Usted está aquí: viernes 23 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia Falta de previsión de la Sedeso agudiza espera de tabasqueños para recibir ayuda

Estamos haciendo lo humanamente posible; “nos rebasa la situación”, aceptan empleados

Falta de previsión de la Sedeso agudiza espera de tabasqueños para recibir ayuda

Duplicación de papeletas para programas de reposición de enseres y de vivienda obliga a reiniciar proceso de inscripción; se hará a domicilio, como había propuesto Andrés Granier

Arturo Cano y René Alberto López (Enviado y corresponsal)

Villahermosa, Tab., 22 de noviembre. La Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) hace el caos. La falta de previsión y de personal, la prisa por ganar la partida al gobierno estatal y una pésima planeación añaden incertidumbre a los tabasqueños que lo perdieron todo. La dependencia federal instala “mesas de atención” para registrar a los beneficiarios del programa Reposición de enseres domésticos un bono que va de 5 a 10 mil pesos, canjeable en tiendas departamentales.

Sin embargo, desde el principio la Sedeso pierde el control del registro de beneficiarios, lo que se traduce en duplicaciones, fichas incompletas y papeletas que la secretaría no reconoce como suyas, pese a que los afectados las adquirieron en los módulos instalados por la propia dependencia.

El desorden obliga a Beatriz Zavala Peniche, titular de la Sedeso, a anunciar que “la aplicación de los programas Reposición de enseres domésticos y Emergente de reconstrucción de vivienda se llevará a cabo en los domicilios de la población afectada, por lo que no es necesario que los damnificados por las inundaciones en Tabasco acudan a las mesas de atención social”.

El comunicado fue dado a conocer el pasado miércoles 21, cuando ya miles de damnificados se registraron y recibieron a cambio una papeleta con un número de folio, el logo de la dependencia y la firma de un empleado de ésta.

La idea es que conforme a un estudio socioecónomico y a las pérdidas se defina la cantidad que recibirá cada familia afectada, que saldrá de los 600 millones de pesos destinados al programa de marras, aunque la cifra todavía está en “jaloneo” con el gobierno estatal.

En acto aparte, a unas calles del módulo que recibe las solicitudes de bonos, el subsecretario de Desarrollo Social y Humano de la entidad, Gustavo Merino Juárez, da este dato: “el programa de enseres domésticos da, en casos ‘normales’, hasta 5 mil pesos, pero dada la magnitud que hemos observado en Tabasco, se creció a 10 mil”.

Sin embargo, los módulos se cierran porque la Sedeso se percata de “errores de llenado, duplicidades y mil mañas; un desastre”, según explica María Guadalupe Gaytán, empleada de la secretaría, recién llegada a Villahermosa, frente a un grupo de damnificados poseedores de papeletas inútiles.

“Queremos que la gente sepa que vamos a llegar a sus colonias, que visitaremos todas las casas para que de manera oportuna puedan recibir los beneficios de los programas de apoyo, de acuerdo con la instrucción girada por el presidente Felipe Calderón”, dice Beatriz Zavala en el comunicado número 157. Así lo sugería el gobierno local desde un principio.

Larga espera bajo los rayos del sol

Pero la decisión no prevé qué hacer con los ciudadanos que determinaron ya no volver al lugar donde vivían. Por ejemplo, bajo el intenso sol de mediodía, Liliana del Carmen González pide que resuelvan su caso. Ella y su familia habitaban una casa rentada en la colonia Las Gaviotas norte, una de las emblemáticas del desastre por su cercanía al río. Lo perdieron todo y han decidido irse a otra zona de la ciudad. Tienen su papeleta, resultado de tres días de cola, pero se han mudado de casa.

“Es un caso especial; no sé, no sé”, atina a decir un empleado de la Sedeso.

Los trabajadores de la dependencia federal no paran. Rechazan a todos los que no traen una papeleta cuyo folio comience con la cifra 27060. Y aunque muchos juran haberse registrado en la mesa instalada a unos pasos, en la misma colonia Las Gaviotas, la única promesa es que los visitarán en los próximos días.

Los damnificados refieren que se formaron durante largas horas –una cola más de las muchas que ya son cotidianas para los villahermosinos pobres– y que los empleados de Sedeso, rebasados por la enorme cantidad de solicitudes, pidieron ayuda de ciudadanos para llenar la documentación.

“Sí, sí, así fue”, dice Gaytán. “Créanme que estamos haciendo lo humanamente posible; nos rebasa, no dormimos anoche”.

A su lado, una señora robusta sale respondona: “nosotros llevamos 20 días sin dormir”.

