México SA
Presidente del desempleo
Cuando Calderón llegó a Los Pinos la desocupación era de 3.58%, ahora subió a 3.93
Fiel seguidor de la política foxista en la materia, el “presidente del empleo” infla que te infla las cifras de ocupación laboral en el país, sobre todo cuando le faltan pocos días para cumplir un año sentado en Los Pinos. Lo peor del caso es que el desmentido no proviene de un energúmeno integrante del círculo rojo, sino de la institución pública responsable de la estadística nacional.
Justo ahora que la economía mexicana “crece” a un ritmo casi 40 por ciento inferior al reportado en 2006 (4.8 contra 3 por ciento, este último como máximo), el inquilino de Los Pinos repite lo que Fox no dejó de presumir en cada uno de sus fallidos años de gobierno: “cifras históricas” en generación de empleo.
Pero, también como en el foxiato, sin quererlo el INEGI permanentemente desmiente las alegres cifras, las “históricas”, que manan del micrófono oficial. La ecuación es sencilla: cuando por la puerta de atrás el primero de diciembre de 2006 Calderón llegó a Los Pinos, la tasa oficial de desempleo abierto en el país era de 3.58 por ciento de la población económicamente activa. Al cierre de octubre pasado esa misma tasa había crecido a 3.93 por ciento, de acuerdo con el informe divulgado anteayer por el referido Instituto (si sólo se considera la desocupación en las 32 principales ciudades de la República –aquellas con población mayor a 100 mil habitantes–, dicha tasa pasó de 4.59 a 5 por ciento en el periodo de referencia).
La diferencia entre uno y otro porcentaje (0.35 puntos) es igual a que 156 mil 500 mexicanos se sumaron al de por sí voluminoso ejército de reserva, para redondear, al cierre de octubre pasado, un millón 750 mil personas en el desempleo abierto. A pesar de ello, ayer el inquilino de Los Pinos reiteró que “para la primera quincena de noviembre no habíamos generado 300 mil ni 600 mil; a la primera quincena de noviembre ya habíamos generado de enero a noviembre 960 mil nuevos empleos, y ojalá le podamos pegar al millón de empleos. Va a estar difícil, pero estamos alcanzando una cifra récord en generación de empleo para México. Es la cifra de empleos formales más alta que tenemos registrada para un año, desde luego es la cifra más alta para cualquier primer año de gobierno en el país”.
En el mejor de los casos, y sólo en el mejor, se trataría de empleos existentes, pero no registrados en el IMSS (vendedores, comisionistas, aboneros, mandaderos, meseros, taxistas, etcétera) y la rigurosa utilización de la “calculadora Fox” (aquella que sólo suma, nunca resta) para obtener el total, pero de cualquier forma las cifras del INEGI cancelan la celebración del michoacano, porque en el balance lejos de crecer el empleo se ha incrementado el desempleo.
Ayer, el inquilino de Los Pinos recorrió las instalaciones que una trasnacional automotriz tiene en El Salto, Jalisco, y allí reconoció que el crecimiento de la economía “es lo único que hace generar empleos”, y 2007 no es precisamente un ejemplo a presumir en materia económica.
Así, en 2006 tal crecimiento fue de 4.8 por ciento (el mayor de los últimos siete años), y la generación de empleo formal (cifras oficiales) se aproximó a las 895 mil 500 plazas, a razón de 186 mil 562 por punto porcentual de incremento en el producto interno bruto.
Aunque no concluye, en 2007 ese mismo balance arroja el siguiente resultado, de acuerdo con el micrófono de Los Pinos: un “avance” del PIB no mayor a 3 por ciento y 960 mil empleos formales generados, a razón de 320 mil plazas por punto porcentual de incremento en el producto, lo que hace aún más endeble el motivo de celebración de Los Pinos.
Entonces, no cuadran las cifras. Para comparar, en 2005 el “incremento” económico fue de 2.9 por ciento (similar al de 2007) y oficialmente se generaron 590 mil plazas formales, a razón de 203 mil 500 por cada punto porcentual de incremento en el PIB. Dos años después, como por arte de magia, la misma economía logra 320 mil plazas por punto de PIB.
Otro dato que Calderón aportó durante su visita a la planta Honda de El Salto fue el siguiente: “sólo el esfuerzo para producir ahora, recientemente el (modelo) CR-V implicó (una inversión de) casi 50 millones de dólares y 600 nuevos empleos para los jaliscienses”, de tal suerte que cada puesto de trabajo generado por la trasnacional automotriz implicó una inversión cercana a 83 mil dólares, lo que a todas luces está fuera de la realidad. Pero bueno, de ser correcta la cifra del inquilino de Los Pinos, los 960 mil empleos formales por él presumidos implicarían una inversión aproximada a 80 mil millones de dólares, lo que hace aún más increíble la presunción del michoacano.
Se puede seguir con el manejo de cifras, pero lo único cierto y contundente es que la tasa oficial de desempleo abierto, reconocida por el organismo público encargado de la estadística nacional, se ha incrementado, y que la desocupación ahora es mayor que la reportada al inicio de su inquilinaje en Los Pinos.
Todo lo anterior, sin considerar la ínfima calidad de los empleos generados, y que poco más de 60 por ciento de los mexicanos ocupados laboran en los servicios y el comercio, dejando cada día más en el olvido aquel sueño del México industrializado, productivo e independiente.
Las rebanadas del pastel
Y de la celebración por motivos ficticios, el inquilino de Los Pinos pasó a la temeridad absoluta: “hoy podemos asegurar que México no tendrá crisis económicas pase lo que pase en Estados Unidos”… Una “ofensa para Dios y los fieles” (Norberto Rivera dixit) es la pederastia y los pederastas que tanta defensa y protección obtienen de y para los ensotanados, amén de que entre los grupos radicales el cardenal olvidó mencionar a la Iglesia que representa.