Persisten intereses que se benefician del status quo y bloquean los cambios, afirma
Hay que poner al día a México; otros avanzan más rápido: Ortiz
Se lograron avances en desregulación, pero a un paso “no satisfactorio”; es insuficiente crecer a 3%, advierte
Destaca buenas cifras en el tercer trimestre, incluso más positivas de lo esperado
Ampliar la imagen Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México, durante la comparecencia ante senadores, el pasado marzo Foto: Jesús Villaseca
Washington, DC, 22 de octubre. En momentos en que la evolución de la economía internacional se hace más incierta, persisten en México “intereses específicos” que “se benefician del status quo” y bloquean arreglos institucionales que permitirían dotar al país de mayor capacidad de crecimiento, afirmó Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México (BdeM).
“Tenemos que poner al día a México porque el resto de los países ha avanzado más rápido que nosotros”, declaró Ortiz Martínez en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que hoy concluyó.
El gobernador del banco central planteó que México ha dado pasos muy importantes en lograr estabilidad financiera y macroeconómica, así como en algunas reformas como las que se han aprobado este año relacionadas una, con el sistema de pensiones de los trabajadores del Estado, y la aprobada el mes pasado en materia fiscal.
“Pero hay que seguir haciendo más”, añadió. Dijo que se han dado algunos avances en cuanto a la desregulación en la economía, pero a un paso “que es insuficiente y a un ritmo que no es satisfactorio”, añadió, en declaraciones a tres periódicos mexicanos, entre ellos La Jornada.
Para tener un mayor crecimiento, que el producto interno bruto aumente no a 3 por ciento como ahora, sino a 6 por ciento anual, añadió, hay que seguir haciendo más, avanzar en la dirección correcta y tomar medidas en materia de desregulación, concretar una mayor competencia en el sector de energía, bajar los costos en telecomunicaciones y mejorar la eficiencia del sistema bancario para trasladar el ahorro de la población hacia actividades más productivas.
“En México creo que vamos en la dirección correcta y probablemente ante una situación más incierta de la economía mundial conviene acelerarlo”, puntualizó.
–Si están identificadas, ¿cuáles son las áreas en que se puede avanzar, cuáles definiría que son los obstáculos y dónde están las resistencias?
–Como la experiencia ha demostrado, las reformas que propician un crecimiento más acelerado y que tienen que ver con arreglos institucionales, con temas de desregulación, de mayor competencia, con temas de orden microeconómico, son a veces más difíciles de instrumentar porque siempre hay intereses específicos que se resisten a estos cambios. Normalmente cuando hay algún exceso de regulación, por poner un ejemplo, hay un sector o un subsector que resulta beneficiado a costa de otros. Obviamente, aquellos que están beneficiados con el status quo se resisten al cambio. Es algo que hemos visto en una serie de circunstancias, sectores y países. No es tan fácil, pero son cosas que hay que hacer y tenemos que poner a México al día, porque el resto de los países ha avanzado más rápido que nosotros.
Poca afectación en mercados
En este sentido, abundó en que la economía mexicana está creciendo a una tasa moderada, aunque con buenas cifras en el tercer trimestre, “incluso un poco más positivas de lo que muchos estaban esperando”. Sin embargo, precisó, un crecimiento de 3 a 3.5 por ciento es insuficiente.
“México está en una posición hoy en la que ha hecho ya un trabajo importante en materia de consolidación de indicadores macro y reducción de vulnerabilidades. Lo hemos visto en este episodio financiero: los mercados financieros en México se han visto realmente muy poco afectados con la turbulencia financiera en el mundo, que ahora se ha discutido tanto en estas reuniones anuales”, agregó.
Pero, precisó, los pendientes están en “aquellos otros ingredientes” que van en sentido de incrementar la productividad de la economía. La única manera como los países progresan, el producto se expande y el empleo aumenta es a través de aumentos en la productividad, dijo. “Y esto tiene que ver con las oportunidades de inversiones que se perciben, con los elementos que inducen la competitividad del país, tiene que ver con una menor regulación. En muchos casos, tenemos todavía en México una regulación excesiva, aunque se ha hecho algún avance que ha sido insuficiente y a un ritmo que no es satisfactorio”.
Ortiz Martínez insistió en que no hay una “receta mágica” para de repente pasar de un crecimiento económico de 3 a otro de 6 por ciento. En otros países han sido una serie de elementos que han ido incorporándose, en algunos casos gradualmente, otros con más rapidez, los que ha detonado el crecimiento.
“Ahí tienen a India. Es un país que estuvo durante 50 años con un crecimiento bajísimo, casi estancado, que a partir de los años ochenta empieza gradualmente a acelerar el crecimiento, con una serie de medidas que se fueron tomando, que finalmente detonaron con el tiempo un proceso de aceleración del crecimiento económico”.
Añadió que en México se han dado pasos muy importantes, no sólo con la estabilidad financiera sino también con las reformas que fueron recientemente aprobadas por el Congreso a iniciativa del Ejecutivo.
–Sobre la reunión del FMI y el Banco Mundial esta semana. Algunos países latinoamericanos han planteado la necesidad de que la región y otros países en desarrollo de ingreso medio tengan nueva relación con los organismos financieros. ¿Cuál desde su punto de vista es la discusión, el tema relevante en esta nueva relación?
–Hay un asunto todavía más general, que es un poco la definición de cuál es el papel de los organismos financieros internacionales. En el Banco Mundial, claramente su función de canalizador de recursos a los países en desarrollo, ha cambiado drásticamente porque ahora los países en desarrollo están financiando a los países industriales. El conjunto de las economías emergentes están financiando el déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos.
“Uno se pregunta cuál es la relación del Banco Mundial con las economías de ingreso medio que tienen amplias posibilidades de acceder a los mercados financieros, y que de hecho están generando ahorro en exceso de inversión. Es una pregunta que está latente. El anterior presidente del Banco James Wolfensohn (1995-2005) señaló recientemente que hay todavía varios cientos de millones de pobres en el mundo, y que ahí es donde el Banco Mundial debe enfocarse. Yo estoy de acuerdo con eso. El papel del Banco Mundial en economías como México o Brasil es distinto al que fue en el pasado. México no enfrenta una restricción en los mercados de capital, tanto el sector público como el privado tienen amplio acceso al mercado”, añadió.
Algo similar ocurre con respecto al Fondo Monetario Internacional, abundó. El papel de este organismo como prestamista de los países con problemas financieros hoy se ve menos importante de lo que fue en el pasado.
“De hecho, en esta última crisis financiera que estamos viviendo, lo notable es que ha afectado de una manera muy leve a los países emergentes. El problema está en el centro y no en la periferia, y son los problemas asociados al otorgamiento de crédito, a las formas de distribuir esos créditos, en países en desarrollo, principalmente en Estados Unidos y en Europa, los que están causando ese problema. Las repercusiones sobre nosotros en materia financiera han sido muy pequeñas. Para México hasta ahora han sido muy limitadas. Pero lo claro es que hay gran incertidumbre. Si algo ha caracterizado a estas reuniones es la sensación de que hay un alto grado de incertidumbre sobre el futuro”, comentó.