Usted está aquí: martes 13 de noviembre de 2007 Opinión Asomándose a la realidad

Marco Rascón
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Asomándose a la realidad

Error inmenso del PRD fue dejarse arrastrar por la idea de que toda catástrofe en el país era benéfica para la causa. Error fue también esperar el derrumbe de la política, la economía y la sociedad, así como aguardar la caída del gobierno “ilegítimo” y sólo denunciar que es “espurio” hasta 2012.

Tabasco es una muestra, una maqueta del error general de lanzar la visión catastrofista y al mismo tiempo dejar el camino abierto para que el gobierno calderonista, su partido y aliados tomaran en sus manos, solos, el control de cada situación desde la toma de posesión.

Adoptar “el camino más difícil”, es decir, “cero negociación”, “inexistencia de las instituciones”, “no me saluden” y huir de la realidad política representando 15 millones de votos, resultó un error que se acerca a la idea de que hay una posición liquidadora y contrainsurgente que se pactó con el adversario al que se acusa de “espurio”.

La pésima estrategia electoral del PRD y el Frente Amplio Progresista tras la elección presidencial de 2006 llevó a Tabasco, Yucatán, Zacatecas, Veracruz, Oaxaca, Baja California, Puebla y Tamaulipas la idea de que no hay más gobierno que el “legítimo”, buscando convencer de que el único país existente es el que reconoce a Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, este pensamiento se derrumba frente a la realidad. Así las cosas, acusar de traición a quien se ha asomado a la realidad es un error más grave.

En Michoacán, tanto el lopezobradorismo como los medios sentenciaron y festejaron hace algunas semanas que la elección de Leonel Godoy era el golpe final: el triunfo de la hegemonía sobre Cuauhtémoc Cárdenas en su propia tierra. Fue un festejo para la humillación que tenía el claro interés de sumar Michoacán a las derrotas ya cosechadas, pues si bien para el lopezobradorismo sería una derrota más, para las fuerzas fundadoras del PRD era el último bastión. El dolo los llevó a abandonar la campaña desde el principio. Michoacán se asomó a la realidad y contuvo la debacle que a partir de ahora tendrá implicaciones profundas dentro del mismo partido al colocarlo ante la disyuntiva de recomponer la actitud opositora y propositiva o quedarse a la espera de la marginalidad, la comedia y la caricatura.

Cuando en el Congreso de la Unión Ruth Zavaleta se asomó a la realidad fue vejada, insultada y acusada de la peor de las traiciones. Sin embargo, en el entorno de silencios y miedos a la guillotina, nadie deja de reconocer que tiene razón y que su posición no sólo representa los principios del PRD y la voluntad democrática de una oposición consecuente que está ahí no para esperar 2012 o el derrumbe de las instituciones, sino para situarse en la realidad política.

El PRI y el PAN ya caminaban solos para aprobar en el Congreso, pero gracias a la postura que abrió Zavaleta se pasa de la “cero negociación” a defender los recursos para la educación, la salud y la pobreza, que ya iban recortados. Se pasa de las consecuencias que implica dejar el camino libre a Acción Nacional y al Revolucionario Institucional, a dejar constancia de lo que se pudo hacer a partir del 2 de julio: obligar a Calderón a un congreso constituyente y reformar al país con la amplia participación de los sectores sociales mayoritarios y desde una visión democrática y progresista.

En el Distrito Federal es claro que Marcelo Ebrard se consolida en el gobierno como una fuerza propia al margen del PRD. El rompimiento es cuestión de tiempo y de circunstancias, pero por ahora su deslinde no se centra en las contradicciones con el sol azteca, sino con el lopezobradorismo, el cual en el pasado y presente le ha permitido hacer en su nombre políticas como las del desalojo del Centro Histórico, pero que para el futuro ya están marcadas por un cambio de alianzas.

En el flanco izquierdo de la ficción lopezobradorista, la posición de la “inexistencia de las instituciones” sufrió un duro golpe tras los bombazos del EPR en instalaciones de Pemex, pues con el mismo argumento de la ilegitimidad y la represión lanzó esta ofensiva contra el gobierno de Calderón. El golpe fue tan severo que López Obrador se refugió en el Congreso entre los diputados y senadores para matizar lo de “cero negociación” y decir con hechos que él sí creía en las instituciones, principalmente en el Congreso en el cual se refugiaba.

En estos asomos a la realidad, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina estuvieron en México y dieron espléndidos conciertos en el Auditorio Nacional, con lleno total y en emotividad. Serrat y Sabina fueron a cenar invitados por Felipe Calderón, y por ello se les acusó de traición. Un mitin de insultos lopezobradoristas frente a su hotel pasó inadvertido, pero sí fue real.

Estando cerca de la ventana se diría que es fácil asomarse a la realidad, pero no es así. En tiempos de confusión, como los que vive la izquierda mexicana, ante el seguidismo, el autoengaño y la falta de autocrítica, asomarse simplemente a ver lo que pasa, y no lo que se supone que queremos que debe pasar, es un acto de valentía, ético y de decoro que se agradece a los que lo han hecho... Parece que hay un nuevo asalto al cielo.

Miguel Luna Pimentel, In memoriam

 
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