Usted está aquí: lunes 29 de octubre de 2007 Capital Para los habitantes de Calle 34, el peligro no es cuestión de temporadas

Más de un centenar de viviendas fueron construidas al borde de la barranca

Para los habitantes de Calle 34, el peligro no es cuestión de temporadas

El delegado en Álvaro Obregón recorrió ayer la zona, ubicada en Olivar del Conde

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen El delegado en Álvaro Obregón, Leonel Luna, recorrió zonas de alto riesgo de su demarcación. En la imagen lo acompaña el diputado Gerardo Villanueva El delegado en Álvaro Obregón, Leonel Luna, recorrió zonas de alto riesgo de su demarcación. En la imagen lo acompaña el diputado Gerardo Villanueva Foto: Jesús Villaseca

Se le conoce como Calle 34, en la colonia Olivar del Conde, pero en su lugar sólo hay escalinatas y uno que otro corredor a manera de mirador, que descubren más de un centenar de viviendas, cuyas familias de escasos recursos viven al borde de la barranca de lo que alguna vez fue un afluente del río San Borja, en la delegación Álvaro Obregón.

Para sus habitantes el peligro no es cuestión de temporadas. En estiaje, lluvia o frío su seguridad termina donde empieza el precipicio, justo donde una pareja de adolescentes, Alberto Chávez y su esposa Rocío, habilitaron su casa, ahora clasificada como una de las 500 viviendas que se encuentran en alto riesgo de deslave en la demarcación.

Llegaron ahí hace tres años. “De contrabando”, según confiesa Alberto, cuando ya no tuvieron cabida en el hogar materno. “Le buscamos por nuestro lado y no encontramos otro lugar”, relata, al señalar que temor si les da, pero “¿que le hacemos, adónde vamos?”

Su familia es de las últimas en llegar a esta cañada completamente urbanizada, con casas distribuidas en los peldaños de tal manera que se observan cinco diferentes niveles de frente a la pendiente, cuyo fondo es un caudal de aguas negras y restos de basura.

Esta realidad se observa igual aquí que en las siete barrancas de la delegación Alvaro Obregón, donde según estimaciones de las autoridades, son habitadas por cerca de 50 mil familias, que durante años han ocupado los terrenos federales, y sus viviendas se encuentran al punto del colapso.

En Jalalpa, a unos metros del vaso regulador de la presa Becerra, don Francisco Vázquez, describe la situación en la que viven. “Estamos asentados en un barril de pólvora, pero como hasta ahora no ha pasado nada grave, nos mantienen en el olvido”.

Ayer durante un recorrido, el titular en Álvaro Obregón, Leonel Luna Estrada, explicó que las viviendas no pueden ser regularizadas, porque muchas de ellas están en zonas federales, pero se requieren acciones donde participen los tres niveles de gobierno, para reubicar a quienes están en alto riesgo y dotar de mejores condiciones de vida al resto.

Acompañado de los diputados federales del PRD, Gerardo Villanueva, Aleida Alavez y Valentina Batres, quienes se comprometieron a gestionar los recursos para esta demarcación, Luna Estrada detalló que se requiere de construir colectores marginales, canalización de descargas domiciliarias, y sobre todo plantas de tratamiento para acabar con el foco de infección en que se han convertido estas barrancas, sin olvidar los muros de contención para evitar un deslave.

“En Álvaro Obregón tenemos 100 kilómetros de barrancas, y consideramos que para el rescate de cada kilómetro necesitamos dos millones de pesos”, refirió al señalar que a pesar de ser de su competencia, el gobierno federal no ha invertido ni un centavo en la conservación de estas zonas.

En ese sentido, señaló que no cejará en su lucha por sensibilizar a las autoridades federales para que destinen recursos para revertir el riesgo y la deplorable situación en que viven miles de habitantes.

 
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