Usted está aquí: miércoles 31 de octubre de 2007 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Goldman Sachs: ¿los (ex) amos del universo?

Ampliar la imagen Robert Zoellick, presidente del BM, en una conferencia de prensa durante la reunión FMI-BM del 21 de octubre pasado, en Washington Robert Zoellick, presidente del BM, en una conferencia de prensa durante la reunión FMI-BM del 21 de octubre pasado, en Washington Foto: Reuters

La grave crisis de “sequía crediticia global” apenas empieza y ya se observan varios cadáveres de la “banca negra” anglosajona que yacen sin entierro en los cementerios de la desregulada globalización financiera plutocrática neofeudal.

Llamó la atención que junto a Condi Rice, la desangelada secretaria de Estado, haya salido a ejecutar las sanciones financieras contra Irán nada menos que Henry Hank Paulson, secretario del Tesoro bushiano y anterior jerarca de Goldman Sachs, el mayor banco de inversiones del mundo, de donde proviene también, en calidad de ex vicepresidente, Robert Steel, subsecretario del Tesoro para Asuntos Domésticos.

Ambos “hombres de Goldman Sachs”, Paulson y Steel, operan el “superfondo” de rescate de la “banca negra” –Citigroup, J.P. Morgan Chase y Bank of America (ver Bajo la Lupa, 24/10/07)– que ha provocado severas reacciones del mago malhadado Alan Greenspan, ex “gobernador” de la Reserva Federal, como de Warren Buffett, segundo hombre más rico de EU y legendario inversionista conocido como El oráculo de Omaha por su sensatez financiera. Más importante aún: Paulson y Steel conducen el legendario e intervencionista “equipo de protección de desplomes” (sic) (Plunge Protection Team), un grupo horizontal transectorial del gobierno de EU que manipula las cotizaciones durante las crisis.

Aunque fuera más sencillo expresar las notables excepciones donde no aparezca nadie procedente de la matriz financiera operativa de Goldman Sachs, para fines propedéuticos es conveniente apuntar la clonación, colocación y función selectiva de los “amos del universo” financiero global.

Joshua Bolten, jefe del gabinete bushiano en la Casa Blanca, proviene de Goldman Sachs, al igual que William Dudley, anterior jefe de economistas. Bolten acaba de ser instalado como “jefe de los mercados” de la Reserva Federal de Nueva York, entidad que maneja las transacciones financieras de las 12 ramas de la Reserva Federal. Se nota la desquiciante y enajenante obsesión por el “mercado”.

Stephen Friedman, anterior copresidente de Goldman Sachs (GS), fue designado jefe del consejo consultivo de Inteligencia (sic) Foránea de EU, mientras Randall Fort, otro “hombre GS”, funge como secretario asistente de Estado para Inteligencia (¡cómo les fascina el espionaje!) y Desarrollo.

Otro “hombre GS”, Rueben Jeffrey III, quien fue regulador de la hilarante Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC, por sus siglas en inglés), despacha ahora como sub-secretario de Estado para Asuntos de Economía, Energía y Agricultura. John Thain, anterior presidente de GS (y vicepresidente del evanescente Foro Económico Mundial de Davos en 2005), es el mandamás de la bolsa neoyorquina de valores (NYSE, por sus siglas en inglés), donde figura como presidente Duncan Niederauer, quien fue el encargado de las transacciones electrónicas de GS, lo cual será la nueva tónica bursátil a escala planetaria donde también el banco de inversiones despliega todo su poderío financiero.

Italia es “territorio GS”: el primer ministro Romano Prodi y el vicetesorero Massimo Tononi provienen de las filas de GS, mientras un anterior “hombre GS”, Mario Draghi, encabeza el banco central de Italia y forma parte de los consejos de administración del Banco Central Europeo, del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, del Banco de Desarrollo Asiático y de los “hombres sabios” (¡súper sic!) del Grupo de los Treinta, quienes imponen en forma circular sus invaluables recomendaciones globales. ¡Nada más! ¿GS es el brazo armado financiero de la OTAN y del Comando Norte (a través del TLCAN y ahora del Plan México) y el Comando Sur (por conducto del Banco Interamericano de Desarrollo) de EU?

