Usted está aquí: jueves 15 de noviembre de 2007 Deportes El futbol profesional disfruta un régimen laboral de excepción: De Buen

La Carta Olímpica no debe aplicarse siempre, dijo el especialista

El futbol profesional disfruta un régimen laboral de excepción: De Buen

Jorge Sepúlveda Marín

El futbol profesional de México vive un régimen laboral de excepción, toda vez que en ocasiones se respeta la legislación respectiva, pero en otras se hace caso omiso de la misma, estimó Ricardo de Buen, especialista en la materia.

El también silbante de la Comisión de Arbitraje del Deporte puntualizó que, por fortuna, se ha avanzado en algunos aspectos derivados de las exigencias de la FIFA, por lo que ahora los jugadores pueden ventilar sus diferencias en un tribunal laboral sin que tengan, se supone, ninguna afectación adicional en su trabajo.

Al terminar su participación en el decimotercer Congreso Internacional de Derecho del Deporte, organizado por la Cámara de Senadores, consideró que la falta de aplicación efectiva de la legislación laboral se debe a la combinación de tres actores: los federativos, acostumbrados a la no aplicación de la ley mexicana; los futbolistas, “quienes no hacen valer sus derechos, como que les da miedo ir a tribunales”, y el tercero, la ausencia de actualización en materia deportiva, vigente desde hace 37 años.

Más allá de referirse al daño que en particular se hace al futbolista, cuyo problema central es la falta de cultura para reclamar sus derechos, destacó que a los dueños de los equipos les resultaría muy económico aplicar la normatividad nacional, toda vez que si hay un negocio que le deja grandes utilidades, ese es precisamente el balompié.

En general, estimó que se avanza poco a poco para mejorar las condiciones laborales de los jugadores, pero igualmente debe tomarse en cuenta a los técnicos, quienes en muchos sentidos están desprotegidos.

Momentos antes, Gerard Auneau, presidente honorario de la Asociación Internacional de Derecho del Deporte, explicó que la Carta Olímpica debe tener observancia en los países durante las justas veraniegas, pero no una permanente aplicación, como, se le comentó, quieren hacer en México las autoridades respectivas.

Quien sostuvo que es necesario dar pasos firmes para dar a la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) personalidad jurídica, para que sus resoluciones no sólo sean de buena voluntad, sino de tribunal, fue su presidente Vicente Toledo.

Indicó que igualmente deben buscar un acercamiento con organizaciones de otras latitudes, para evitar “que choquen nuestras determinaciones” y eso afecte a los deportistas.

 
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