“Sí, sí, señora”, dice la funcionaria, avergonzada.

Los afortunados conservaron el refri

La Sedeso se ha instalado en una escuela vacía, inservible el mobiliario, caída una parte de la barda, y la entrada a la “mesa de atención permanente” es controlada por soldados. Los empleados federales caminan paso a paso la enorme cola, revisan las papeletas, mandan a sus casas a quienes no tienen determinado número y anuncian: “ya no vamos a poner mesas, porque se presta a todo”.

Uno de ellos informa que la dependencia ha contratado a 200 personas para que vayan a las casas y que, en caso de no encontrar a sus habitantes, les dejarán un aviso de dónde deben presentarse.

Algunos se van, aunque dudan de la promesa. Otros, los suertudos con el folio correcto, aguantan los rayos del sol. Como Rosa Isabel Jiménez, quien vive a tres cuadras del río y perdió todo. Camas, muebles, computadora, ropa, nada le quedó a su familia. “Sólo el refri sí jaló”, dice.

Jiménez y sus vecinos de cola nunca recibieron la visita de empleados de la Sedeso en sus casas, pero están seguros de que esta tarde les darán su bono.

Víctor Hugo Lázaro, recién casado, perdió todos sus muebles nuevos. Pero lo que más lamenta es su coche, un Spirit viejo que está bajo el lodo.

Un vehículo que ya no recorrerá las mejoradas carreteras de Tabasco que vino a anunciar el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, quien antes y después de los recorridos de rigor para un funcionario de su investidura anunció recursos que suman mil 700 millones de pesos para la reconstrucción, conservación y modernización de la red carretera de la entidad. Téllez informa que 469.3 millones de pesos llegarán vía el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), y otros mil 255 millones forman parte del presupuesto 2008, para la construcción de seis nuevas vías estratégicas y dos caminos rurales.

Mi casa es su casa

A unas cuantas calles del relajo sedesolista hay un cuadro muy distinto. La calle tiene poca basura; unos vecinos lavan a presión los esqueletos de unas sillas mientras un camión de la Comisión Federal de Electricidad produce energía para un par de casas.

En la esquina, 20 agentes antimotines de la Policía Federal Preventiva se protegen del sol pegados a la pared. Los acompañan varias patrullas de la policía estatal.

Dentro de una de las casas que reciben la bendición de la electricidad, dos cuerpos de sillas ordenados, una lona, botellas de agua en abundancia y un letrero con los colores de la Sedeso anuncian la enésima visita de Margarita Zavala a tierra tabasqueña.

La esposa del presidente Felipe Calderón viene a entregar cheques a 39 estancias infantiles –de las 108 existentes en el estado– que resultaron con distintos daños. Los cheques para madres trabajadoras van de 4 mil a 35 mil pesos si la pérdida fue total.

Así le ocurrió a Ana Flor Song, educadora que tenía su estancia en el centro de la ciudad. Sus ayudantes se inscribieron en el programa de empleo temporal, en el cual participan 8 mil personas, mientras ella busca un sitio para reubicar la estancia, sin empleo y sin dinero. Hasta hoy que viene la esposa del Presidente.

Busca en otro lado, porque las rentas en el centro se han ido por los cielos, especialmente las de locales “que no se fueron al agua”, y porque la mayor parte de sus 30 niños vive en la periferia.

Cruz del Rosario, otra educadora, trabaja en la ranchería La Lima y también lo ha perdido todo. Ella atendía a 26 niños y su estancia estaba abierta de 7:30 a 21:30 horas. Las dos maestras hablan en un lugar ventilado y limpio, ya sin rastros de la tragedia, a no ser por la cal que cubre el pasto del jardín.

“El destino quiso que no sólo sea bienvenida, sino que esté segura de que Tabasco es su casa”, dice a la invitada de honor Teresa Calles de Granier, esposa del gobernador.

“Ustedes sacaron lo mejor de los mexicanos: la solidaridad, y lo importante es que esto se convierta en ayuda constante, más allá de la tragedia y del número de horas en el noticiero”, agradece Zavala, tras asegurar que éste, que arrancó con el sexenio, es uno de los programas preferidos de su marido. “Así que no saludo con sombrero ajeno”.

Acto seguido, la esposa de Calderón entrega los cheques. Cada vez que se menciona el nombre de una estancia infantil se acerca su encargada. Así, suben para la foto las responsables de Angelitos, Arcoiris, Juegos y Letras, Amiguitos, Edukid, Campanita, Cariñitos, Casita de Muñecos y Angelitos de Jesús. A todas, Margarita Zavala les augura: “te va a salir mejor”.

 
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