Usted está aquí: domingo 7 de octubre de 2007 Cultura Impulsa Elfriede Jelinek el sueño de una nueva editorial mexicana

La palabra disfrazada de carne, primer libro de ensayos en español de la Nobel austriaca

Impulsa Elfriede Jelinek el sueño de una nueva editorial mexicana

Incluye una presentación escrita por la autora en la que condena los “horribles asesinatos” de mujeres en Ciudad Juárez

En sus textos muestra que la palabra no tiene poder: Herwig Weber

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Herwig Weber, autor del prólogo y de la selección de los ensayos contenidos en La palabra disfrazada de carne, durante la entrevista con La Jornada Herwig Weber, autor del prólogo y de la selección de los ensayos contenidos en La palabra disfrazada de carne, durante la entrevista con La Jornada Foto: Francisco Olvera

El sueño de muchas editoriales independientes que están por arrancar lo ha cumplido la nueva firma mexicana Gato Negro Ediciones: sacar un primer libro con material inédito de amplio valor literario y con un nombre que dé un impulso inicial al proyecto naciente.

Y lo ha cumplido con creces al publicar La palabra disfrazada de carne, primera reunión de ensayos en español autorizada por Elfriede Jelinek, escritora austriaca ganadora del Premio Nobel de Literatura 2004 y famosa por novelas como La pianista y Los hijos de los muertos.

En los ensayos Jelinek aborda varios de sus temas de interés: el poder, la mujer, la literatura, el teatro, el cine, los medios de comunicación, el sicoanálisis.

Por si fuera poco, La palabra disfrazada de carne incluye un texto de presentación de Jelinek ex profeso para la compilación de ensayos, Con la cabeza a través del escaparate, sin poder escapar, en el que la narradora, poeta, dramaturga y ensayista se refiere en una parte a los “horribles asesinatos” de mujeres en Ciudad Juárez, y por otra parte, provoca al lector:

“Mis ensayos realmente no son tales. Son una forma de reducción de lo esencial, son una pasión, una evasión de lo personal que, sin embargo, luce más y más fuerte a través de este tejido del lenguaje que fabrico, pero yo misma, desgraciadamente, no puedo vislumbrarlo. (…) Mis ensayos son literatura en forma comprimida, como una bola de heno, que tratan de algo que no puedo pasar por alto y que no me deja pasar.”

Además, la labor de recreación del alemán al español también recurrió a un “método ideal”, al trabajarse mediante un equipo de seis traductores mexicanos que se enriquecieron unos a otros y fueron coordinados por Herwig Weber, especialista en literatura austriaca radicado en México, autor del prólogo y de la selección de ensayos.

Las traducciones son de Carla Zenzes, Gertrudis Zenzes, Josefina Pacheco, Sergio Sánchez Loyola, Rosario Vázquez Lozano, Edda Webels y el propio Weber.

Artista de la perturbación

Aparte, el libro incluye un estudio del germanista Konstanze Fliedl, El arte de perturbar, en el que la ubica como la artífice principal del destrozo de su propio pedestal, congruente con una sistemática “falta de tacto” y sacudidora de convenciones sociales, culturales y estéticas.

De igual modo, la escritora austriaca decidió que las regalías de este nuevo libro editado en México se destinaran a organizaciones que participan en el movimiento social de Oaxaca. Así, aunque sea de manera simbólica, pues 7 por ciento de mil ejemplares no será mucho dinero, Elfriede Jelinek manifiesta su solidaridad con la APPO.

Destaca también que La palabra disfrazada de carne será presentado por José María Pérez Gay, José de la Colina, Weber y Pável Granados, este último impulsor principal de Gato Negro Ediciones, en compañía de León Muñoz y Sol Aréchiga, el jueves 11 a las 7 de la noche, en el Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 202, Condesa).

En suma, este nuevo libro de la premio Nobel puede considerarse un importante acontecimiento editorial, no sólo para México sino para el mundo de habla hispana.

La presentación de ese libro se realiza en el contexto del ciclo Austria entre Líneas, impulsado por la embajada de ese país en México, que incluye una lectura bilingüe del poeta Georg Trakl por los 120 años de su nacimiento, el jueves 25 en la Casa Refugio Citlaltépetl, a las 7 de la noche.

Y la recreación de textos bilingües del dramaturgo y director escénico George Tabori, quien falleció en julio pasado, en un acto también en la Casa Refugio el jueves 29 de noviembre, a las 7 de la noche.

Palabra y poder

“El lenguaje de sus ensayos se parece mucho al de sus textos en prosa”, comparte Herwig Weber en una entrevista en un café de la colonia Roma, acompañado de Granados y de Sol Aréchiga, también editora del nuevo Gato Negro.

Recuerda que uno de los aspectos esenciales de la obra de Jelinek es la lengua y el len-guaje. “La preocupación acerca de qué es la lengua respecto a la realidad, es una tradición en la cual se encuentra ella. La idea de sus textos es que la lengua no puede representar la realidad”.

Jelinek, dice, plantea que el escritor, el filósofo, tienen que utilizar la lengua sabiendo que ésta no puede expresar su preocupación de una forma universal.

“Muestra en sus ensayos que la palabra no tiene poder. Y del otro lado, que la palabra sí tiene poder cuando la gente que lo detenta la utiliza. Esa es la contradicción y la preocupación de ella.”

Cómo convencer a Jelinek

Weber comenta además que el ensayo literario en lengua alemana, alejado del carácter puramente científico, no existe ni tiene tradición, como sí sucede, por ejemplo, en Francia, Italia o México, con casos como Alfonso Reyes.

De ahí la importancia de los ensayos de la escritora austriaca, en los que logra un gran nivel literario, mucho más allá del predominio del tono académico.

–Otro asunto que plantea Elfriede Jelinek es la no existencia de una verdad, y por ello no es una escritora lastrada por las certezas.

–Absolutamente no. Eso es un aspecto muy importante porque va al núcleo: cómo se puede escribir sobre el dilema que tiene la filosofía respecto a la verdad. La verdad no existe, sólo existe una verdad creada por gente que tiene intereses, que impone una ley, una verdad, mediante la lengua. Y como no hay una verdad sino varias verdades o interpretaciones, ella deja sus textos muy abiertos, con metáforas muy abiertas. Eso también es un tanto difícil de traducir y se tiene que buscar algo similar para dar a entender esa apertura.

El especialista austriaco cuenta que hace un año hizo el contacto inicial con Jelinek vía Internet. Después de las autorizaciones para traducir sus ensayos le pidió un prólogo original, que la autora le mandó en sólo tres días. Y apenas en julio pasado pudo conocerla personalmente en Viena para entregarle el libro ya impreso.

“Esa respuesta positiva muestra a una escritora que no se considera aparte, que crea su personalidad escribiendo, dedicada completamente a la literatura.”

–¿Cómo se convence a una premio Nobel para que colabore así con una editorial independiente de un país de habla hispana? ¿Cuáles son las razones?

–Primero, ella debió haber considerado que desde 2003, antes de que se le concediera el Premio Nobel, la embajada de Austria en México, donde trabajo, la invitó a venir; vio que había un interés previo en su obra, y no en su fama. Segundo, que se trata de un proyecto independiente, no de una editorial con una gran estructura ya establecida, y le interesó apoyarlo. Y tercero, como es muy sensible y perceptiva, le interesó que en un país para ella lejano, como México, se publique su trabajo. O como escribe en su prólogo, ya que Jelinek no puede viajar por cuestiones de salud, entonces que viajen sus ensayos por ella.

 
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