Usted está aquí: lunes 29 de octubre de 2007 Opinión Balance de la Jornada

Balance de la Jornada

Marlene Santos
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El arbitraje, de nuevo en el centro de la polémica

Ampliar la imagen César Delgado fue desequilibrante en el juego ante Pumas, ayer en CU César Delgado fue desequilibrante en el juego ante Pumas, ayer en CU Foto: Víctor Camacho

El torneo casero comenzó a pasar factura, a premiar y a castigar a los clubes sin importar su prosapia o popularidad. Santos Laguna y el Toluca hicieron bien la tarea y están por méritos propios en la liguilla, a la espera del Atlante y cinco más.

Guadalajara, América, Cruz Azul y Pumas, los de más afición, se encuentran entre los desesperados por alcanzar el pase, aunque sea a través de la ruta del repechaje, luego de un certamen lleno de altibajos, donde, inclusive, Chivas y Águilas experimentaron el relevo de sus directores técnicos para evitar el naufragio.

Diablos es el más asiduo visitante a las finales en los torneos cortos, ha ganado cinco y perdido dos (ante Morelia y Chivas), sumó 27 unidades y aseguró el segundo lugar de su grupo, escoltado por Pachuca y la UNAM, que van empatados con 19, pero Tuzos o Pumas, sólo uno de ellos, podría sumar los nueve puntos que restan por disputarse, ya que se enfrentan en la fecha 17.

Lo lamentable en esta etapa de definición ha sido el arbitraje. La labor de los nazarenos comandados por Aarón Padilla empieza a mostrar su fragilidad, por no decir incapacidad para, en principio, dominarse a sí mismos, y después controlar los disparados nervios de futbolistas y directivas que se juegan mucho más que tres puntos en cada fecha.

El arbitraje dio la nota en el juego entre Monterrey y Tuzos, pues Jesús Cabrito Arellano dio un empellón con el pecho al silbante Gabriel Gómez, quien tuvo una pésima actuación y logró lo que pocos: inconformar a ambos equipos y al público que lo despidió del estadio Tecnológico con toda clase de improperios, pese a testificar la primera victoria de Isaac Mizrahi.

Gómez, de 35 años y oriundo de Cuernavaca, también se puso en el centro de la polémica en diciembre pasado, cuando se le ocurrió pedir perdón públicamente a Chivas-Jorge Vergara, por no haber marcado un supuesto penal sobre Omar Bravo; entonces Vicente Sánchez y Bruno Marioni encabezaron la indignada reacción del otro finalista, Toluca, y pidieron que lo suspendieran un año, aunque nadie les hizo caso.

Esta vez Arellano es quien podría ser sancionado dos campañas por la agresión al silbante; fue un leve contacto, pero Gómez había hecho todo lo posible por sulfurar los ánimos de ambos conjuntos, y la cereza al pastel en su rol protagónico fue cuando se dejó caer como fulminado por un rayo. Hasta el delantero tuzo Juan Carlos Cacho lo calificó de “buen actor”.

José Abramo Lira dirigió el Pumas-Cruz Azul y tampoco estuvo a la altura de la exigencia; primero omitió un penal a favor de La Máquina y luego lo compensó burdamente. Es muy difícil que recupere el gafete internacional que perdió en 2005. En el Tecos-San Luis, Hugo Droguett definió de “asquerosa” la labor de Paul Delgadillo y quizá sea llamado a cuentas por afirmar que en México hay muy pocos árbitros buenos.

El polémico Javier Pérez Teuffer salió de Necaxa y eso fue suficiente para que el equipo, ahora bajo la administración del gobierno de Aguascalientes, diera la sorpresa de la jornada al vencer al favorito Atlante. Por increíble y desfavorable que parezca, ahora los contribuyentes sostendrán al plantel, pero la franquicia seguirá siendo de Televisa.

 
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