Usted está aquí: sábado 3 de noviembre de 2007 Estados Líder yaqui: paz, sólo cuando recuperemos a todos nuestros muertos

Líder yaqui: paz, sólo cuando recuperemos a todos nuestros muertos

Ulises Gutiérrez Ruelas (Corresponsal)

Hermosillo, Son., 2 de noviembre. El coordinador de enlace político de la tribu yaqui en esta capital, Ernesto Argüelles Méndez, advirtió que ese grupo no podrá reconciliarse con sus muertos hasta que logre la reintegración a su territorio de miles de yaquis que perecieron fuera de Sonora en el siglo pasado.

“Nosotros también enfrentamos nuestro propio holocausto, durante la época de guerra con Porfirio Díaz –entre 1890 y 1910–, quien expulsó a miles de yaquis a Yucatán, otros fueron hasta Cuba e incluso otro grupo terminó en Turquía”, señaló.

Dijo que el territorio yaqui, que se ubica en los municipios del sur de Sonora, es el lugar donde deben encontrar el descanso final los restos de todos los integrantes de la tribu que murieron fuera de la tierra sagrada, donde habitan los espíritus de sus antepasados.

“Hay una leyenda yaqui que dice que hace miles de años, la divinidad, por medio de un árbol parlante, dio a escoger a los yaquis que estaban en la tierra, entre convertirse en hormigas y plantas y vivir para siempre dejando su condición humana o seguir como seres humanos enfrentando el sacrificio constante y el exterminio que intentarían en nuestra contra los hombres barbados, blancos yoris en el futuro”, expuso Argüelles Méndez.

Indicó que hoy la tribu yaqui busca los mecanismos para conseguir permiso del gobierno y escarbar en los alrededores de la antigua Penitenciaria Estatal, hoy Museo de Cultura Regional, el cual fue construido a inicios del siglo pasado, con mano de obra de la tribu.

“Cientos de nuestros ancestros murieron ahí, realizando trabajos forzados, por ello queremos localizar sus cuerpos para llevarlos al territorio yaqui”, señaló.

Reconoció que el camino para lograr que los restos de quienes murieron lejos regresen a Sonora será largo y tortuoso pero “hasta entonces, los ocho pueblos yaquis no pueden estar en paz con sus antepasados”.

 
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