La lógica de la acumulación, imposible de frenar
Difícil, consolidar plan humanista serio, señala González Casanova
Ampliar la imagen Pablo González Casanova, durante su participación en el coloquio internacional Pensar América Latina, que se llevó a cabo este martes en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México Foto: María Luisa Severiano
El doctor Pablo González Casanova afirmó que en el proceso de desarrollo hay fenómenos que atentan contra una visión humanista, como la destrucción del medio ambiente, la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y la creación genética, “es decir, todo esos conocimientos y técnicas que sirven para ahorrar salarios, bajar gastos y tener más utilidades. Nadie va a convencer a quienes dominan el sistema económico mundial y a quienes se benefician de él de que deben parar”.
Indicó, en ese sentido, que lo que va a seguir en aumento es el afán de lucro, la búsqueda de mayor productividad por trabajador y la debilidad de la clase obrera; “lo único que quieren es trabajar para comer”.
Es imposible detener un sistema dominado por la lógica de la acumulación y el lucro, un desarrollo que lejos de servir a la humanidad ya empezó a amenazar su sobrevivencia, agregó.
En una conferencia en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el politólogo abundó que con esas condiciones es difícil frenar la explotación irracional de la naturaleza, pues su preservación significaría pérdidas para las grandes empresas. “Ni siquiera lo mínimo que se pidió, que son los acuerdos de Kyoto, ha respetado Estados Unidos, que en este momento encabeza uno de los grandes bloques, y China, que es ahora un país hegemónico, imperialista, tampoco acepta”, abundó.
Continuó: es poco factible detener la lucha por los energéticos y otros recursos naturales entre los bloques geopolíticos, “porque el sueño unipolar de Washington ya se acabó. En este momento están también China, Rusia e India”.
Por otra parte, dijo, es improbable regresar a las políticas del Estado social, del nacionalismo revolucionario, del desarrollismo, pues ello implicarían altos costos, como el fortalecimiento de los estados nación y de los trabajadores, especialmente debilitados por el neoliberalismo.
No se puede, indicó, detener la tendencia hacia los conflictos bélicos. Los expertos coinciden en señalar que “vamos a terminar en un ecocidio por la eliminación de la biosfera”.
Asimismo, indicó, no se puede frenar la salida que ha implantado el capitalismo digital con el colonialismo, con la privatización salvaje, “acompañada por lo que los zapatistas llaman la cuarta guerra mundial contra los pobres”.
Es un conflicto que se puede observar en Irak y en las nuevas formas de colonialismo que imponen a los llamados países del tercer mundo o de la periferia mundial, “lo que consolida una política de patio trasero, como lo que estamos viviendo en América Latina con el Plan Colombia y ahora con la Iniciativa Mérida”.
Añadió que incluso China, “donde todo ese maravilloso desarrollo capitalista beneficia a 300 millones de personas, fastidia a 800 millones”.
A todo esto, dijo, hay que añadir “que la imposibilidad de resolver los problemas anteriores hace inviable todo proyecto humanista serio”.
Dar solución a esos conflictos no se podrá sólo en el terreno político ni en el de las ciencias sociales. Tienen que encontrarse otras formas. “No podemos pensar en términos de movimientos aislados de la soberanía nacional, de la soberanía de los pueblos, de los trabajadores, de las comunidades. Se requiere un sistema de respeto a los derechos del hombre que sea realmente aplicable”, destacó.
Consideró que es necesario contar con información de ese contexto, no para deprimirse. Por el contrario, “se requiere conocer las cosas para luchar, para ver si estamos en condiciones de triunfar”.