El embargo de EU a Cuba, contrario al derecho internacional: Declaración de Santiago
Termina cumbre con llamado a crecimiento económico perdurable y de inclusión social
Rechazan los 22 países la impunidad que Estados Unidos le ofrece a Luis Posada Carriles
Respalda la reunión iberoamericana la aspiración argentina de recuperar las islas Malvinas
Santiago, 10 de noviembre. Los jefes de Estado y de gobierno aprobaron este sábado la Declaración de Santiago de Chile, un documento de 24 puntos con que culmina la XVII Cumbre Iberoamericana, en que se establecen los compromisos para asegurar un crecimiento económico perdurable y de inclusión social en la región.
Luego de tres días de debates, con la presencia de representantes de 22 países, se firmó también un plan de acción y 10 comunicados anexos referidos a temas como el respaldo a las aspiraciones de Argentina de recuperar las islas Malvinas, no abandonar a Haití y poner fin al embargo estadunidense contra Cuba por ser una política “contraria al derecho internacional”.
Los 19 países latinoamericanos, más España, Portugal y Andorra, en otro comunicado especial rechazaron la impunidad de que goza en Estados Unidos el terrorista cubano-venezolano Luis Posada Carriles, responsable de la voladura con explosivos de un avión cubano en 1976 sobre Barbados, en que murieron 73 personas.
En el documento principal, en que enumeran principios de manera general, se recogen compromisos “para progresar hacia niveles crecientes de inclusión, justicia, protección y asistencia social y solidaridad”, y avanzar hacia la igualdad de género, así como acelerar la vigencia de un convenio de seguridad social.
Otros puntos se refieren al fortalecimiento del multilateralismo, promover la cooperación iberoamericana, luchar contra toda forma de discriminación, garantizar los derechos de los migrantes, modernizar la gestión pública, impulsar reformas tributarias afines a metas sociales, sociedad y energía, uso sostenible de la biodiversidad, preservación y diversidad cultural, respeto a los derechos humanos y rechazo de medidas coercitivas unilaterales.
El Programa de Acción, por su parte, especifica puntos concretos e iniciativas de cooperación en ámbitos de la educación, la cultura y turismo. Además, se firmaron nueve comunicados especiales y un texto de apoyo a la convocatoria de la conferencia internacional de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre pueblos indígenas.
Los demás apoyan las iniciativas de cooperación para el desarrollo con países de renta media, la conferencia de la ONU sobre comercio y desarrollo de 2008 en Ghana, la lucha contra el terrorismo, la proclamación de 2008 como el año iberoamericano de la juventud, la coordinación para atender los desastres naturales y la preservación de las lenguas indígenas.
En el contexto de reuniones bilaterales, la presidenta chilena Michelle Bachelet se reunió con su par boliviano, Evo Morales, con una agenda de 13 puntos. Destacan la búsqueda de normalización de lazos diplomáticos entre los dos países, rotos hace 29 años, y explorar el reclamo boliviano de una salida al océano Pacífico.
El presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva también se reunió con Morales, y dijo esperar que los acuerdos de su país sobre explotación de hidrocarburos en Bolivia sean definitivos.
El ecuatoriano Rafael Correa informó en su mensaje radial de los sábados, transmitido ahora desde Santiago, que la firma de la creación del Banco del Sur se realizará el 10 de diciembre, como estaba previsto, pero en Argentina, no en Venezuela.
Correa añadió que los mandatarios de la región acordaron que se firme el documento el día de la transmisión de mando en Buenos Aires, cuando Cristina Fernández de Kirchner asumirá la presidencia. El banco lo formarán Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Venezuela.
“Es un inmenso paso en la integración latinoamericana y sobre todo sudamericana para financiar nuestros proyectos de desarrollo, y no proyectos a control remoto como los que imponía el Banco Mundial, que nos ha quebrado”, manifestó.
También instó a los países de la región a que retornen de Estados Unidos sus reservas monetarias, que ascienden en la actualidad a unos 450 mil millones de dólares.