Usted está aquí: sábado 27 de octubre de 2007 Deportes El deporte, una gran mentira: Fritz Sorgel

El deporte, una gran mentira: Fritz Sorgel

Dpa

Hamburgo, 26 de octubre. Alemania vuelve a la carga. El deporte es una gran mentira y tiene lugar en un sistema hipócrita, según la contundente opinión del experto en dopaje alemán Fritz Sorgel, quien se une en sus denuncias a su mediático compatriota Werner Franke.

Sorgel, quien preside un instituto de investigación biomédico y es farmacéutico en Núremberg, dijo a Dpa que se están usando nuevas drogas en el deporte, y que los controles están quedando atrasados en relación con los últimos progresos.

El especialista predice que el mercado estará inundado de estos productos de cara a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, y que al deporte le espera un difícil futuro.

“Debemos convivir con este sistema de hipocresías. El deporte es una gran mentira”, argumentó Sorgel, antes de agregar: “los atletas se dopan con drogas nuevas y no tienen idea de los efectos colaterales que ese tipo de sustancias les traerán. Ése es el futuro.”

El investigador expresó su preocupación de que las así llamadas “versiones inteligentes” de la EPO (eritropoietina) marquen una nueva tendencia y habló de una sustancia denominada dynepo.

“Cuando llegue la nueva EPO inteligente, que simula los efectos de la EPO, pero no puede ser rastreada, entonces la carrera contra el dopaje estará perdida por largo tiempo”, pronosticó.

Escenario horroroso

Cree que cerca de 100 pequeñas compañías y laboratorios en el mundo tienen la capacidad de elaborar sustancias dopantes en espacio de cuatro semanas. Este hecho, sumado a la aparición de personas como Víctor Conte, dueño del tristemente célebre laboratorio Balco, daría por resultado un “escenario horroroso”, en su opinión.

Otra nueva sustancia es la IGF-1 (factor 1 de crecimiento), producida con base en hormonas de crecimiento humano, y que al igual que muchas otras es necesaria para pacientes enfermos, pero también tiene efecto dopante.

Los valores de hemoglobina y hematocritos permitidos son demasiados altos y “prácticamente invitan (a los atletas) a practicarse dopajes sanguíneos”, afirmó.

Sorgel admitió que todas las partes involucradas llevan adelante una lucha intensa contra el consumo de sustancias prohibidas, pero la esperanza de un deporte libre de sustancias estimulantes es simplemente una utopía.

 
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