Exigen castigar a responsables de la muerte de un profesor durante una marcha
Paro de maestros en Argentina, a seis meses de la represión en Neuquén
Entrega la Armada el predio de la Esma, centro clandestino de represión en la dictadura
Buenos Aires, 4 de octubre. Cada una de las letras pintadas en negro sobre ocho guardapolvos blancos, levantados como estandartes, formaban un enorme “Nunca Más” en el masivo reclamo de miles de maestros argentinos al cumplirse seis meses del asesinato del profesor de química Carlos Fuentealba durante una represión de la policía de la provincia sureña de Neuquén.
Un paro general, que abarcó todo el país, incluyendo a los docentes privados, convocados por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), y otros gremios. Las dos grandes movilizaciones, una en Neuquén y otra en esta capital, reclamaron justicia y castigo para los culpables, tanto directos como intelectuales.
Al frente de la marcha además de los dirigentes gremiales estaban Sandra Rodríguez, esposa de Fuentealba, y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
El gobernador con licencia de esa provincia, el derechista Jorge Sobisch, que ahora aparece como candidato a presidente, fue señalado este día como el principal responsable –sin castigo– ya que reconoció haber ordenado la represión en abril pasado contra una manifestación pacífica.
El policía Darío Poblete, quien arrojó la granada que estalló en la nuca del profesor Fuentealba, no pudo eludir su responsabilidad al ser filmado por algunas cámaras y está detenido, pero en dependencias policiales.
Sin embargo, nada más ha sucedido y por eso los manifestantes y familiares de Fuentealba entregaron aquí un petitorio al Congreso demandando investigación y justicia.
El policía que mató al maestro ya tenía dos condenas anteriores “por exceso”, un término que se utiliza a menudo aquí, para referirse a graves violaciones de derechos humanos. Sobisch es uno de los propulsores de la mano dura en el país y crítico de la política de derechos humanos del gobierno de Néstor Kirchner.
“Nosotros exigimos que la justicia de Neuquén actúe en forma independiente. Estamos viendo que tal como se está manejando el caso se deja afuera al gobernador Jorge Sobisch a punto de terminar su mandato y eso es impunidad”, dijo Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
También resaltó que el otro objetivo de la Convocatoria era exigir “el fin de toda política que criminalice las protestas sociales, lo que ha tenido en ese asesinato una expresión brutal”. Denunció que esa forma de actuar de las fuerzas de seguridad tiene una larga historia en el país y siempre acaban “pagando los trabajadores y los más y los sectores más débiles de la sociedad”.
Sobisch, aliado del ex presidente Carlos Menem, se alió con seguidores de éste y otros derechistas, aspirando a la presidencia en las próximas elecciones del 28 de octubre. Pero en la encuestas está en los últimos lugares.
Esta es la tercera huelga del gremio durante el gobierno de Kirchner. La otra gran huelga se produjo cuando mataron a Fuentealba, donde no sólo se movilizó la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), pues también se unió la Confederación General del Trabajo (CGT) oficialista.
En tanto, la Armada entregó oficialmente ayer el predio y los edificios de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) el mayor centro clandestino de detención durante la pasada dictadura y ahí estuvieron organismos de derechos humanos y especialmente los agrupados en el Instituto Espacio para la Memoria (IEM).
Por aquellos pasillos del dolor –donde fueron desaparecidas unas cinco mil personas– marcharon las madres de Plaza de Mayo Línea Fundadoras, hijos, familiares y ex víctimas, tomados de los brazos, alentándose unos a otros en un acto sencillo y simbólico.