Usted está aquí: lunes 5 de noviembre de 2007 Cultura Rescata el gobierno capitalino la Casa del virrey De Mendoza de ser demolida

Inmobiliaria había obtenido permiso para remodelar el recinto, que data del siglo XVIII

Rescata el gobierno capitalino la Casa del virrey De Mendoza de ser demolida

Instalarán ahí la sede del Centro de Cultura Ambiental de la Ciudad de México

Mónica Mateos-Vega

Ampliar la imagen Aspecto de la Casa del virrey De Mendoza Aspecto de la Casa del virrey De Mendoza Foto: Carlos Cisneros

El Gobierno del Distrito Federal (GDF) rescató en la delegación Tlalpan el inmueble histórico conocido como Casa del virrey Antonio de Mendoza mediante la compra de esa propiedad, localizada en la calle Juárez número 15.

En breve, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, dará a conocer los detalles del proyecto que se realizará en ese recinto, que data del siglo XVIII y que estuvo a punto de ser destruido. Ahora albergará al Centro de Cultura Ambiental de la Ciudad de México.

Gracias a la intervención de un grupo de vecinos, que contó con el apoyo del jefe delegacional, Guillermo Sánchez, y del diputado local Salvador Martínez Della Rocca, se logró detener un plan inmobiliario que, en su primera etapa, demolió una parte de las construcciones que formaban parte del predio, entre ellas la capilla de la Santa Cruz, de la orden religiosa del Sagrado Corazón de Jesús.

No obstante, se logró “salvar” el espacio de 8 mil metros cuadrados que cuenta con “un huerto extraordinario y una construcción espléndida, ambos del siglo XVIII. Haremos maravillas en ese lugar: una casa de cultura ecológica, un auditorio, todo para el bien de la comunidad de Tlalpan y de la ciudad”, explicó a La Jornada el legislador Martínez Della Rocca.

Departamentos y gimnasio

Las autoridades capitalinas llegaron a un acuerdo de compra con la empresa Arcada Desarrollos, que pretendía construir 15 casas con estacionamientos en el predio que tiene una extensión aproximada de unos 8 mil metros cuadrados, de los cuales sólo la construcción que ocupa 700 metros cuadrados data del siglo XVIII, en la que se pretendía instalar un gimnasio.

No obstante los múltiples argumentos planteados por los vecinos para demostrar que la construcción del condominio horizontal en Juárez 15 iba a ser “un atentado contra la salvaguarda del patrimonio histórico de Tlalpan”, en una mesa de trabajo con autoridades de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), éstas no accedieron a dar marcha atrás a las autorizaciones que otorgaron al empresario inmobiliario para demoler construcciones históricas, según lo relata el punto de acuerdo que aprobó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en agosto.

En ese documento, Martínez Della Rocca explica que la Casa del virrey Antonio de Mendoza fue incluida en el Catálogo de Monumentos de 1956 e incorporado, por decreto presidencial publicado el 5 de diciembre de 1986, a la Zona de Monumentos Históricos del Centro de Tlalpan.

“La declaratoria de monumento ha correspondido siempre al predio y no sólo a una de las construcciones que están en él. Tan es así, que en el catálogo referido se incluye la descripción de todos los elementos que forman parte del terreno, sin hacer distingo de qué es considerado patrimonio y qué no lo es”, agrega el legislador.

Detalla que en las autorizaciones que otorgó el INAH, entre otras dependencias, a la inmobiliaria, en febrero y mayo pasados, “se habla de que sólo es patrimonio histórico una parte de lo existente en el predio y se ha procedido a la realización de demoliciones, dentro de una Zona de Monumentos Históricos, sin que queden claros los criterios utilizados y sin atender nociones incluidas en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”.

También denuncia que no se respondió a la solicitud de aclarar si se realizaron los dictámenes y peritajes en materia de impacto ambiental, vial y de uso del agua, “para determinar si era conducente la construcción de un conjunto habitacional con 15 casas y 60 cajones de estacionamiento en una zona de por sí saturada por el tránsito vehicular y cuyo desarrollo urbano requiere de criterios y cuidados especiales.

“Otro elemento que ha saltado a la luz con el litigio es que tanto la legislación federal como la local en la materia tienen graves vacíos. Un ejemplo de ellos es que, si bien el derecho internacional es preciso en sus definiciones al respecto, en México no hay regulaciones que protejan el patrimonio natural de carácter histórico, como son los jardines y los parques de otras épocas.

“Este elemento está presente en la aparente vía libre que hoy tiene un empresario constructor para destruir una huerta del siglo XVIII, la que se encuentra en el predio de la Casa del virrey Antonio de Mendoza, aun cuando se haya documentado su valor histórico y la existencia en ella de acequias y elementos con 300 años de antigüedad.”

Si bien no existe un documento que certifique que el inmueble de Juárez 15 fue residencia de descanso del virrey Antonio de Mendoza, la versión que se ha transmitido de generación en generación cuenta que ahí se erigía un palacio donde pernoctaba ese personaje cuando visitaba el lugar por las fiestas de San Agustín de las Cuevas.

Se desconocen las fechas exactas, pero fue también habitada por el propietario de la fábrica textilera La Fama Montañesa. Los últimos dueños, antes de la inmobiliaria Arcada Desarrollos,fue la orden de religiosas del Sagrado Corazón, quienes habitaron el inmueble hasta el 30 de abril.

Esa demarcación fue parte del Marquesado del Valle, que el rey de España otorgó a Hernán Cortés. Con el fin de regular el uso del agua de los manantiales, el propio virrey Antonio de Mendoza hizo el primer deslinde de tierras entre los nativos radicados en Tochihuitl, Peña Pobre, Coscomaste y Ojo de Tlapica. Entre 1535 y 1551 el virrey ordenó la construcción del camino que unía a la ciudad de México con Tlalpan (la calzada que hoy lleva ese nombre), quedando así convertido, a partir del siglo XVII, en un pueblo independiente, otorgándosele el título de “villa”, con el nombre de San Agustín de las Cuevas.

 
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