Usted está aquí: jueves 8 de noviembre de 2007 Ciencias Descubren en Australia nueva proteína que controla el apetito

La molécula MIC-1 “enciende y apaga” en el cerebro mensajes sobre la alimentación

Descubren en Australia nueva proteína que controla el apetito

La investigación ayudaría a tratar padecimientos como el cáncer y el sobrepeso

El equipo médico busca ahora un patrocinador para comenzar las pruebas en seres humanos

Dpa

Sidney, 7 de noviembre. Doctores australianos afirmaron hoy haber encontrado una molécula que cierra el apetito y que experimentos realizados con ratones comprobaron que los efectos de dicha molécula pueden suprimirse inyectando un antídoto.

Esta revelación hecha por el equipo de Sydney podría ayudar a pacientes enfermos de cáncer para volver a su peso para sobrellevar mejor la quimio y la radioterapia.

A la inversa, el suministro de la molécula MIC-1 ayudaría a gente con sobrepeso a perder kilos rápidamente. Un grupo de investigación de Sydney declaró que descubrir el papel de MIC-1 es un avance enorme después de 15 años de esfuerzos interdisciplinarios.

Hallaron que la molécula MIC-1 es una proteína que actúa sobre los receptores del cerebro que despiertan o apagan el apetito.

“Es fascinante tener la capacidad de trabajar en una terapia que puede cambiar la vida de la manera en que esta molécula lo hace”, comentó Herbert Herzog, jefe de la investigación, al periódico The Sydney Morning Herald.

“Creemos que el paciente de cáncer sólo deberá recibir una inyección del anticuerpo (de MIC-1) cada tres semanas y que con eso la persona podrá aumentar considerablemente de peso en ese período, algo que realmente los ayudaría.”

Herzog afirmó que los cánceres producían grandes cantidades de MIC-1 y que esta era una de las causas de la dramática pérdida de peso que se observa en pacientes con esa enfermedad.

Sam Breit, miembro del equipo, explicó que los experimentos en ratones habían demostrado que cuanto más avanzado estaba el cáncer, más fuerte era el mensaje de no comer transmitido al cerebro. “Es un descubrimiento impactante, porque efectivamente hemos encontrado un nuevo patrón del apetito que nos era desconocido”, comentó Breit. “Es un éxito que podría mejorar directamente la calidad de vida de muchas personas”.

Afirmó que el próximo paso consistía en encontrar un patrocinador y dar comienzo a las pruebas con humanos usando una proteína sintética de MIC-1.

Los resultados han sido publicados en la revista científica Nature Medicine.

 
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