Usted está aquí: viernes 30 de noviembre de 2007 Capital Balacera entre policías de la SSP-DF y judiciales; un muerto y tres heridos

Los ministeriales habían secuestrado a un joven; pedían $10 mil para liberarlo

Balacera entre policías de la SSP-DF y judiciales; un muerto y tres heridos

Advierte jefe de Gobierno que revisará pruebas de control de confianza a uniformados

Agustín Salgado, Ángel Bolaños y Mirna Servín

Ampliar la imagen Elementos de la SSP-DF someten a uno de los policías judiciales detenidos por haber secuestrado a un joven. Los hechos, en la colonia Del Valle Elementos de la SSP-DF someten a uno de los policías judiciales detenidos por haber secuestrado a un joven. Los hechos, en la colonia Del Valle Foto: La Jornada

Elementos de la Policía Judicial, que fuera de su horario laboral delinquían, y efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública se enfrentaron a balazos en las inmediaciones de la Dirección General de Servicios Periciales de la procuraduría capitalina, luego de que los ministeriales fueran sorprendidos en el momento que tenían secuestrado a un joven de 22 años. El saldo fue de una persona muerta y tres más heridas.

Alrededor de la 1:30 horas, Ricardo Bussey salió de un establecimiento nocturno de la colonia Del Valle. Al dirigirse a su domicilio fue sorprendido por cuatro sujetos que viajaban a bordo de una camioneta Caravan color blanco y con placas estadunidenses.

A punta de pistola, Ricardo fue obligado a subirse al automóvil; minutos después, su padre recibió una llamada telefónica en la cual los victimarios le exigían 10 mil pesos a cambio de la liberación de su hijo.

Lenin Meléndez Apaseo y Ricardo López González, ambos policías judiciales, que de acuerdo con la representación social “no se encontraban en su horario de servicio”, argumentaron a los familiares de Bussey que el joven poseía marihuana y otros enervantes en el momento de la “detención” y que para evitar que fuera presentado ante las autoridades tenían que entregarles el dinero en efectivo.

Horas después, la procuraduría capitalina informó que los dos judiciales habían finalizado su turno a las 21:00 horas y que sí bien se encontró en el interior del vehículo una bolsa con marihuana, “ésta era parte del montaje” de los extorsionadores.

En primera instancia se estableció la glorieta de avenida Universidad y Miguel Ángel de Quevedo, como el punto para realizar “la transacción”.

El padre de Ricardo simuló ceder ante la extorsión, sin embargo, solicitó apoyo a los tripulantes de una patrulla de la policía preventiva. Tras relatar los hechos a los uniformados, la SSP-DF estableció un operativo a discreción.

Poco antes de las 2:30 horas y ya cuando se encontraba en la glorieta acordada, el teléfono celular volvió a sonar: los sujetos cambiaron el punto de reunión y le dieron la orden de dirigirse a la esquina de Eje 8 Sur y avenida Universidad.

Minutos después, la camioneta blanca arribó a las inmediaciones de Plaza Universidad. Tras algunos instantes, los policías preventivos abordaron a la distancia a sus pasajeros y les dieron la orden de bajarse del automotor. Sin embargo, Lenin Meléndez y López González, al igual que sus dos cómplices, quienes fueron identificados como José Juan y Jorge Acosta Licona y que al parecer fungían como “madrinas” decidieron emprender la huida.

Los judiciales se dirigieron a las instalaciones de la procuraduría ubicadas en Avenida Coyoacán, lo que derivó en una persecución en la que participaron decenas de patrullas de la SSP-DF y en la que ambas partes accionaron sus armas de fuego.

Poco antes de arribar al edificio de la Dirección General de Servicios Perciales, el chofer de la Caravan perdió el control de la unidad, luego de que estallaran los neumáticos.

Horas después, el procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas, informó que durante la persecución se solicitó apoyo vía radio, lo que originó una fuerte movilización tanto de la policía judicial como preventiva.

Tras aclararse la situación se detuvo a los tripulantes de la camioneta. En el interior de la unidad, además de Bussey, los dos policías judiciales y las “dos madrinas” se encontraban otras dos personas de nombres José Gabriel Jiménez Muñoz y Antonio Paredes, quien al parecer también eran víctimas de los delincuentes.

Ricardo Bussey fue trasladado a un hospital particular por heridas en espalda pie y hombro; López González, quien presentaba una herida a la altura del cuello, fue llevado al Hospital de Xoco, donde finalmente perdió la vida y los otros dos heridos fueron Jiménez Muñoz y José Juan Acosta. A excepción de López González, todos fueron reportados por los servicios médicos como “estables”.

Es una vergüenza para nosotros: Félix Cárdenas

Al respecto, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, informó que se realizará una nueva versión de los exámenes de control de confianza que se aplica a los efectivos de ambas corporaciones.

Advirtió que la tarea de limpiar a las policías de malos elementos debe ser “una lucha de todos los días. Todos los días tienen que estar la procuraduría y la Secretaría de Seguridad Pública realizando pruebas de control de confianza” para dar de baja a aquellos que no aprueben el procedimiento.

Dijo que tras el enfrentamiento de policías de la SSP-DF con agentes judiciales de la PGJDF, se mantuvo en comunicación con el procurador y tomó la decisión de revisar los exámenes de confianza para que esto no siga sucediendo dentro de la Policía Judicial y reconoció el desempeño de los efectivos preventivos que respondieron de manera enérgica e inmediata contra los agentes judiciales.

Por su parte, Rodolfo Félix Cárdenas estableció: “Es una vergüenza para nosotros, pero vamos a actuar con mucha firmeza. Es una pena que uno de los judiciales haya fallecido, porque una pérdida de una vida humana siempre se lamenta, pero al otro lo tenemos detenido y a los otros dos sujetos también, vamos a continuar con las diligencias y se va a actuar conforme a la ley”, sentenció Félix Cárdenas.

Por último, el titular de la SSP-DF, Joel Ortega Cuevas aseguró que cualquier elemento que participe en un delito será castigado e investigado para que se le finquen las responsabilidades correspondientes.

“Cada vez que ocurre un hecho delictivo en la ciudad que tenga que ver con una mala actuación de un servidor público no habrá protección, y el que lo haga bajo su cuenta y riesgo se expone no nada más a perder el empleo sino terminar en la cárcel”.

 
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