Usted está aquí: lunes 15 de octubre de 2007 Política Sin navegador, la aeronave en que murió Martín Huerta

Existía un reporte que advertía claramente de la falla

Sin navegador, la aeronave en que murió Martín Huerta

Persisten inconsistencias entre los diversos peritajes

Gustavo Castillo García

Ampliar la imagen Ramón Martín Huerta, en imagen captada el 25 de enero de 2005 Ramón Martín Huerta, en imagen captada el 25 de enero de 2005 Foto: La Jornada

La aeronave en la que falleció el ex secretario de Seguridad Pública (SSP) federal Ramón Martín Huerta, el 21 de septiembre de 2005, “no debía ser operada bajo circunstancias de visibilidad reducida”, ya que desde agosto de ese mismo año existía un reporte que advertía que el navegador número uno del helicóptero estaba fuera de servicio, señala el dictamen de la Procuraduría General de la República (PGR), que forma parte de la averiguación previa PGR/MEX/NAU-II/610/2005, cuya copia certificada obtuvo La Jornada.

A pesar de las condiciones meteorológicas y la falla reportada en el navegador, el despegue se realizó bajo las reglas de “vuelo visual”, que supuestamente no limitaban su operación, pero “el viento existente en la zona y la nula visibilidad desviaron la aeronave proyectándola a la parte alta de un cerro, sin que el piloto pudiera evitarlo, ya que él ignoraba que iba directo” ahí.

A poco más de dos años de ocurrido este acontecimiento, ni la PGR ni la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) han dado a conocer el resultado final de sus investigaciones, que incluyeron diligencias ministeriales para deslindar la posible participación del crimen organizado en el suceso.

Un documento elaborado por el perito en aeronáutica José Luis Candiani Zamora indica que en el percance fallecieron –además de Martín Huerta– ocho personas: seis funcionarios de la SSP federal, el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y el tercer visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Candiani señala que el accidente se debió a “que el piloto (Habacuc de León Galicia) encontró en su ruta condiciones meteorológicas desfavorables a la navegación visual, por lo que intentó ingresar a su destino (el penal de máxima seguridad de La Palma) por otro lugar, buscando un hueco sobre el contorno de la zona montañosa, y al localizarlo intentó cruzar al valle de Toluca, (sin embargo) se le cerró (la visibilidad) durante el intento, quedando atrapado en la neblina, por lo que continuó su vuelo con la misma altitud y rumbo considerando que pasaría, pero el viento existente y la baja visibilidad desviaron la trayectoria de la aeronave proyectándola hacia la parte alta sin que el piloto pudiera evitar” el impacto con el cerro Las Canoas, en el valle de Jilotzingo, municipio de Xonacatlán.

El informe considera causa del accidente la “pérdida de referencias visuales de la tripulación de la aeronave”, pero nunca alude al giro que dio el helicóptero antes de impactarse contra la montaña, como declaró en la averiguación previa Tomás Mancilla González, habitante de la zona de Jilotzingo. Según el peritaje, los pilotos mantuvieron “rumbo, velocidad y altura”.

El 28 de octubre de 2005, el entonces subprocurador Gilberto Higuera Bernal dijo en conferencia de prensa, que “Tomás Mancilla González, quien se dedica a cuidar ganado en el lugar donde ocurrió el evento, afirmó que la aeronave se dirigía volando muy bajo hacia el norte del lugar donde él se encontraba, dando un giro y regresando hacia el sitio conocido como La Ratonera, donde se estrelló contra un cerro, luego de impactarse contra unos árboles, explotando e incendiándose”.

En ese fecha, agregó Higuera Bernal, “también se tomó declaración a Claudia Margarita de Jesús Amezcua Domínguez, vecina del poblado de Santa Cruz Ayotuxco, quien informó que el día de los hechos, entre las 10 y 11 de la mañana, cuando se encontraba en el jardín de su domicilio, observó un helicóptero de la Policía Federal Preventiva que volaba a baja altura, dando algunas vueltas como buscando dónde aterrizar o por dónde salir del lugar, ya que se encontraba rodeado de cerros y a esa hora la visibilidad no era clara porque había mucha neblina; la misma aeronave se dirigió al cerro conocido como Villa Alpina”.

De esos giros y explosión nada expresa el informe, pero sí refiere que la nave entró volando con una “altitud de vuelo de crucero (194.46 kilómetros por hora), para impactar primeramente la parte inferior del fuselaje con la copa de unos árboles, los cuales tenían una altura de 20 a 30 metros, y de 40 a 70 centímetros de diámetro, para luego chocar contra el terreno”.

El dictamen puntualiza que en los primeros árboles que golpeó el helicóptero se localizaron partes de la “estructura inferior del fuselaje, así como los tanques de combustible, lo que hace suponer que en este punto se origina el conato de incendio. Probablemente al romperse la celda de combustible ésta liberó su contenido, el cual baña el fuselaje, y al romperse también partes y sistemas eléctricos que pasan por la parte inferior se generaron cortos eléctricos y con ello chispas que pudieron haber dado ignición al combustible”.

Según el dictamen pericial, aquel 21 de septiembre el helicóptero Bell 412, matrícula XC-PFI, despegó a las 10:32 de la mañana del Campo Marte con destino al penal de La Palma. Tenía un plan de vuelo que contemplaba un viaje de 19 minutos.

El helicóptero era tripulado por el piloto Habacuc de León García y el copiloto Rafael Esquivel Arreguín; en la nave viajaban siete pasajeros: Ramón Martín Huerta, titular de la SSP federal; el general Tomás Cornelio Valencia Ángeles, comisionado de la Policía Federal Preventiva; Francisco Javier Becerra Gómez, oficial mayor de la SSP federal; Juan Antonio Martínez Ramírez, jefe de prensa de esa dependencia; Silvino Chávez Hernández, secretario ejecutivo del SNSP; Jorge Alberto Estrella Romero, jefe de escoltas del secretario, y José Antonio Bernal Guerrero, visitador de la CNDH.

De acuerdo con el peritaje, el último contacto de la aeronave con la torre de control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México fue a las 10:33. Los horarios desmienten la información que en aquel entonces brindó la Secretaría de Gobernación, la cual aseguró que el helicóptero partió del campo Marte a las 10:45 de la mañana, y que el último contacto que se tuvo fue a las 11:38.

 
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