestros días la música de los grandes compositores, para ofrecérsela a nuevas generaciones aquí y en el extranjero.

“México es mío”

–¿Por qué seguirá tocando el corazón de los jóvenes?

–Ni yo misma lo sé. Ni ellos mismos. He platicado con gente de 14, 15 años, que llora en un concierto mío, y les he preguntado, ‘¿por qué lloras? Porque tengo que llorar, doña Chavela’. Ellos aman mi música. Tienen también cierto dolor en el alma, cierto pesar. Empezando a vivir, ya el dolor se asoma a sus rostros, a su corazón. Ya empiezan a llorar, que son las lágrimas más dulces del mundo, esas primeras lágrimas son las más bonitas. Las de después son muy amargas.

Si bien Chavela Vargas nació en Costa Rica, no le tiene ningún cariño a aquel país. Adoptó y fue adoptada por México. “En México tenemos a las dos personas más ricas del mundo: Slim y yo. Yo, porque soy dueña de todo México. México es mío.”

Más que ser dueña, quizá, más bien, Vargas ya es parte entrañable nuestra.

Respecto del país, dijo: “Con un levantoncito que dé México un día de estos nos va a dar un sustito, corazón. En todos los aspectos, México va a dar un empujón y se va a levantar el gigante dormido. Eso espero de mi México. Mire lo que tenemos enfrente –dice, y apunta hacia el cerro del Tepozteco–, ese paisaje tan extraordinario. Todo eso tiene que revivir. Nuestros primeros dioses nos vienen a dar la alternativa para muchas cosas. Hay mucha gente joven que quiere hacer algo, vamos a ayudarlos a que lo hagan”.

“Libertad es soledad”

Chavela Vargas –dice el escritor Carlos Monsiváis, amigo suyo– “ha vivido como le ha dado la gana”.

Ella ríe cuando se le recuerda la frase: “Exacto. He vivido como se me da la gana y no he tenido nunca nadie que me mande. La libertad es una cosa muy bella. Claro que tiene un defecto inmenso: la soledad. Libertad es soledad. Libertad, soledad, pobreza, porque no puedes ser rico y libre”.

Y si hubo cosas que no hizo, fue porque “no hubo tiempo. Yo me atreví a todo en la vida. Por eso estoy donde estoy: porque tuve el valor de atreverme”.

Uno de sus recientes proyectos fue el disco Cupaima, realizado junto con el músico Jorge Reyes, con quien trabajar, dice, “fue el fracaso más grande: el señor se puso productor, director, inventor, yo no conté para nada. Él fue todo. Así no se juega. Es jugar chueco. No soy vanidosa, pero sí que me dé un poquito de crédito, de decir ‘Chavela inventó tal cosa, corrigió tal, dijo tal’. Todo eso se pone cuando un hombre es caballero. Pero ese señor de caballero no tiene nada”.

Ahora, la cantante trabaja en un proyecto con el cineasta Pedro Almodóvar, con quien desde hace tiempo lleva estrecha relación personal (“lo quiero como a un hermano; es muy bondadoso”) y laboral (“como director es un genio”). Se trata de un proyecto de música: “No sé para qué lo vaya a usar. Lo hacemos con mariachi; quiero hacer una cosa de tango con mariachi. Pedro me dijo, ‘tú vas a dirigir’, le dije, ‘¿que qué? No. No voy a dirigir nada’... Con semejante director…”

Vargas también lleva una estrecha relación con el cantautor español Joaquín Sabina.

Este martes ofrecerá un concierto acompañada de “un dúo de guitarras que ha viajado conmigo por todo el mundo. Vamos a meter todo lo que haya que meter. A recordar canciones antiguas”, canciones que han revivido gracias a ella, como La llorona. De esta pieza, dice con inmenso orgullo (y razón): “La llorona que está ahorita en el mundo es mía. La saqué de donde estaba dormida y la mandé por el mundo”.

Se presentará en el Auditorio Nacional, el 4 de diciembre, a las 20:30 horas. Teléfono: 5280-9250. www.auditorio.com.mx/ www.chavelavargas.net

 
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