Usted está aquí: jueves 25 de octubre de 2007 Ciencias Lanza China su primera sonda a la Luna en busca de materias primas

Explorar el satélite es solucionar los problemas de energía sobre la Tierra, dice

Lanza China su primera sonda a la Luna en busca de materias primas

El isótopo de helio-3, uno de los elementos más codiciados, se considera posible combustible para las plantas de fusión nuclear

Estiman que hay entre un millón y 5 millones de toneladas

Dpa

Pekín, 24 de octubre. China quiere participar en la carrera por las potenciales materias primas en el espacio. Su ambicioso programa espacial no sólo tiene fines políticos y militares, sino que también prevé la investigación de posibles fuentes de energía y minerales del futuro.

“No es un secreto”, dijo Qiao Xiaolin, miembro del grupo asesor científicos del programa lunar chino. “Explorar la Luna es solucionar los problemas de materias primas sobre la Tierra”.

Éste también es el motivo por el cual de pronto Estados Unidos, Europa, Japón e India están de nuevo interesados en el satélite natural de la Tierra.

Por supuesto que para ello aún se deben resolver grandes problemas técnicos, admitió el científico. “Pero nos da esperanza para el futuro”, añadió, luego de que China lanzara hoy por primera vez una sonda a la Luna, la Chang’e 1, desde el centro de vuelos espaciales de Xichang, en la provincia suroccidental de Sichuan.

El isótopo de helio-3 es uno de los elementos más codiciados. La bella diosa china de la Luna Chang’e, que según una leyenda vive en ese astro y en honor a quien fue bautizada la sonda, estaría sentada sobre grandes cantidades de este isótopo, considerado un posible combustible para futuras plantas de energía de fusión nuclear.

Estas centrales energéticas podrían apaciguar la creciente hambre de energía del mundo, de manera poco contaminante y con escaso residuo radiactivo.

Sin embargo, por ahora ningún reactor experimental suministró más energía de la que consumió. Un reactor de prueba internacional, el ITER, en el que también participa China y que es construido en Cadarache, en el sur de Francia, deberá demostrar que es posible la fusión nuclear como fuente de energía.

El helio-3, un isótopo escaso en la Tierra, es uno de los elementos químicos con los que se podría obtener energía de fusión.

En nuestro planeta se estima que hay unas 15 toneladas de esta sustancia, mientras en la Luna, los expertos chinos consideran que existen entre un millón y cinco millones de toneladas.

Estas reservas podrían garantizar la demanda energética sobre la Tierra “por más de 10 mil años”, opinó el jefe científico del programa lunar chino, Ouyang Ziyuan.

Con esta referencia a las materias primas, Ouyang rechaza los cuestionamientos acerca de por qué el país en vías de desarrollo más grande de la Tierra, con sus problemas terrenales de pobreza, contaminación y derroche de energía, gasta tanto dinero en un programa espacial.

En el periódico oficial China Daily, Ouyang advirtió a su pueblo que no debe retroceder en su carrera por el espacio. Que China, con su programa, espacial persigue también objetivos militares, como por ejemplo el desarrollo de armas antisatelitales, es algo que no se admite públicamente. El ejército está convencido de que las guerras del futuro se decidirán por la técnica satelital en el espacio.

Objetivos políticos

Sin embargo, sí se explican los objetivos políticos del programa espacial.

El lanzamiento de la primera sonda lunar, poco después del cierre del 17 congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en Pekín, debe demostrar a la enorme población los avances del país bajo su actual conducción.

Ya en 2003, China, con su primer vuelo espacial tripulado después de Estados Unidos y Rusia, ingresó al selecto grupo de países capaces de mandar con sus propios medios astronautas al espacio.

“La exploración de la Luna refleja la enorme fuerza y poder económico de la nación”, dijo Qiao Xiaolin, al reiterar el discurso oficial. “Nos ayuda a fortalecer la confianza nacional”.

El primer astronauta chino Yang Liwei, quien fue admitido en el Comité Central del Partido Comunista, hasta propuso fundar una célula partidaria en el espacio.

Entonces, en una estación espacial, los astronautas chinos podrían estudiar con regularidad “la política del partido e intercambiar puntos de vista sobre sus decisiones”.

El comunismo es una “fuerza espiritual” para los astronautas chinos, aún cuando no oran como algunos de sus creyentes colegas espaciales de Occidente.

 
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