Usted está aquí: miércoles 17 de octubre de 2007 Opinión Myanmar: astrología y “Estado nacional”

José Steinsleger/ III y última

Myanmar: astrología y “Estado nacional”

Myanmar forjó su conciencia patriótica en la lucha contra el colonialismo inglés. Sin embargo, la carencia de un pensamiento articulador como el de Mao en China, Gandhi o Nehru en India u Ho Chi Minh en Vietnam frustró la cohesión del nuevo Estado nacional.

Los constituyentes birmanos diseñaron un precario Estado federal en el que participaron liberales de perfil occidental, marxistas en versión oriental, y fuerzas político-religiosas muy influyentes que fijaron la fecha de independencia en consulta con los astros.

Con una población cercana a 60 millones (75 por ciento rural), Myanmar figura entre los países más paupérrimos del mundo. De origen birmano (69 por ciento), la mayoría de la población profesa la fe budista (80). Siguen los shan y los mon (budistas, 8.5 y 2.4), karen (cristianos, 6.2), rakhine (islámicos, 4.5) y los chin y kachín (animistas, 2.2 y 1.4 por ciento). Oficialmente reconocidos existen 135 grupos étnicos que hablan 108 lenguas.

La escuela budista therevada (Birmania, Camboya, Laos), la más antigua que se conoce, se caracteriza por un mayor apego a la letra y difiere en matices del budismo mahayana (Tibet, China, Vietnam). El therevada se mezcla con las creencias locales de tres grupos budistas: apotropic, kammatic y nibbanic. No todos los monjes (más de medio millón) combaten a la despótica junta militar y algunos la apoyan.

Desde su independencia, el país cambió cuatro veces de nombre: Unión de Birmania (1948), Unión Socialista de la República de Birmania (1974), Unión de Birmania (1988) y Unión de Myanmar (1989). Lo único que falló fue la unión.

Los gobiernos de Myanmar jamás pudieron doblegar las insurrecciones políticas y étnicas en su territorio. De ahí el régimen militar que desde 1962 trata de conjurar, por medios violentos, a las fuerzas separatistas y periféricas que amenazan la integridad del Estado controlado por la etnia birmana, en detrimento de las demás.

En 1950 aparecieron los primeros movimientos armados en la estratégica provincia de Shan, limítrofe con China, Tailandia y Laos. En alianza con los karen, la CIA y Gran Bretaña, el gobierno de Rangún autorizó al Kuomintang (nacionalistas en desbandada tras el triunfo de la revolución china) con el fin de combatir a la Organización Voluntarios del Pueblo (comunista). Tal es el origen del famoso Triángulo Dorado, región que hasta la fecha ocupa el segundo lugar mundial en producción de opio y heroína, luego de Afganistán.

En el decenio de 1950 el “gran líder” político birmano fue U Nu (1907-95, “U” en birmano equivale a “señor”). Primer presidente del país asiático, U Nu pasó del antifascismo al anticomunismo pueril y adquirió fama mundial traduciendo al birmano Cómo ganar amigos, de Dale Carnegie. Aunque, posiblemente, algo tradujo mal, pues en 1958 fue derrocado por un golpe militar de impronta socialista.

La coalición gobernante se dividió y el ejército intervino creando un gobierno provisional de 18 meses. La elección de 1960 volvió a dar un triunfo notorio a U Nu, quien decía que Birmania tenía “16 mil problemas”. Entonces, decretó el problema 16 mil uno: el budismo, religión de Estado. Temiendo que el ejército (compuesto de miembros de todas las minorías) perdiese unidad y disciplina, el general Ne Win (1910-2002) acabó con su gobierno (1962).

La “vía birmana al socialismo” de Ne Win acabó en desastre. A fines del decenio de 1970 el régimen impulsó la liberalización parcial de la economía y, atendiendo a su consejo de astrólogos, arrió las banderas de izquierda “para combatir a la derecha”. En el decenio de 1980, el gobierno de Ne Win emitió billetes de 45 (4+5=9) y 90 kyats, dando por sentado que el 9 le traería “buena suerte” a la economía.

En 1978, más de 200 mil birmanos musulmanes del estado de Arakan cruzaron la frontera de Bangladesh. Y en 1992 cerca de 125 mil (rohingyas) huyeron al país vecino, donde el influyente partido Jamal Islami reclama al gobierno que ayude a sus hermanos en lucha por un “Arakan musulmán independiente”.

A más del narcotráfico, los recursos de la dictadura militar provienen de inversiones de India y China, de las petroleras Total (francesa) y de otra tailandesa, y la Chevron estadunidense. Estas compañías controlan las reservas de gas natural de Myanmar en altamar, enviadas a Tailandia a través de un gasoducto construido con mano de obra esclava de birmanos.

En 2005, el gobierno militar decidió que la capital ya no sería Yanghoon (antes Rangún), sino Pyinmana, situada al norte y en el centro del país, atrincherándose contra una eventual invasión estadunidense, y en mejor posición geográfica para combatir las tendencias separatistas.

Actualmente Myanmar soporta tres frentes guerrilleros, a más de la rebelión social causada por el drástico paquete de medidas económicas de septiembre pasado: los rebeldes kachín (norte, procedentes del sureste del Tibet); los nagas (noroccidente, que reclaman territorios de Assman, ocupados por India); y al oriente la narcoguerrilla cristiana de los karen, apoyada por la CIA y Taiwán.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.