Usted está aquí: sábado 3 de noviembre de 2007 Capital El boom inmobiliario: lo bueno y lo malo

El boom inmobiliario: lo bueno y lo malo

Rentable, pero conflictiva, la industria de la construcción crece sin freno en el DF

Alejandro Cruz Flores /I

Ampliar la imagen La imagen, en la exclusiva zona de Santa Fe, en Cuajimalpa FOTO La imagen, en la exclusiva zona de Santa Fe, en Cuajimalpa FOTO Foto: José Carlo González

Ampliar la imagen Construcción de torres departamentales en la zona de Polanco. La imagen es de agosto de 2005 FOTO Construcción de torres departamentales en la zona de Polanco. La imagen es de agosto de 2005 FOTO Foto: Marco Peláez

La industria de la construcción se ha convertido en una de las actividades económicas más rentables en el Distrito Federal, al concentrar 60 por ciento de la inversión extranjera y generar más de cien mil empleos en lo que va del año.

Sin embargo, también ha desatado protestas de los capitalinos afectados, quienes aseguran que los nuevos conjuntos habitacionales lesionan su calidad de vida.

Delegaciones como Benito Juárez y Miguel Hidalgo son las más afectadas por el llamado boom inmobiliario: tan sólo en la primera, de 2000 a 2006 se construyeron 30 mil viviendas, lo que representa 43 por ciento de las edificadas durante ese periodo en la ciudad de México, según cifras del jefe de la jurisdicción, Germán de la Garza Estrada.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) reporta en su página de Internet que durante la anterior administración en esta capital se edificaron casi 70 mil viviendas, de las cuales poco menos de 50 por ciento es de interés social.

Durante el primer semestre de este año, de acuerdo con el primer Informe del jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard Casaubon, se construyeron 6 mil 500 más.

Datos proporcionados por las oficinas de información pública de 12 delegaciones arrojan que hasta el primer semestre del año se han otorgado más de mil 200 licencias especiales y manifestaciones de construcción, de las cuales casi dos terceras partes fueron expedidas en Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Cuauhtémoc, con 325, 277 y 208, respectivamente.

Los beneficios económicos de esta actividad se reflejan en que ésta representa la principal entrada de divisas de la ciudad, así como en la generación de fuentes de trabajo, con más de 138 mil hasta junio pasado –de acuerdo con las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social–, lo que ha rebasado las expectativas en la materia.

De acuerdo con la página de Internet de la Secretaría de Economía federal, al segundo trimestre del año la inversión extranjera directa en este rubro fue de 44 millones de dólares, más del doble en comparación con el mismo periodo de 2006, cuando se aplicaron 16.63 millones.

Al respecto, la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) capitalina, Laura Velázquez Alzúa, consideró que se debe “seguir construyendo vivienda, pero de manera ordenada, respetando los usos de suelo” y en lugares donde haya garantías de que se cuenta con todos los servicios: agua, drenaje, electricidad y vías de comunicación.

Por el contrario, para el jefe delegacional en Benito Juárez los beneficios de esta industria son menores en comparación con los efectos negativos que ha generado, ya que –aseguró– el costo de los terrenos se ha incrementado hasta en más de 200 por ciento, al pasar de 3 mil y 4 mil pesos el metro cuadrado a 10 mil y 20 mil.

A esto se suma que los pagos por concepto de mitigación de daños que realizan las empresas constructoras van directamente a las arcas de la Tesorería del Distrito Federal, sin que se destine una parte de esos recursos a las delegaciones para atender las afectaciones en el nivel de vida de los habitantes, es decir, realizar obras de infraestructura hidráulica, pavimentación o bacheo, por ejemplo.

En diciembre de 2002, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, emitió el Bando Informativo número 2, con el objetivo de restringir “el crecimiento de la mancha urbana hacia las delegaciones Álvaro Obregón, Coyoacán, Cuajimalpa, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco”.

En cambio, agrega la norma, “se promoverá el crecimiento poblacional hacia las delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza para aprovechar la infraestructura y servicios que actualmente se encuentran subutilizados”, impulsando en esas demarcaciones la construcción de vivienda.

Sin embargo, el jefe delegacional en Benito Juárez afirma que el objetivo de repoblar la ciudad, al menos en esa delegación, no se cumplió, pues “actualmente somos cinco mil personas menos en relación al año 2000”, por lo que consideró necesario cancelar dicho bando.

Contrario al delegado panista, Velázquez Alzúa consideró que “hay que seguir construyendo vivienda, pero sin el Bando 2, pues éste ya cumplió con su cometido. De hecho, desde el inicio del gobierno de Marcelo Ebrard, ya no opera en delegaciones como Benito Juárez, Azcapotzalco y Tlalpan, y se está valorando una nueva política en la materia”.

 
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