Usted está aquí: lunes 22 de octubre de 2007 Opinión El toro

TOROS

José Cueli

El toro

Ese toro de Adolfo Martín fue un barrabás que puso la emoción en el ruedo de la Plaza de Las Ventas de Madrid hace seis años. Corría a galope y volaba corneando al viento. En la mirada llevaba un presagio de muerte. Con acentos broncos mugía y llamaba a las vacas de la ganadería. Doblegaba en sus embestidas a los burladeros y sacudía los tablones que se salían de sus goznes. Rasgaba capotes y fácil empujaba a plantarle cara. Nada se oponía a su asesino empuje. La gente, los cabales, no nos lo creíamos, un toro pegajoso, difícil, pero noble en la plaza madrileña. Algo que no se había visto en la feria isidril de ese 2001.

En silencio se quedó la ganadería y una vaca esperaba oír entre los caminos su sonoro mugido. Mientras, duerme y canta la solea torera al bravísimo toro, huracán de embestidas aprendidas entre los olivares y los pinos y las piedras. Su presencia aparentemente inofensiva se volvió de muerte en el ruedo encantado. Su matador se encontró con un huracán que lo sacó de madre, de padre y por poco de la plaza, al darle un llegue.

¡Ay ese torito! Hilando se fue tejiendo un capote, en espera de unas verónicas y una media, que lo acariciaron en meceo flamenco que nunca llegó, no podía llegar. En la plaza resonaba perdida la amenaza del canto bravío de un torillo con lo que hay que tener; la muerte enlazada a la belleza por la amenazante casta en mirada, piel, barbas y latidos arteriales que hablaban de su emoción torera.

El toro de Adolfo Martín que llegó en buena hora se fue con enhorabuena de los cabales. Su encastada y noble embestida, disparadora de cornadas y buscadora de meceo acometía a cualquier movimiento. Un concierto torista ejecutado en la tarde desapacible y nebulosa. Orgulloso con sus pitones, a las nubes quería alcanzar igual que a las cuadrillas paralizadas.

Los aficionados en la Plaza México esperamos que aparezca el toro con edad, trapío, leña, y la raza y casta que se requiere para el paladear el toreo de las figuras españolas que vienen por todas.

 
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