Usted está aquí: viernes 9 de noviembre de 2007 Gastronomía “Defensa firme del placer reposado, el camino para combatir la locura”

Slow Food celebra hoy en Puebla su congreso internacional, antítesis de la comida chatarra

“Defensa firme del placer reposado, el camino para combatir la locura”

Es la educación del gusto la mejor defensa contra la macdonalización, asegura la ONG

La ecogastronomía apoya a quienes se ocupan de defender la biodiversidad agroalimentaria

Juan José Olivares

Un auténtico gastrónomo no puede ignorar la íntima conexión entre el plato y el planeta, dicta parte del manifiesto de Slow Food, organización internacional fundada en Italia en 1986 que pretende defender la biodiversidad de nuestras reservas alimentarias, la difusión de la educación del gusto, y la relación entre los productores de alimentos distinguidos y los consumidores; estos postulados son la antítesis de todo lo que se llame fast food (comida rápida, también conocida como chatarra).

Slow Food, que a partir de hoy y hasta el domingo 11 realizará en la ciudad de Puebla su quinto Congreso Internacional –en el que reunirá a productores y estudiosos sobre el tema gastronómico–, promueve la defensa de la biodiversidad ya que “el disfrute de alimentos y vinos excelentes debe combinarse con los esfuerzos para salvaguardar los innumerables quesos, cereales, verduras, frutas y razas animales tradicionales que están desapareciendo por culpa de la uniformidad alimentaria y de los agronegocios”, aseguran los organizadores, entre quienes está el fundador, Carlo Petrini.

“La comida se ha homegeneizado e industrializado; la fast food o comida rápida está dominando en el mundo, y uno de los propósitos de Slow Food, que funciona como una organización no gubernamental (ONG), es contrarrestar los efectos de este tipo de comida”, dice por su parte en entrevista la representate de prensa, Paola Nano.

Congresos

Después de la firma del manifiesto y la fundación de la asociación internacional en 1989 en la Opera Comique de París, Slow Food ha organizado otros tres congresos internacionales: el segundo, en Venecia en 1990; el tercero, en Orvieto en 1997 y el cuarto, en Nápoles en 2003, con el encuentro mundial de productores de alimentos.

El congreso de Puebla es el primero fuera de Europa. La elección de México como sede es una medida estratégica y representa un lanzamiento, a la vez simbólico y real, de la red internacional urdida gracias a Terra Madre.

La pasada edición del encuentro mundial entre las comunidades del alimento ha infundido savia nueva al movimiento. Muchos delegados se han hecho socios, encantados de formar parte de una gran comunidad que promueve con fuerza, por todo el mundo, los principios de la eco-gastronomía. El Congreso de Puebla 2007 marca, además, una transición para la asociación, sancionando un nuevo pacto entre productores, “co-productores” (consumidores conscientes), cocineros, educadores y representantes de la ciencia oficial, en nombre de una economía sostenible. En Puebla, Slow Food se dotará de una estructura adecuada para afrontar estos retos, aprobando el nuevo estatuto y renovando los órganos directivos de la asociación.

“Slow Food es un espíritu de vida, es la capacidad de reflexionar; está contra la vida rápida. Estamos esclavizados por la velocidad y todos sucumbimos ante un virus maligno: la vida rápida, que trastorna nuestros hábitos, viola la privacidad de nuestros domicilios y nos fuerza a consumir fast foods. Una defensa firme del placer material reposado es el único camino para combatir esta la locura”, aseguran.

Defensa de la biodiversidad

Para los creadores de este concepto-asociación, “es importante introducirse en países como Estados Unidos, el número uno en el consumo de comida rápida y donde están las compañías que promueven este consumo”.

Slow Food, fundada por Petrini en 1986, se convirtió en 1989 en una asociación internacional. Actualmente cuenta con 85 mil inscritos, con sedes –por orden de creación– en Italia, Alemania, Suiza, Estados Unidos, Francia, Japón, y adheridos en 130 países.

Slow Food supone dar la debida importancia al placer vinculado al alimento, aprendiendo a disfrutar de la diversidad de las recetas y de los sabores, a reconocer la variedad de los lugares de producción y de los artificios, a respetar el ritmo de las estaciones y del convite. Pero la receta, puesta a punto por Carlo Petrini y sus colaboradores, propone “conjugar el placer y la reivindicación del derecho al disfrute por parte de todos con un nuevo sentido de responsabilidad: una actitud que llamamos ecogastronomía, capaz de unir el respeto y el estudio de la cultura enogastronómica con el apoyo a cuantos en el mundo se ocupan de defender la biodiversidad agroalimentaria”.

Equilibrio con el medio ambiente

La organización sostiene “la necesidad de la educación del gusto como mejor defensa contra la calidad mediocre y los fraudes, y como vía maestra contra la macdonaldización de nuestras comidas; actúa en pos de la salvaguardia de la cocina local, de las producciones tradicionales, de las especies vegetales y animales en peligro de extinción; fomenta un nuevo modelo de agricultura menos intensivo y más limpio, fundado en los conocimientos y el savoir faire de las comunidades locales, el único capaz de ofrecer perspectivas de desarrollo, incluso a las regiones más pobres del planeta”.

Para ello, se compromete en “la salvaguarda de los alimentos, de las materias primas, de las técnicas de cultivo y de transformación heredadas por los usos locales consolidados en el tiempo; en la defensa de la biodiversidad de las especies cultivadas y salvajes; en la protección de locales gastronómicos y de convivencia que, por su valor histórico, artístico o social, forman parte del patrimonio de la cultura material”.

Slow Food defiende la necesidad de mantener, en la producción agrícola y zootécnica, un equilibrio de respeto y de intercambio con el ecosistema circundante. Este es el motivo de que ha sido definido como un movimiento de eco-gastrónomos.

El congreso tocará cuatro temas fundamentales: Conferencias con Carlo Petrini, el fundador de Slow Food; exposición agrícola y agroindustrial; muestra de artesanías relacionadas con la gastronomía, y degustaciones de platillos y alimentos mexicanos. La cita es en el Centro de Convenciones de la ciudad de Puebla.

 
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