Usted está aquí: jueves 22 de noviembre de 2007 Gastronomía Francia hará la mayor ampliación de viñedos de champán en 80 años

Las tierras de cultivo están casi al límite de lo que pueden producir sin demérito de la calidad

Francia hará la mayor ampliación de viñedos de champán en 80 años

Montmirail, entre las 40 comunas “elegibles” por sus cualidades geográficas y geológicas, parecidas a las de los campos productores actuales

Las propiedades seleccionadas elevarán hasta 200 veces su valor, ante el auge de la burbujeante bebida

Habrá envidias y celos, dicen lugareños

John Lichfield (The Independent)

Ampliar la imagen Las zonas tradicionales para el cultivo de la uva de champán, se encuentran en el área de Marne, entre Reims y Epernay, donde se extienden los viñedos que se observan en la imagen Las zonas tradicionales para el cultivo de la uva de champán, se encuentran en el área de Marne, entre Reims y Epernay, donde se extienden los viñedos que se observan en la imagen Foto: Ap

Champagne, Francia. En esta región, el otoño es una estación tranquila. La cosecha de uva ha terminado, los viñedos están desiertos. Pero para un puñado de poblados de la comarca no es un otoño tranquilo: en el ambiente flota el suspenso, junto con los celos e inclusive la rabia. Algunos de esos poblados están por ganar una lotería meteorológica y geológica. Otros, situados a pocos kilómetros, perderán la oportunidad de su vida.

En las próximas semanas o quizá días se tomará una decisión preliminar sobre la mayor ampliación de los viñedos de champán que se haya realizado en 80 años.

Las ventas mundiales del champán burbujean. Los viñedos existentes han llegado casi al límite de lo que pueden producir sin diluir la calidad de la bebida de celebración favorita en el planeta. Por primera vez desde que se trazaron las fronteras oficiales, en 1927, se incrementará significativamente la porción de tierra donde se podrá cultivar uvas de champán, hasta 15 por ciento hacia 2015.

Lograr que una tierra se considere “elegible” para el cultivo de uvas de champán es como encontrar petróleo. Algunos propietarios verán incrementar su valor 200 veces o más. A unos metros de distancia, otros no ganarán nada. Accidentes de la microgeología y el microclima –contenido del subsuelo, ángulo de la pendiente, etcétera– les negarán una fortuna.

Cerca de Montmirail, en el valle de Petit Morin, Sylvie LeBrun cultiva 200 hectáreas, entre ellas varias en colinas pedregosas y escarpadas que miran al sur. Cultivar cereales o pastorear allí siempre ha sido una faena que quiebra la espalda y rinde escaso fruto. Pero ése es exactamente el terreno apropiado para los viñedos.

Supuesta lista secreta

Montmirail se encuentra en la lista preliminar, supuestamente secreta, de 40 comunas consideradas “elegibles” para el estatus de champán, porque pueden demostrar que han cultivado uvas en el pasado y porque su geografía y su geología se parecen a las de las 317 aldeas productoras actuales. Pero en tanto otro equipo de expertos estudia las pendientes y las cualidades del suelo y el subsuelo, nadie sabe con exactitud cuáles campos de Montmirail u otras comunas serán escogidos.

“Algunas personas se volverán muy ricas, eso está claro, pero también podría haber un montón de problemas”, dice la señora Le Brun. “Habrá celos y tensión entre pueblos, entre vecinos, entre familias. ¿Qué pasará si los límites se trazan de modo que una tierra quede excluida sin razón aparente?”

Entre tanto, lo único seguro es que se necesitan más viñedos de champán. Las ventas de la bebida, a diferencia de las de muchos otros vinos franceses, están en auge, en especial entre los nuevos ricos de India (126 por ciento más que el año pasado), Rusia e inclusive China. En unos años, los viñedos existentes ya no podrán con la demanda. Si no se eleva la producción, naciones sedientas de champán como Gran Bretaña (el mercado exterior más grande) padecerán escasez y encarecimiento. Las grandes casas productoras ya se quejan de que podrían incrementar sus ventas anuales en 10 por ciento o más si tuvieran suficientes uvas o botellas.

Luego de años de vacilación, y de decidida resistencia de algunos cultivadores, a principios de 2007 se acordó plantar nuevos viñedos hacia 2015, que comenzarían a producir champán en 2017. Se nombró un comité de expertos. Hace unas semanas, el comité recomendó extender el derecho exclusivo de producir la uva a algunas de las 40 comunas de los alrededores de las zonas tradicionales de cultivo, concentradas en el departamento de Marne, entre Reims y Epernay, pero también en el de Aube, al sur. Quizá en su próxima reunión, en febrero, el órgano nacional que gobierna las solicitudes de vinicultores resolverá si acepta o enmienda las recomendaciones, con lo que dará inicio el proceso, mucho más largo, de elegir los campos de cada comuna más apropiados para la producción de la uva.

Las uvas para vino crecen mejor en suelo espartano, que obliga a las raíces a hundirse en la tierra y la roca. También prefieren la tierra en ladera, pues eleva su exposición al sol. Los campos que se elijan estarán, por consiguiente, en la tierra agrícola más pobre, que no vale más de 2 mil euros por hectárea. Si se concede permiso oficial para producir champán, el valor de la tierra se disparará a entre 800 mil y un millón de euros por hectárea.

Maravilloso para unos y difícil para otros

Marie-Anne Duteil, edil de una de las comunas, afirma que la ampliación de viñedos será maravillosa para la región en su conjunto, pero “muy difícil de engullir” para algunos poblados e individuos. “Va a dividir amigos y familias. Imagínense si hermanas y hermanos acordaron dividir la herencia familiar hace años, como ocurre a menudo, y ahora descubren que la tierra del hermano o hermana podría valer una fortuna y la de ellos no.”

Pero los posibles problemas no acaban allí. La región de Aisne –de la cual se dice que produce uvas de inferior calidad– ha sido dejada a un lado. Un grupo de 35 poblados de esa zona lleva 20 años en campaña para recibir el estatus de productor de champán, como lo eran antes de la Primera Guerra Mundial, durante la cual se arruinaron sus viñedos. Pero sólo un poblado de Aisne se incluyó en la lista provisional.

Frans Labilloy, líder de esos productores, acusa al comité de expertos de descarada parcialidad hacia el departamento del Marne. “Estamos asqueados e indignados. Todos los estudios muestran que tenemos el mismo suelo, el mismo clima y la misma inclinación de laderas, pero siempre nos dan trato de parientes pobres.”

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.