Usted está aquí: jueves 29 de noviembre de 2007 Espectáculos La Muestra

La Muestra

Carlos Bonfil
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The go master

Ampliar la imagen Fotograma de la cinta, que describe el itinerario sicológico y moral de un jugador de go Fotograma de la cinta, que describe el itinerario sicológico y moral de un jugador de go

Go es el nombre de un juego de mesa que se perfecciona en Japón desde 1880, recuperando una tradición milenaria del sudeste asiático, en particular de China, donde se le conoce como weiki, una estrategia de asedio en el que se disponen sobre un tablero pequeñas piezas ovaladas, blancas y negras, con el propósito de ganar terreno al adversario, rodeando sus piezas para limitar sus jugadas. Un juego de concentración que involucra a dos personas y que es el equivalente oriental del ajedrez. The go master (El maestro del go), la cinta más reciente del realizador chino Tian Zhuangzhuang (El papalote azul, La primavera de una infidelidad), relata la vida de Wu Quinyuan, maestro indiscutible de este juego, quien aparece nonagenario en el prólogo de la película, para ser luego encarnado como jugador joven por el estupendo actor chino Chang Chen (Happy together, de Wong Kar Wai).

A los cinco años Quinyuan se revela en China como un niño prodigio capaz de entender y dominar las técnicas elementales del juego. Un año después, en 1920, su familia lo lleva a Japón, donde pasará largas décadas de su existencia perfeccionando su arte de jugador, aun cuando un accidente en 1945 compromete seriamente su destreza. Aunado a este percance el filme refiere las penurias de Wu, su larga enfermedad (tuberculosis crónica), sus discrepancias con jugadores ortodoxos que no aceptan modificación alguna a las reglas ancestrales, y sobre todo su conflicto de tener como patria adoptiva a la nación expansionista nipona que a finales de los años 30 ocupa militarmente la región norte de su país natal.

The go master es a la vez el retrato del jugador magistral y también una crónica de la turbulencia política entre Japón y China, misma que se prolonga hasta los años de la Segunda Guerra Mundial. El director elige, sin embargo, concentrar su exploración en la personalidad de un hombre empeñado en dominar al máximo el arte del juego, como si al hacer este énfasis en la perseverancia y el compromiso artísticos aludiera a los años de silencio (casi una década) que siguieron a la prohibición por las autoridades chinas de su propia cinta, El papalote azul.

La manera en que el realizador elige ahora un estilo casi minimalista y un tema no para todos atractivo muestra que los años de aparente inactividad no menguaron en nada su creatividad ni su audacia expresiva. The go master es una película contemplativa que de ningún modo intenta iniciar a los espectadores en la afición por el juego de go, sino, de manera más interesante, tomar este juego como pretexto para describir el itinerario sicológico y moral de Wu, el jugador artista, y sus estratagemas para colocarse por encima de contingencias políticas y adversidades que podrían haber destrozado una existencia más frágil que la suya. Una escena elocuente muestra a los jugadores de go sacudidos por las reverberaciones de la explosión atómica en Hiroshima. El maestro que vigila la disciplina en las jugadas permanece imperturbable, ajeno casi al desastre circundante. La escena, tal vez excesiva, es posiblemente la que mejor ilustra el rigor de la dedicación artística. Éste es el asunto central en la nueva cinta de Tian Zhuangzhuang, y también su apuesta más arriesgada.

 
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