Usted está aquí: lunes 26 de noviembre de 2007 Cultura La oposición concede amnistía a sus perseguidores: Hernández Navarro

La vorágine de los libros

Sentido contrario, parte de la mitología por crear

La oposición concede amnistía a sus perseguidores: Hernández Navarro

Cecilia Durán (Corresponsal)

Ampliar la imagen Jorge Alonso, Luis Hernández Navarro, Fabrizio León y Gilberto López y Rivas durante la presentación de Sentido contrario Jorge Alonso, Luis Hernández Navarro, Fabrizio León y Gilberto López y Rivas durante la presentación de Sentido contrario Foto: Carlos Cisneros

Guadalajara, 25 de noviembre. Sentido contrario busca mantener viva la memoria histórica de un conjunto de agravios contra luchadores sociales que hoy, con el pasar de la política electoral, parecen olvidados. Da la impresión de que se ha ejercido una amnistía por parte de la izquierda a quienes fueron sus perseguidores por muchos años, dijo ayer Luis Hernández Navarro durante la presentación de su libro en el contexto de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

David Pintado Espinoza, Antelmo Robledo, Álvaro Ríos, Horacio Labastida, Aureliano Estrada, son sólo algunos de los personajes que integran una especie de galería de retratos hablados, técnica que, de acuerdo con el autor, implica destacar unos elementos sobre otros, profundizar más en ciertos aspectos. Estos personajes tienen en común, sean luchadores sociales o intelectuales, formar parte de la mitología que hay que crear. “Parto de la idea de que los mitos hacen posible las transformaciones, y a la hora de concentrar el pasado, el presente y el futuro, dan la ilusión de eternidad. Los mitos nos permiten atravesar una época que en muchos aspectos ha perdido sentido y son la herramienta para ir creando, de manera colectiva, utopías realistas, un futuro que sea diferente”, señaló Hernández Navarro.

El autor, también coordinador de opinión de La Jornada, compartió con el público algunas de las historias que dejó fuera, y dijo que “a mediados de la década de los 80, en la ciudad de Durango, un dirigente del sindicato de músicos de la entidad, de nombre Juan Lira, separó a su sindicato de la CTM. Ahora eso es muy común, los líderes de los partidos y las organizaciones sociales brincan de una a otra como si fueran trapecistas en el circo, pero en aquella época era poco frecuente, sobre todo, abandonar las filas del partido oficial. Juan Lira pagó cara su osadía, fue asesinado; no le perdonaron el desafío.

“Fue enterrado en su pueblo, en una ceremonia en donde la gente, vestida de negro, con un calor de los mil diablos, levantaba una enorme polvareda que impregnaba los trajes. El féretro iba acompañado de sus amigos músicos, muchos de ellos mariachis que entonaban como canción de despedida una pieza no de José Alfredo Jiménez, sino de George Harrinson, My sweet lord. Una historia así, para poder ser contada dignamente, para poder ser transmitida y comunicada en todo su dramatismo, requiere de técnicas narrativas que están más cercanas de la literatura, que el ensayo o el reportaje tradicional.

“Juan Lira es hoy en Durango el nombre de una calle, tiene una presencia viva en algunos de sus compañeros, pero es mucho más que eso, son historias dignas de ser parte de una película de Hollywood, mucho más que las películas mismas de Hollywood. Encontramos hoy en día en muchas de las narraciones fílmicas grandes recursos técnicos, grandes inversiones para contarnos historias de vida verdaderamente insignificantes. Cuando a nuestro alrededor estamos rodeados de vidas apasionantes, de personas que hacen acciones ejemplares y construyen situaciones que ameritarían ser conocidas.

“En la época de los famosos, en donde personajes como Paris Hilton es más conocida que cualquier político de un país africano, este libro busca demostrar que hay personas en nuestra sociedad que resisten la avasallante lógica mercantil y el autoritarismo. Son personas que no están en venta, que han intentado cambiar el mundo, que han caminado en sentido contrario y que merecen ser recordadas y tenerlas presentes.”

Por su parte Fabrizio León, autor de la fotografía de la portada del libro, señaló que “Sentido contrario es un ensayo que hace uso de los estilos periodísticos, lo cual tiene como resultado un libro que cuenta aventuras extraordinarias, paisajes agrestes, batallas perdidas y mapas robados. Con una fuerte influencia de las narraciones de Emilio Salgari y Stevenson, este libro que ahora se presenta, cuenta la vida de mujeres y hombres inclasificables, cuya principal característica es que explican lo que pasa en la vida y en el mundo, al revés. Son seres que han dedicado toda la fuerza del pensamiento y la energía de su cuerpo a resistir”.

El antropólogo Gilberto López y Rivas, articulista de La Jornada, señaló que “uno se da cuenta en el trabajo, la riqueza de la síntesis, de la expresión y de la palabra, y de esta manera recorremos las luchas, como la del zapatismo. Uno de los capítulos más logrados a mi juicio es el de Pablo González Casanova, donde recoge la esencia de lo que es un intelectual comprometido, de las luchas de su tiempo, que a los 80 años sigue escuchando a la gente y escribiendo”.

Jorge Alonso, investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), manifestó sobre el trabajo realizado por Hernández Navarro: “se trata de un libro en sí mismo transformador, pues el contacto con tanta vida intensa no puede dejar a uno como estaba antes de leerlo”.

Sentido contrario está a la venta en el local de La Jornada en la FIL. El precio es de 250 pesos.

 
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