Usted está aquí: sábado 20 de octubre de 2007 Mundo Frena la justicia destrucción de siete casas ordenada por el ayuntamiento de Madrid

Vecinos de Cañada Real Galiana protestan pacíficamente por demolición de chabola

Frena la justicia destrucción de siete casas ordenada por el ayuntamiento de Madrid

Armando G. Tejeda (Corresponsal)

Madrid, 19 de octubre. Después de la batalla campal de ayer, en que migrantes marroquíes se enfrentaron con policías españoles por la demolición de sus casas, por mandato del ayuntamiento de Madrid, los vecinos de la Cañada Real Galiana se manifestaron hoy de forma pacífica en calles de la ciudad para expresar su repudio a la actuación de las autoridades y denunciar la política de destrucción de los barrios marginales.

La movilización coincidió con una victoria del colectivo afectado en el terreno judicial: una jueza decidió paralizar la demolición de siete viviendas, al considerar que los “perjuicios” provocados a las familias serían de “difícil o imposible reparación”.

Ayer, por espacio de dos horas, el sureste de la capital española fue escenario de un enfrentamiento entre cientos de migrantes marroquíes y policías españoles, tanto municipales como nacionales, que tenían la encomienda de garantizar el cumplimiento de una orden judicial: la demolición de una chabola (vivienda marginal) en que vivía hasta ayer una familia con dos hijos.

El saldo fue de 41 heridos, entre ellos una mujer embarazada y dos niños, y la detención de nueve residentes de esa chabola, donde mal viven 40 mil personas en 2 mil “infraviviendas”, y en en la que según las autoridades locales se vende droga de forma cotidiana.

Mujeres que portaban sus carreolas, niños y adultos se manifestaron durante cuatro horas en las calles de la capital para denunciar las agresiones que sufrieron ayer por parte de la policía. A pesar de que el saldo de heridos afectó más a los cuerpos policiales –con 33 agentes heridos leves–, los vecinos alegaron que la actuación policial fue desproporcionada y que, ante el temor a que fueran destruidos sus hogares, ellos decidieron defenderse con palos, piedras y hasta bombonas de gas vacías.

La marcha, que partió del barrio de la Cañada Real y culminó en la junta municipal de Vicálvaro –la que pertenece a la circunscripción–, transcurrió sin incidentes en medio de un dispositivo policial.

La demolición de las viviendas en esta colonia marginal, poblada sobre todo por migrantes marroquíes y rumanos, se inició el pasado 9 de octubre cuando sin previo aviso el ayuntamiento de la capital, gobernado por el derechista Alberto Ruiz Gallardón, mandó las máquinas excavadoras para destruir alrededor de 30 viviendas.

El objetivo de las autoridades municipales es destruir cualquier vestigio de chabolismo en la capital, un fenómeno que se inició hace más de dos décadas y que se sitúa sobre todo en la periferia de la ciudad, en donde residen más de 70 mil personas.

El ayuntamiento de Madrid advirtió que las demoliciones de viviendas continuarán, pero los vecinos de la chabola lograron una victoria en el terreno judicial, luego que una jueza admitió a trámite el recurso interpuesto por los afectados para detener la destrucción de siete casas de sendas familias de rumanos.

 
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