Como si lo anterior fuera poco, el italiano Draghi preside el Foro de Estabilidad (¡súper sic!) Financiera de rescate global, que sirve para remediar las calamidades que siembran en los paraísos fiscales (off-shore) con su “contabilidad invisible” (off-balance-sheet).

El fétido Banco Mundial no es la excepción: el fundamentalista neoliberal Robert Zoellick, sucesor de su correligionario, el corrupto neoconservador straussiano Paul Dundes Wolfowitz, así como George Richardson, su mandamás financiero, provienen de los rangos de GS.

Los puestos son bidireccionalmente intercambiables entre GS y los principales organismos internacionales: E. Gerald Corrigan, anterior presidente de la Reserva Federal de Nueva York, labora ahora para GS, y Peter Sutherland, quien fue presidente de la OMC, representa los intereses de GS en la City y forma parte simultánea del consejo de administración del poderoso Royal Bank of Scotland (presunto dueño verdadero de Santander, el caballo de Troya británico para apoderarse de las finanzas latinoamericanas): ambos en quiebra técnica, según los cánones de la “vieja economía”.

Prácticamente toda la banca negra anglosajona (ya no se diga la aldeana banca española, propiedad de la banca británica tras bambalinas) se encuentra quebrada. Pero GS asombra con excepcionales ganancias (siempre y cuando se mantenga oculta su contabilidad), gracias a su pléyade de hedge funds (fondos de cobertura de riesgo) que manejan las firmas siguientes con severos problemas financieros ocultos: Och-Ziff, Farallon, Omega, ESL, Perry Capital, Fortress Investment, J.C.Flowers, etcétera.

Otro “hombre GS”, Jim Cramer, es fundador de The Street, que brinda consejos filantrópicos a los cándidos, así como de la cadena de noticias financieras CNBC, diseñada para desinformar. Mark Carney, anterior banquero de GS, acaba de ser nombrado por el primer ministro Stephen Harper como próximo “gobernador” del Banco central de Canadá, lo que de facto coloca a las instituciones financieras del TLCAN (EU, Canadá y México) bajo el control de GS.

Tampoco son tan originales: el negocio de GS y Citigroup, como se detectó con el Fobaproa/IPABes, es circular los pagarés firmados por el argentino-israelí-mexicano Martin Werner Wainfeld (ahora funcionario de GS), pagados generosamente por su hermano Alejandro, hoy subsecretario de Hacienda y verdadero controlador de la cartera que beneficia al ex vendedor de naranjas tuxpeño Roberto Hernández Ramírez, quien vendió Banamex a Citigroup sin pagar sus adeudos ni sus impuestos. El eje GS-Citigroup lo subsume exquisitamente Robert Rubin, ex secretario del Tesoro clintoniano, ex jerarca de GS durante un cuarto de siglo y hoy segundo de a bordo de Citigroup, el banco técnicamente quebrado que busca rescatar, mediante el “superfondo” ideado por los dos “hombres GS”, la dupla Paulson-Steel.

Queda claro que GS, los “amos del universo” que expuso el genial novelista dandy Tom Wolfe, simboliza el centro de comando financiero y político del planeta y del modelo de la desregulada globalización plutocrática neofeudal en caída libre.

El modelo financierista de GS de “manos y contabilidad invisibles” se hunde sin redención como el Titanic y para intentar salvarse de su quiebra técnica alucinan sicóticamente con una “tercera guerra mundial de cinco minutos” (ver Bajo la Lupa, 28/10/07). Podrán destruir nuclearmente a Irán, pero ni así GS se salvará de las hogueras bursátiles infernales de sus apuestas lúdicas. It is over!

 
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