Usted está aquí: miércoles 31 de octubre de 2007 Mundo Putin condena por primera vez la represión en el régimen soviético

Se recuerda en Rusia a millones de víctimas de Stalin

Putin condena por primera vez la represión en el régimen soviético

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Ampliar la imagen El presidente Putin y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Alexiy II, visitan en Moscú un monumento a las víctimas de la represión El presidente Putin y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Alexiy II, visitan en Moscú un monumento a las víctimas de la represión Foto: Reuters

Moscú, 30 de octubre. Con la clara intención de arrebatar en una fecha aquí tan señalada como ésta –Día del Perseguido Político– la iniciativa a la oposición, que encuentra en su estilo de gobernar preocupantes rasgos autoritarios, el presidente Vladimir Putin, por vez primera en sus ocho años al frente del Kremlin, no escatimó este martes adjetivos para condenar la represión estalinista.

La proximidad de las elecciones legislativas del próximo 2 de diciembre hizo posible que Putin, jefe del Ejecutivo y a la vez cabeza de lista del partido oficialista Rusia Unida, haya rendido tributo a la memoria de las víctimas de José Stalin, al acudir a temprana hora a depositar una ofrenda floral en el polígono de tiro de Butovo.

Ahí, en uno de los suburbios meridionales de esta capital, tan sólo en 1937, hace siete décadas, y el año siguiente fueron fusiladas casi 30 mil personas por la policía política del régimen soviético, el NKDV, precursora del KGB, donde se formó en sus comienzos el mandatario ruso, quien no hace tanto mencionó la desaparición de la Unión Soviética como “la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.

Putin trató hoy de distanciarse de dos aspectos inherentes a la cuestionada gestión de Stalin –el culto a la personalidad y la eliminación física de los adversarios políticos–, justo cuando la oposición hace mofa de la exaltación de las virtudes del actual titular del Kremlin y denuncia intentos de justificar en los libros de texto los momentos más trágicos de la historia soviética.

“Hasta el día de hoy sentimos esta tragedia en carne propia. La magnitud de la violencia fue colosal, se exterminó a millones de personas. Sobre todo a gente con ideas propias, a aquellos que no temían expresarlas en público, a la gente más preparada, a la flor y nata de la nación”, afirmó Putin.

El presidente atrajo la cobertura de la televisión local poco antes de que cerca de mil personas, entre descendientes, antiguos presos políticos, diputados y activistas de los derechos humanos, se reunieran frente a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, sucesor del KGB), en la céntrica plaza de Lubianka, para honrar la memoria de los millones de represaliados.

Es difícil saber cuánta gente sufrió las aberraciones del estalinismo. Tan sólo entre 1937 y 1938, los años del comienzo del llamado “terror rojo”, el NKDV detuvo por motivos políticos a un millón 345 mil personas, de las cuales 681 mil fueron fusiladas y 115 mil no resistieron las torturas o murieron en los campos de concentración.

Según diversas estimaciones –de incluir a los millones de soviéticos que purgaron penas de cárcel por llegar dos veces tarde al trabajo y otras formas de infringir la disciplina laboral, sin contar a los que, al caer prisioneros en la Segunda Guerra Mundial, “traicionaron a la patria”–, se podrían considerar víctimas de la represión estalinista hasta 30 millones de personas.

En todo caso, y muchas veces sin tener la satisfacción moral de haber logrado superar las interminables barreras burocráticas para rehabilitar a sus seres queridos condenados de manera arbitraria, aún viven en Rusia cerca de 800 mil represaliados, cifra que incluye a niños que perdieron a sus padres.

En plena campaña electoral, Putin no podía ignorar lo que él mismo definió como “una tragedia que (los rusos, y no sólo ellos) no debemos olvidar nunca”, y no desaprovechó la ocasión para arremeter contra la ideología de la principal fuerza de oposición, el Partido Comunista, al subrayar que “esta tragedia ocurrió, como tantas veces en la historia universal, cuando se intentó poner ideales atractivos a simple vista, pero en realidad vacíos de sentido, por encima de valores fundamentales como la vida, los derechos y las libertades del ser humano”.

Y remató Putin: “Todos sabemos que 1937, aunque fue el año de la represión más intensa, tuvo el camino allanado en los años precedentes (desde la revolución bolchevique, en 1917) con los fusilamientos de civiles durante la guerra civil y el exterminio de estratos enteros como el clero, el campesinado y los cosacos”.

 
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